Elena se acercó a la orilla del puente mientras escuchaba a Katherine y al cazador en su cabeza, incitándola a acabar con su vida. Miró el anillo en su dedo, su madre le decía que se lo quitará para dejar que el sol saliera y la quemara.
Elena se lo quitó y lo dejó caer al agua, quería llorar, estaba cansada y aterrorizada. Miró el horizonte, mirando pequeños rayos del sol, el amanecer. Frunció las cejas.
—No puedo hacerlo. No dejaré a Jeremy.
—Jeremy está mejor sin ti, ¿no lo notas? —le dijo su madre, una alucinación.
—Pero no va a tener a nadie.
—Te tendrá a ti, serás un fantasma útil, no un monstruo que hiere —los ojos de Elena se llenaron de lágrimas.
—Es cierto... Yo... —su voz se quebró— perdona. Mamá no quise decepcionarte.
—¿Elena? —Elena volteó y miró a Damon.
—¿Damon? —los ojos de Elena estaban llenos de lágrimas, ella volteó a ver a su madre, no estaba, miró de nuevo a Damon—. ¿Cómo me encontraste?
—No había que ser genio para hacerlo —Damon avanzó unos pasos hacia ella. Alzó las comisuras de su boca— ¿la tercera es la vencida? —bromeó mirando rápidamente el lago. Dejó de sonreír y caminar.
—Tenías razón, Damon. Los vampiros matan personas. Stefan tenía razón. No puedo vivir con esto —Elena dejó de verlo.
—Mírate, estás muy pesimista —Damon se acercó lentamente a ella—. Vamos a platicar antes de que hagas algo estúpido, ¿quieres?
—El sol saldrá pronto —Elena miró al cazador, Damon ya no estaba—. Casi termina —Elena asintió. Miró el horizonte, el sol salía lentamente. Luego miró su mano, Damon frunció el ceño.
—¿Y tu anillo? —ella miró al frente—. ¿Y tu anillo, Elena? —insistió Damon—. Tienes que protegerte.
—Ya casi es hora —le dijo el cazador al oído.
—Lo que te está pasando es una maldición. Sé cómo romperla, sólo tenemos que protegerte —le dijo Damon.
—Que no te detenga —habló el cazador sólo para Elena—. Sé que eso quieres, pero no puedes —Damon frunció el ceño, Elena volteaba a un lado y al piso, afectada. Damon miró que el sol casi salía.
—Demonios, Elena —caminó a ella con velocidad de vampiro, y ella lo esquivó de la misma manera.
Elena lo miró. El cazador desapareció y Elena frunció el ceño, Damon la veía igual.
—Se fue —le dijo. Damon asintió.
—Tranquila —la garganta de Elena tembló, miró su mano, ésta le ardía y empezaba a salir humo de ella. Damon miró el horizonte, el sol estaba saliendo. Miró a Elena. Su cara desprendía humo.
—Damon —llegó a ella con velocidad de vampiro, la rodeó con sus brazos y saltó con ella al lago.
*
Elena abrió los ojos y miró que en su mano estaba su anillo, justo en el dedo anular.
—Lo saqué del río por ti —miró a Damon sentado en el sofá de madera junto a la ventana—. Por cierto, los vampiros odiamos nadar —bromeó. Ella se sentó sobre su cama, apartó su cabello de su frente—. ¿Cómo te sientes?
—Con la mente clara —se tocó la sien. Damon giró la mitad de su cuerpo hacia ella—. Recuerdo todo pero no como vida sino como una pesadilla —Damon le sonrió de lado, Elena lo miró—. Me salvaste, Gracias —Damon miró sus manos.
—Bueno, ya sabes qué dicen del suicidio adolescente —Damon se levantó y se sentó frente a Elena, en la cama—. No lo hagas —la señaló. Ella sonrió y luego negó con la cabeza.
—No puedo creer que casi...
—No te preocupes —Damon la tocó a través del cobertor.
—Sí, pero de no ser por ti —Elena colocó su mano sobre la de Damon. Él la miró a los ojos y luego sus manos juntas. Elena miró sus ojos y también miró sus manos, ella le dio un apretón. Damon sujetó su mano, le tembló mientras la sujetaba de una buena forma.
—Estoy a punto de... —la miró a los ojos— portarme como un adulto y decirte algo —la soltó y miró su mano—. Porque crees que Stefan te ha estado mintiendo —sujeto la muñeca de Elena—. Y sí, lo ha hecho. Pero ésta crisis por la que están pasando no es lo que crees —Elena frunció un poco el ceño—. Todo lo que ha hecho, lo está haciendo por ti. Para ayudarte, y cuando me mate por decírtelo quiero que lances mis cenizas del puente Wickery, ¿sí? —entrecerró un ojo. Elena sonrió—. Tal vez haya una salida para ti, Elena —Elena poco a poco borró su sonrisa—. Tal vez haya una cura —Elena abrió la boca sorprendida.
*
Elena salió de su casa y cerró la puerta tras de sí, se acercó a Stefan.
—Perdón por atacarte —le dijo.
—No, está bien —le sonrió Stefan—. Creo que lo merecía —miró el piso un segundo antes de verla nuevamente—. Sé que Damon ya te contó, todo —evitó mirarla a los ojos.
—No lo mataste, ¿o sí? —bromeó Elena tratando de relajar el ambiente tenso.
—No —una pequeña risa brotó de Stefan— al diablo con los secretos —caminó hasta sentarse en los escalones. Elena se sentó a su lado, con distancia.
—Stefan... —Elena empujó su cabello hacia atrás— ¿por qué mandaste a Damon a buscarme y no fuiste?
—Lo envié porque... —Stefan jugó con sus dedos— parece que... —pasó su lengua por sus labios— él ahora te entiende de formas que yo no —la miró, ella bajó la mirada— a él lo escuchas, confías más en él de lo que confías en mí —dejó de verla.
—Yo no quería...
—Por favor, Elena —la interrumpió—. Después de todo lo que pasamos... —guardó silencio un momento antes de mirarla otra vez—. Puedes admitirlo —Elena quiso negarlo, pero se quedó callada. Dejó de mirarlo y resopló vencida. Negó con la cabeza.
—Has sido tan fuerte por mí —lo miró—. Ayudándome, peleando por la chica que te eligió, la chica que era cuando morí y te amo tanto por querer encontrar la cura porque sólo quiero recuperarla, porque en lo que se convirtió... —aguantó las ganas de llorar—. En lo que me convertí, es diferente. Parece más oscura —parpadeó varias veces ahuyentando las lágrimas—. Lo que soy, lo que quiero...
—¿Lo que quieres o a quién quieres? —la interrumpió Stefan. Ella tragó.
—Algo cambió entre Damon y yo, mucho más de lo que era en el pasado, como, como si lo que sentía por él antes de ser vampiro...
—Sí, se magnificó. Tus sentimientos por él se magnificaron.
—Lo siento. No quiero engañarte.
—Antes, cuando era... Destripador... Entendí lo que sentías por él y sé que, prácticamente te lancé a él... Pero ahora, —negó varias veces—. No puedo hacerlo Elena, ya no puedo.
—Lo sé —ambos miraron al frente aguantando las lágrimas.
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Una Eternidad || Delena »Editando
Fiksi Penggemar"Quieres lo que todo el mundo, Un amor que te consuma, quieres pasión y aventura. E inclusive un poco de peligro" Esta es la historia *narrada* de Damon Salvatore y Elena Gilbert. Para los amantes de The Vampire Diaries *o Diarios de Vampiros* Esper...