Una Eternidad || Delena »Editando

Stelena Vs. Delena 4

Elena abrió la puerta de su habitación, dispuesta a salir pero Damon estaba tres ésta y entró, Elena frunció el ceño.

—¿Discupa?¿Qué estás haciendo? —Damon miró toda la habitación y la volteó a ver.

—¿Dónde está Stefan?

—Claro, buenos días, Damon —se mofó Elena.

—No responde el teléfono, no está aquí y tenemos suelto un cazador de vampiros, Elena.

—No hemos hablado en todo el día —le dijo Elena.

—Mhm —Damon se acercó a ella con la mano extendida—. Dame tu teléfono, tal vez me está evitando.

—¿Por qué te evitaría? —preguntó Elena mirando dentro de su bolsa.

—Ay, no lo sé —dijo con sarcasmo—. Tal vez el sudor, la sangre, la fiesta —explicó—. Supongo que le dijiste en cuanto me fui ayer —Elena lo miró rápidamente antes de volver a buscar en su bolso, se congeló un segundo—. Ah, no le dijiste —se mofó— ¿verdad, niña?

—No, Damon —lo miró— no le dije que me embriagué con sangre como tonta —agarró el celular entre sus manos— y luego tú y yo bailamos, eso fue un error, ¿sí? No era yo misma, y él tiene suficiente tratando de que me acople al vampirismo, así que... —le entregó el teléfono.

—Ay, entiendo es una espiral de culpa —Damon tecleó el número de Stefan.

—No es una espiral de culpa.

—Uy, claro que sí. Los remordimientos de un novato son agh, peores que una resaca —Damon colocó el altavoz en la llamada.

—Damon, ¡no es una espiral de culpa! —le gritó Elena.

—Soy Stefan, deja tu mensaje —dijo la contestadora de Stefan. Damon colgó.

—Nos está evitando... —Elena frunció el ceño.

—O algo anda mal.

*

El teléfono de Elena sonó. Miró que era Stefan, y atendió dejando el altavoz. Dejó el celular en la mesa.

—¿Qué averiguaste? —preguntó Elena.

—Sólo reconozco las voces —respondió Stefan.

—¿Cuántos rehenes? —preguntó entonces Damon.

—Tres, reconozco a Matt y April Young.

—¿Qué?

—Esos idiotas son imanes de peligro —protestó Damon.

—Tienes que salir de ahí, Stefan —pidió Elena.

—Sólo necesito tiempo —argumentó Stefan.

—El tiempo se acabó, hermanito —dijo Damon doblando los papeles.

—No necesito esos comentarios —exclamó Stefan y colgó.

—Voy a entrar por los túneles —afirmó Elena pasando detrás de Damon para salir.

—No, claro que no —Damon la tomó de la muñeca, deteniéndola— él no sabe que eres vampiro, que siga pensándolo.

—Tal vez eso es, puedo ofrecer intercambiarme por uno de los rehenes —se soltó y trató de alejarse pero Damon la volvió a sujetar.

—No, en el mejor de los casos ya serías rehén, en el peor de ellos se da cuenta y te mata de inmediato —Elena empujó la mano de Damon, resoplando.

—Deja de tratarme como si no me supiera defender. Alaric me entrenó y práctico con Stefan —retrocedió hacia la puerta.

—¿Y qué? —Elena le dio la espalda—. ¿Te enfrentarás a un asesino profesional? —Damon frunció el ceño, Elena se giró a verlo. Damon utilizó su velocidad para tomar la pequeña ballesta, y le apuntó a Elena—. Bang, estás muerta, ¿ahora qué? —Elena se movió hasta él, le quitó el arma de las manos y saltó contra él, cayendo sobre la cama. Elena encima de él, con cada pierna a lado de su cadera. En una posición comprometedora.