CameronAlicia.
La dejé sin decirle nada, ni siquiera me despedí de ella.«Me tengo que ir», fue lo único que le dije y desaparecí sin más. Seguramente me odia. No pude hacer lo que pretendía hacer, sólo empeoré las cosas, lo eché a perder todo.
No, no lo hice.
Alguien más estaba ahí, lo pude sentir. Cuando estaba a punto de besarla, un escalofrío recorrió mi espalda y no fue precisamente porque iba a besarla, fue por algo más. Un mal presentimiento. Algo realmente malo.
Si me quedaba más tiempo con ella, si la besaba... Estoy seguro de que nada bueno hubiera pasado.
«Esa no es excusa, Cameron.»
Sí, ya sé que no es excusa, pero es más fácil pensar que sí lo es. No sé qué le diré a Alicia, ni siquiera sé si querrá volver a hablarme.Aún tiene la pulsera, me recuerdo. Es cierto, aún tiene el pulso. Eso es una buena señal, claro. Además, somos compañeros en biología, lo quiera o no me volverá a ver. Amén a la biología.
Detengo el Mercedes frente a la entrada de la casa de Alicia. Hoy viene su madre y está con Tyler ahora, no puedo verla. No aún.
Pongo el Mercedes en marcha y me dirijo hacia casa, mi casa. Mi solitaria casa.
Después de conducir un largo rato, diviso el portón con la W justo donde se juntan las puertas. Alicia tenía razón, no es nada modesto y lo odio por eso. Odio esta casa. Odio estar solo en esta casa.
Entro y dejo el auto en el garaje. Camino hacia la casa mientras saco las llaves para abrir la puerta.
Al entrar, me doy cuenta de lo solitaria que está la casa, nadie se alegra cuando llego, y nadie se preocupa cuando me voy. Creo que necesito un perro. O una novia, o lo que sea que llegue primero.
Sí, creo que será el perro.Subo las gradas hacia mi habitación. Al entrar, sólo puedo ver a Alicia aquí.
«Ya deja de pensar en ella, Cameron.»
No me lo pone fácil.
Tomo una ducha para "aclarar" mis ideas.
Una hora más tarde, después de vagar por mi aburrida casa, decido salir de esta cosa. Tomo las llaves del Mercedes y salgo por la puerta sin preocuparme por cerrar con llave, después de todo el portón está cerrado. Además nadie sabe dónde vivo, nadie a parte de Alicia.
Conduzco hasta llegar al centro de Domert, no es que se pueda hacer mucho en un lugar como Domert, pero algo es algo.
Aparco el auto y entro a una pequeña tienda de mascotas.Una campanilla suena sobre mi cabeza e inmediatamente sale una chica morena a recibirme.
—Hola —me saluda, recorriéndome con la mirada de los pies a la cabeza. Ella sonríe y se pone una mano en la cintura mientras parpadea de manera coqueta.
La saludo con la mano. No tengo muchas ganas de hablar y no cuando la chica puede estar coqueteando conmigo, que de hecho, está coqueteando conmigo.
Camino hacia una gran pecera para escapar del acoso de la chica.
Veo los pequeños peces de colores que nadan libremente por el agua. Todo está tan tranquilo y lindo hasta que... el rostro de la chica aparece al otro lado de la pecera.
Me sobresalto por su repentina aparición. Ella me sonríe y yo me pellizco el puente de la nariz.
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En la mente de Alicia
FantasyAlicia es una chica como las demás. Asiste al instituto y lleva una vida normal; tiene amigos y una familia que la consciente mucho. Todo marcha bien hasta que... aparece un chico. Un chico. Pero no sólo es un chico, ése chico es Wester. El mi...