Capítulo 28: Todo A Su Peso

85 9 5
                                    

Eran las diez y media de la mañana en aquel curato 

— Ah bueno, Buenos días oficial, Bienvenidos al Convento Lorenzo Berloflok, ¿En qué puedo ayudarlos?

— Buenos Días, estamos buscando a una jóven señorita que se llama Brauziel Myrozio, es una jóven prófuga, que se escapó de un instituto psiquiátrico, y Además presenta varios previos, antecedentes delictivos, por hechos de homicidios  simples agravados por el vínculo y por tráfico y venta de drogas ilegales—

— Ah sisi por supuesto, vengan, pásen conmigo que los voy a llevar, con mucho gusto, al despacho de nuestra Madre superiora—

— Muchas Gracias señor, ¿Señorita Myrozio?, proceda señor Benziorni, póngale las esposas, usted queda bajo detenida, en este preciso instante, por los homicidios simples agravados por el vínculo de las señoritas Luana Risvordini, Mónica  Fordovoli, de Ernesto Sanvionilger, y por el homicidio de su ex esposo, Juan Julián Rioceriopev, quien fué, asesinado en el año dos mil y tres, como así también por el uso, venta y consumo de drogas ilícitas, todo lo que usted diga a su favor, será utilizado en su contra, si usted no tiene un abogado, El estado le concederá uno, Así que, usted camine, obedezca y colabore con nosotros y nos nos ocasione más problemas a nosotros, por favor—

— ¡¡¡Ay!!!! ¡¡¡Ay Díos!!!! ¡¡Ay!!!! ¡¡¡¡¡Ay!!!, mi pecho, mi pecho ¡¡¡¡¡¡Ay, como me duele!!!!, siento que algún malp resentimiento está ocuriendo, perdón Rodrigo y perdóname Irina,p ero me tengo que ir, Nos vemos después, chau—

"Flashbacks"

— ¿Y si yo, te dijera a vos Alejo, de que cada vez que veo tus ojos sobre los míos, siento que mil dragones, no dejan de pedirme, de que nuestros cuerpos, nuestros espíritus, no dejen de estar enlazados, unidos, por el resto, de cada uno de nosotros, de nuestras vidas—

— Entonces, si vos, sentís, lo que realmente, vos querés que yo sienta con vos, a tú lado, por el resto de nuestras vidas, lo que verdaderamente siento por vos, por tus ojos, por tú alma pura y buena, Entonces, realmente, estoy en condiciones de preguntarte, observándote a tus bellos ojos, de que si vos, ¿querés casarte conmigo y ser mi esposa y acompañarme, por el resto de mi vida Brauziel Myrozio?—

— ¡¡¡¡Siiiii!!!!!, ¡¡¡¡¡¡Siii!!!!!, ¡¡¡¡Acepto!!!!!, ¡¡¡¡¡Acepto!!!!, ¡¡¡¡Acepto, casarme con vos!!!!, ¡¡¡¡Acepto!!!!, ¡¡¡¡Te Amo!!!! ¡¡¡¡Te Amo!!!!! ¡¡¡¡¡Te Amo Alejo!!!!!— Clamó intranquilizadamente, Mientras que la nueva pareja del Jóven señor Morione, no dejaba de acariciarlo con su mano izqueirda, y a su vez con sus labios rojizos intensos pintados, no dejaba de rozarle cada beso, en aquel cuello tan fornido de su nuevo novio, Mientras que Ella de a poco, con su mano derecha, no dejaba de sacar por uno de los bolsillos, de aquella túnica marrón oscura con una parte blanquecina, aquella daga plateada larga, para poder terminar, por una vez y por todas, la vida de aquel jóven señor, quien no dejaba de pensar en Irina, en vez de Ella.

"Fín De Flashbacks"

— ¡¡¡Suéltenme, caras de sapos!!!!, suéltenme!!!!— Suplicó forcejeando, varias veces con aquellos guardias, la jóven y ex madre suprema, dentro de su oficina, Mientras que Ella, mirando disimuladamente, con sus ambos dedos índics largos, A Los Pocos Minutos, Ella, una vez que agarra despaciosamente y a su vez cuidadosamente, aqellas dos granadas verdes oscuras, en el lado izquierdo de su sotana.

De Repente, cuando Ella, logra alcanzar con su dedo índice izquierdo y a su vez, sacar lo más sigilosamente, aquella arma de guerrra, que tenía la jóven dama, De Inmediatamente, Ella cuando, saca una de sus granadas, Vertiginosamente Brauziel, retira con cuidado aquel anillo de seguridad, de aquella granada y Posteriormente, Ella con una sonrisa que se podía notar, desde un extremo de su boca, hasta el otro extremo, el olor a las próximas muertes, quienes se estaban aproximando de ap oco, hacia aquel lugar, Y una vez, que Ella, sacó aquel anillo de seguridad, Fugazmente Ella, empieza a salir corriendo, por los largos pasadizos, lo más rápido que podía de su despacho, dejando, tan solamente a aquellos dos señores, bajo los escombros, que se habían producido, por la fuerte explosón, que había provocado, aquella arma bélica.

Secretos De Una MonjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora