Capítulo 25: Lo Que La Sotana Ruega, Percarta Y Siente

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Eran las tres y veinti y cinco de la madrugada, de aquel tercer jueves de Julio, en el cual, una pequeña brisa, hacía, que tanto las jóvenes damas, dormidas como despiertas, sintieran, cada una en su piel que se erizaba de a poco, aquel crudo frío improcedente, quien hacia y actuaba, en cada uno de aquellos cuerpos.

— A......... A........ A......... Arlidea, ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¿Qué sucede?, A Ver, A Ver cóntanos— Preguntó, lo primero con un tono de voz de entredomida y lo último mascullando con su tono de voz de frugal, Mientras que La jóven dama Viviana, le hacía con su mano deecha, varias veces, pegándole suavemente, al medio de su cama, como para que aquella dos amigas, suyas, se sentaran en el borde de aquella piltra, para que tanto Arlidea, como su antigua compañera de aquel recinto,  les pudiera decir, a su antigua compañera de creencias, sobre lo que la joven Arlidea, se había enterado.

— Vivi, lo que pasa, es que tantno Marlene como yo, nos enteramos, de que no hace muy poco s minutos, ¡¡¡Ay!!! ¡¡¡Ayyy!!!, no sé como decirte el resto, p........ p...... p........ pero

— Es que, Encontraron a la madre superiora fallecida, sisi, como vos misma, lo estás escuchhando, a la Madre Superiora, cerca de las dos y cuarenta y cinco de la madrugada, Gabriel, quien es y era uno de los sacristán, del Padre Mauricio, nos contó Él msmo, de que cuando Él ingresó hacia aquella oficina, en la cual, nuestra Madre suprema, no dejaba ni de hacer cálculos sobre los presupuestos para ver si teníamos que aumentar o reducir nuestras actividades eclesiásticas, Después, Él msmo, nos dijo mirándonos a los ojos, a cada una de nosotras, de que la Madre superiora, De Pronto, De Golpe, tuvo una gran falta de oxígeno, acompañado con otros síntomas, como bajas pulsaciones, mucho frío y sudor en su piel, pérdida fugazmente del  conocimiento y Luego, lo peor, que fué, la muerte instantánea, quien, le ocasionó su inesperado deceso— Apostilló Arlidea emocionada y a su vez, sollozando sin cesár, junto abrázandola con sus ambas manos, hacia la jóven estudiante Marlene, quien también, no dejaba de llorar, ni un minuto, ni un segundo más, ni un segundo menos.

— Además y si yo no tengo mala memoria, Antes de que se vaya, el Jóven sacristán Gabriel, hacia las otras habitaciones, para rezar y para darle la protección a cada una de sus novicias, también nos replicó, volteándose lentamente, como si fuera una especie de cámara lenta, de que tanto, nosotras dos, como el resto de nuestras compañeras, no teníamos ni la culpa, ni el castigo, por aquellas muertes, que desde un comienzo, comenzaban a hacerse y a reproducirse, cada vez más en aquel abacial.

— y......... y.......... y.........., y la compañera con más votos, para poder ser la nueva madre sor, dos mil y trece, e........ e......... e.......... es

 — Bra....... Bra ...... Bra........ ¿Brauziel Myrozio?— Cuestionó boquiabierta y a su vez se sorprendió, al ver, por cada papelito, por cada voto, que había en aquella caja de cartón verde clara, con una larga abertura, que sus antiguas compañeras, habían dado y votado, aque

— ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Siiiiii!!!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡Siiii!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡Gané!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡Gané!!!!!! Jajajajaajajaja, Jajajajajajaaja, ¡¡¡¡¡¡Vamos por una victoria más!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡Vamos!!!!!!, ahora ustedes van a ver con sus propios ojos, lo que es y lo que debe ser un verdadero monasterio de Novicias y de monjas, y como primera medida, de su nueva madre prior, les ordeno, de que limpien, tanto, los solarios, como para así también, acicalar con un muy buen uso, todos los retratos de las ex discípulas como las ex madres superioras y monjas, Además, a partir de este momento, les quiero recordar, de que el nuevo horario para despertarse, será a partir de las tres de la mañana, hasta las cinco de la tarde, si yo, en esas horas, en ese horario, no alcanzo a observar, de que algunas de ustedes, no están trabajando, como deberían hacerlo o no tienen ganas de hacerlo, Entonces, las invito a retirarse de este sitio, si no les gusta ni pertenecer, ni mucho menos, estar en Él.

Secretos De Una MonjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora