Capítulo 1
Desperté gracias a la alarma número tres de mi celular, debía admitir que estaba mejorando, la semana pasada había necesitado las cinco alarmas para lograr sacar mi trasero de la cama. Estrujé mis ojos con la esperanza de que la pereza abandonara mi cuerpo, sin tener mucho éxito me obligué a despojarme de mi cálido edredón, permitiendo así que el frío se colara por mis huesos. Luego me dirigí hacia el baño como quien no quiere la cosa e hice mis necesidades cotidianas; cepillé mis dientes mientras miraba mi rostro reflejado en el espejo, sonreí, mi rostro expresaba sarcasmo, las ojeras que cubrían la parte baja de mis ojos, eran una clara prueba de que había tenido una mala noche. Después de haber liberado mi vejiga y haber tomado una ducha caliente me sentí un poco mejor, solo un poco.
Salí de la ducha goteando agua por todo el suelo a mi paso. Saqué del guarda ropa lo primero que encontré, que se resumía a unos jeans ajustados y un suéter gris con la estampa de unos de los países que mamá había visitado, solía vestirme de acuerdo a mi estado de ánimo y este día no era la excepción.
Dejé mi cabello suelto, usando el secador para que dejara de estar húmedo y se viera un poco presentable. Cubrí mi rostro con un poco de maquillaje con la intención de eliminar las ojeras, la intención no hizo que desaparecieran del todo.
Bajé las escaleras y me dejé guiar por el olor a panqueques que desprendía de la cocina. Mi madre como todos las mañanas se levantaba mucho más temprano para tener el desayuno listo para Katie y para mí. Gesto que agradecía enormemente.
—Buen día ¿cómo amaneces?—preguntó después que hubo dejado unos panqueques frente a mi.
—Oh muy bien— exageré—. ¿Y tú como estas, madre?
—Bueno si te soy sincera, estoy un poco triste— su tono expresaba pesar, un pesar del cual no tenía la más remota idea.
Fruncí el ceño confundida.
—¿Por?— pregunté mientras me llevaba el primer bocado de panqueques a la boca.
—Hoy parte tu hermana a Alemania y llega la chica nueva.
¿Hoy? Ella había dicho ¿HOY? No me mal interpreten, tampoco es que tenga una memoria de pez o que no quiera a mi hermana. Sabía que se iría un lunes pero juraba que sería el de la próxima semana.
Katie, mi hermana menor por tan solo un año y medio, es todo lo opuesto a mí y no me refiero solo a lo físico; es por ello que ella sí aceptó la beca que nos ofrecieron hace un año por el desempeño que habíamos desarrollado en nuestros estudios, claro que en ello también contribuyó el trabajo de mamá y sus viajes de negocios hacia dicho país. ¿Que por qué yo he desaprovechado tan grande oportunidad? Simple. Claramente no me siento preparada para tal experiencia, Katie tiene un don extraordinario para desarrollarse con las personas, yo desafortunadamente carezco de tacto, además, no podría dejar a mi madre y sería un absoluto pecado también dejar a Alice y a Edward. Tal vez en un futuro sea yo quien me enfrenté a algo así, pero por ahora me quedo a terminar el último año en mi instituto.
—Claro madre, te comprendo, también yo estoy triste— sonreí un poco tratando de darle ánimos, no debe ser sencillo dejar riendas sueltas a tu hija menor para que se aventure en un país desconocido, con un idioma distinto, cultura distinta, pero claro que eso no se lo mencioné.
Katie es una persona fuerte, desde pequeña siempre fue alguien independiente sabrá cómo defenderse. Espero.
—Escucha mamá— proseguí—, debemos estar alegres, Katie se irá hoy y apuesto que está ansiosa de irse y conocer un país distinto, así que ambas también debemos estar feliz por ella.
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Someday Mine |ZM| En Edición.
Fiksi Penggemar"Ella podría ser quien cure sus heridas. Pero también podría ser la causante de una más"