Una Eternidad || Delena »Editando

Momento 13

Elena tomó su teléfono y al mirar que era Damon rechazó la llamada. Subió las escaleras y llamaron a la puerta, las bajó y abrió la puerta. Damon se adentró a la casa.

Damon:— Me ignoraste.

Elena:— ¿Las seis llamadas pérdidas? Perdón mi teléfono no sirve —habló con sarcasmo.

Damon:— ¿Está Stefan?

Elena:— No, ¿por qué? ¿Ocurre algo? —dijo preocupada.

Damon:— Fue al bosque y no volvió, no contesta el teléfono y supuse que estaba contigo —Elena llamo a Stefan.

Elena:— Se va directo a buzón —cortó la llamada.— ¿Dónde podrá estar?

Damon:— No te va a gustar lo que pienso.

*

Elena salió del auto cuando miró a Damon— ¿Qué pasó?¿Dónde está?

Damon:— Lo tienen y no puedo entrar.

Elena:— ¿Por qué no?

Damon:— La dueña de la casa está hipnotizada para no dejarme entrar.

Elena:— Lo haré yo.

Damon:— Tú no vas a ir.

Elena:— Claro que sí.

Damon:— No vas a entrar.

Elena:— ¿Qué es lo que están haciendo?¿Qué quieren con él?

Damon:— Venganza, quieren venganza.

Elena:— Tenemos que hacer algo, no pueden lastimarlo.

Damon:— Lo sé —volteó atrás.

Elena:— Tenemos que sacarlo de ahí.

Damon:— Lo sé, Elena —la tomó del rostro y la miró— lo sé, pero no sé cómo sacarlo —se tragó el nudo que tenía en la garganta.

*

Elena abrió la puerta y suspiró.

Elena:— Que bueno que ya estás aquí —dejó que Damon entrará.

Damon:— Si llamas vengo. Así de fácil soy —le sonrió de lado coquetamente, Elena rodó los ojos.

Elena:— Shh —le pidió y le señaló a Jeremy, quien desayunaba en el comedor. Elena subió tres escalones.

Damon:— ¡No, Elena! —Elena bajó y lo tomó del brazo— No voy a ir a tu habitación contigo —ambos subieron las escaleras.

*

Elena:— ¿Ya viste lo que hace tu hermano? —dijo a lado de Damon.

Damon:— No, el tuyo me tiene preocupado —bebió de su vaso, Elena lo miró frunciendo el ceño— Jeremy está haciendo muchas preguntas sobre la muerte de Vicki.

Elena:— Sabe que su muerte fue por sobredosis.

Damon:— ¿En serio? —juntó sus cejas y en tono agudo dijo— Oh pero alguacil, alguien la enterró, ¿quién lo haría? —habló con sarcasmo— Yo sé, yo sé, ¡yo! —Elena comió una cereza — Lo hipnotizaría pero tiene verbena.

Elena:— No, no quiero que lo hagas —lo miró.

Damon:— ¿Y si sigue preguntando?

Elena:— Damon no, hablo enserio. No voy a volver a hacer eso, yo lo arreglo —comió otra cereza. Damon tomó una rosa del arreglo floral que había a su lado.

Damon:— Bueno —le extendió la rosa a Elena, ella lo miró a los ojos— No digas que no te lo advertí —la miró y se alejó de ella.

*

Elena tomó su vestido y al mirar en el reflejo del espejo vio a Damon.

Elena:— Hola —volteó a verlo± No puedes estar aquí.

Damon:— Tenemos que hablar.

Elena:— ¿Tiene que ser ahora? — movió su vestido, diciéndole que se iba a cambiar.

Damon:— Normalmente tendría una visión muy distinta de lo que que voy a decirte pero cuando me incómoda lo delataré.

Elena:— ¿De qué estás hablando?

Damon:— Stefan sigue bebiendo sangre humana.

Elena:— ¿Qué?

Damon:— Sí, hace una mes estaría feliz pero con el Consejo en alerta no es un buen momento para que Stefan haga tonterías.

Elena:— Sé que ha estado algo alterado pero dijo que es normal.

Damon:— Tiene un hielera llena de sangre de contrabando en el sótano — Elena se sentó en el sofá impactada.

Elena:— Dios mío.

Damon:— No tiene idea de lo que es normal, toda su existencia es anormal, lo normal de un vampiro es beber sangre humana pero pasó años revelándose en lugar de aprender a controlarse y ahora el ansia lo controla.

Elena:— Yo no puedo creer que estemos hablando del mismo Stefan.

Damon:— Stefan con sangre humana hará la que sea, dirá lo que sea porque no querrá detenerse, créeme.