Capítulo Final

138 10 16
                                    

 — ¡No!, No!, no puedo creer que Alejo, se pueda haber ido,  La verdad no lo puedo creer, no sé ni como, ni podré hacer, que mi vida siga sin Alejo, porque Él, fué una parte de mi vida.

 — Eso mismo, lo que tu dijiste irina, de que Alejo, fué una parte de tú vida, pero no te preocupes, porque nunca, en la vida, es tarde para volver, a enamorarse de nuevo de alguien, me tienes a mí, a tú lado, por el resto tanto de mi vida como de tú vida.

— La verdad, es que te agradezco por tus consejos, Rodrigo, te lo agradezco de verdad, gracias, p....... p......... p.......... pero, por el momento, yo, no estoy pasando un buen momento personal ¿sí?.

— Está bien, te entiendo Iri, te comprendo por el momento, en el cual, vos estás pasando, p....... p...... p......... pero antes de yo me vaya, quisiera darte y dejarte un sello, en una de tus bellas partes de tú rostro, 

Cinco años después...

— I........ I........... I......... Irina, ¿Querés que yo vaya a buscar al colegio a Nahuel y a Tania, mientras que vos, cuidás a Benicio?— Cuestionó con un tono de voz de sereno, mientras que Él, Apresuradamente, no dejaba, ni de ponerse la corbata verde azulada, sobre en su camisa blanca, en aquelp antalón grueso negro.

— B... B... B... Bueno Rodri, vos, andá a buscar a los chicos, mientras que yo, una vez que haya amamantado a nuestro tercer hijo, voy a comenzar a hacer la comida del almuerzo, de la merienda yde la cena, Además acórdate, de que mañana, vos tenés que ir mañana con Tania, al dentista y Después, cuando ustedes se hayan desocupado del turno con el dentista, no te olvidés, de ir a buscar a mi mamá al Centro geriárico, para que vos, podás llevarla a la peluquería y Más Tarde, yo me ocupo de las compras del supermercado y de los niños ¿sí?—

 —Ya está, ya está Benicio, ya te dí la leche, así que, ahora tu, vas a dormir la siesta en tú cuna, para que después, yo, tú mamá, se pueda encargar de las demás tareas de la casa.

—¿hola? ¿Quién habla?.

Del otro lado de la línea, se podía oír como aquellos mini suspiros, que hacía aquel hombre con una barba muy larga y gruesa, descuidado y a su vez apoyada su espalda contra una de las paredes descascaradas, que el joven señor Morione, había alquilado temporalmente, aquel departamento desocupado.

— I....... I....... I...... Irina, soy yo, Alejo Morione, tú ex novio, tú ex pareja ¿te acuerdas?—

— Sisisi, me acuerdo y recuerdo muy bien de vos, no me olvidé todavía Alejo, en fín, ve al punto por el cual, tu me has llamado.

— Bueno, voy a ir al desenlace, te llamé para  decirte, de lo muy arrepentido que estoy contigo, te juro y te prometo, por lo que vos, más querrás en esté mundo, en está tierra, en está galaxia y en nuestras vidas, de que no voy a estar ni con Brauziel, ni con Laizela, ni con otra chica, que pudiera aparecer en mi vida, porque tu y tan solamente tu, eres el agua que recorre mi cuerpo para pacificarme y a su vez para estar unidos, en aquella ducho de nuestra pasión, tu eres el aire, mi oxígeno, en el cual, yo sin ti, no podría respirar ni un minuto más, ni un minuto menos, en mi vida.

— ¡Ay!, todo muy lindo, muy caballeroso y romántico, pero luctuosamente, Alejo, para tú información, yo, ya estoy casada hace mucho tiempo y ya tengo tres hijos, Así que deplorablemnte, nuestra relación amorosa, que tuvimos en aquel pasado, quedará en se tiempo y en nuestros receurdos, de cada uno, de nostros dos.

— ¡Espera!, ¡Espera!, Espérame Irina, no me cortes, por favor. Escúchame, solamente te quiero decir una última palabra, y... yo te sigo amando y queriendo, desde el primer día, en el cual yo te ví, en aquella noche, en la cuál, tu ingresaste en los primeros días del claustro, con el resto de tus compañeras.

Secretos De Una MonjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora