Escena 1

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Elena cerró la puerta y se sujetó el cabello en una coleta.

—Buenos días— dijo Damon detrás de ella, ella giró a verlo.

—Yo sólo quería... -—dejó las palabras al aire y un suspiro combinado con una gritó salió de su boca al ver a Damon completamente desnudo y con espuma en el cuerpo, giró sobre sí misma, dándole la espalda a Damon— Me oíste, sabías que vería.

—Lo que tú deberías hacer es tocar la puerta,¿no crees? —Damon se llevó las manos a las caderas, Elena rodó los ojos, tomó una manta del sofá a su lado. Giró tapándose los ojos con una mano y se la lanzó. Damon suspiró y la atrapó, rió mientras se envolvía con ella. Elena abrió los dedos de su mano y miro que ya cubría su desnudes. 

—La alguacil Forbes, tiene otro lugar para nosotros —dijo sacando un papel del bolsillo de su short.

—Eso no nos servirá —dijo avanzando hacia ella.

—No sabemos.

—Es cierto, Elena, podría aparecer, después de dos meses, ésta pista nos dirá que está viviendo en Graceland —dijo con mofa.

—Bien, no vengas —miró hacia abajo y luego lo esquivó con dirección a la salida. Damon se puso frente a ella.

—¿Y que Klaus te rastree? —le quitó el papel—. Cree que estás muerta. Que siga así.

—Fue un ataque, Damon. No ha habido uno en mucho tiempo.

—De acuerdo, iré allá. Si veo algo te aviso —se alejó de ella.

—Pero... —Damon ya se había ido.

*

Elena estaba mirándose frente al espejo. Miró detrás de ella, Damon estaba en la puerta.

—Tranquilo, no voy a llorar —lo volteó a ver—. Al menos no antes del pastel —Damon se encogió de hombros.

—Es tu fiesta, llora si quieres —se adentro a la habitación—. Ah, Stefan —tomó el retrato en sus manos —Que galán —acarició a Elena en la foto. La dejó de nuevo en su lugar y miró a Elena—. Te traje un regalo, sé que prometí no comprarte nada, tranquila —caminó hacia ella sacando una caja detrás de su bolsillo. —No lo compré.

—¿Lo robaste? —miró la caja.

—No, lo encontré —abrió la caja.

—Mi collar —lo miró, sintió algo en la boca de su estómago. —Creí que no lo volvería a ver —tomó el collar en sus manos.

—Alaric lo tenía con sus cosas, supuse que te gustaría.

—Sí, me da gusto —sonrió—. Gracias

—De nada —se miraron a los ojos, Elena suspiró.

—¿Podrías? —le extendió el collar.

—Sí, claro. —Elena dio vuelta y Damon le colocó el collar.

*

Damon entró a su habitación con la mirada en el piso. Suspiró y levantó la vista. Elena lo miró con reproche, y extendió un periódico. Damon frunció el ceño con frustración.

—¿Qué?¿Qué haces aquí?

—¿Por qué no me lo dijiste? —dijo agitando el periódico. —¿Por qué guardaste el secreto? —siguió reprochando.

—¿Podemos hablar después de esto? He tenido una mala noche.

—Todo el tiempo, cada vez que vine con una pista me hiciste sentir como una idiota por esperar —avanzó hacia él, Damon la miró.

—Sí, fuiste idiota, ambos lo fuimos —caminó hacia su cama, Elena puso su mano sobre el pecho de Damon.

—Dime todo lo que sabes —repuso.

—Sé que tienes que volver a tu fiesta, Elena —suspiró y pasó a su lado, Elena negó.

—Se supone que lo hacemos juntos, ¿por qué no me dijiste que rastreaste a sus víctimas?

—¡Porque Klaus no los mató, fue Stefan! —dijo mirándola, Elena frunció el ceño.

—¿Qué?

—Ha dejado una docena de muertos por toda la costa este.

—No —negó—. No es cierto —balbuceó

—Yo lo he visto parar, volvió el destripador y con todo —caminó hacia ella y le arrebató el periódico.

—Basta, Damon.

—¡No, ya basta contigo! —le gritó en la cara—. ¡Ya basta de buscarlo, basta de esperar que vuelva, ya basta! —Elena dio un respingo—. Stefan se ha ido, y no volverá —trago— no en ésta vida.

Miró el rostro de Elena y salió de la habitación, Elena suspiró. Se llevó la mano al cuello, sujetando entre sus dedos el collar que Stefan le había regalado.

*

—No sé porqué crees que eres una causa pérdida... ¡Ah! —Elena cayó al agua, empujada por Damon. Alaric sacó su ballesta, se relajó al ver quién era —¿cómo es que llegaste tan rápido?

—Gracias por avisar, hermano —le dijo Damon a Alaric, quien bajo la ballesta.

—Me traicionaste —reprochó Elena.

—¿Creíste que vendría sin refuerzos a una montaña con licántropos? —dijo Alaric recargándose en un árbol.

*

—Ya sal del agua, Elena —dijo Damon.

—Si salgo me harás ir a casa.

—Sí, porque no soy idiota como tú —Elena lo miró con recelo.

—Ahora los dos actúan igual —dijo Alaric cansado de escucharlos discutir.

—Lo diste por perdido, Damon — negó con la cabeza.

—No lo di por perdido, Elena —dio unos pasos al frente—. Acepté la realidad —Elena bufo—. Ya sal del agua

—¡No! —se cruzó de brazos.

—¿Cuál es tu plan, Elena? —preguntó Damon exasperado, metiéndose al lago— ¿vas a entrar a un campamento de licántropos a comer malvaviscos y esperar a que Stefan se aparezca? —ironizó.

—Mi plan es encontrarlo y ayudarlo. Es lo más cerca que hemos estado desde que se fue, no me iré a casa.

—Klaus cree que moriste aquella noche, ahora estás a salvo. Aquí, no estás más a salvo.

—No me iré hasta encontrarlo.

—Hay luna llena, Elena —dijo entre dientes.

—Entonces hay que encontrarlo antes— Damon miró fijamente a Elena, Alaric los miró entrecerrando los ojos.— Damon, por favor —pidió juntando sus cejas. Damon miró a otro lado, Elena no apartó su mirada de él. Damon la miró. Negó con la cabeza mientras le miraba los labios.

—De acuerdo, bien. Pero nos vamos antes de la lluna llena, no quiero que me muerdan —repuso.

—Lo prometo.

—Al menos que quieras otro beso de despedida.

—Dije que lo prometo.

Una Eternidad || Delena »EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora