Prólogo

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—¡Mangel!—Lo llamé, necesitaba mostrarle esto—¡Mangel!

Se oían los pasos desde el pasillo, estaba muy emocionado por mostrarle esto, estaba tan emocionado que ni yo mismo me lo creía, los pasos seguían acercándose, joder, ¿Por qué camina tan lento?

—¿Qué quieres Rubén? Estoy ocupado.

—Hombre, ¡Ya he llegado a los veinte millones de subscriptores!

—Genial, bien por ti.

Me dolió. ¿Por qué está tan cortante? Este último mes estuvo muy cortante, sus palabras suenan como un balde de agua fría, suspiré aguantando las lágrimas y puse un tweet, agradeciéndole la gente que me apoya, la que me hizo ser quién soy ahora, cerré Twitter y apagué el ordenador, esta gente me hace muy feliz, pero solo están a través de una pantalla, y la gente a la que más necesito se está convirtiendo en un hielo conmigo.

Me paré, necesitaba hacer otra cosa que no sea estar encerrado en estas cuatro malditas paredes, no tenía hambre, ni tampoco ganas de orinar, tal vez solo daría una vuelta por la cocina y volveré a mi cuarto. Al llegar a la cocina, escuché que Mangel hablaba por teléfono.

Si... ya sé, solo espera un poco más, yo ya tengo casi todo listo... ¿Él?... bueno, no sé, ni me importa, yo solo te quiero a ti... si, es mi amigo, pero todo por ti...está bien, adiós... yo también te amo Bea.

¿Bea? ¿Por esa me está cambiando? Entré a la sala fingiendo que todo está bien, como lo hago siempre con su presencia, a él no le importo que yo entrara, antes me hubiera dicho algo como "Por fin sales del cuarto" o algo así, pero ahora no.

—Mangel, quiero hablar contigo—Murmuré un poco asustado, él se dio media vuelta.

—¿Sobre qué?

—So-sobre nosotros... Por favor, siéntate

¿Alguna vez hubo un nosotros?

Giro los ojos y a regañadientes se sentó, tampoco es como si lo estuviera obligando a sentarse.

—Mangel, ¿Tú me quieres más que a ella?—Susurré lo suficientemente alto para que el escuchara.

—¿Qué? ¿De quién hablas?

—De ella Mangel, no te hagas el tonto, te escuché hablando con "Bea", por favor solo responde.

—¿Por qué escuchas mis conversaciones?-Dijo tercamente, yo lo miré y suspiré.

—¿Me quieres más que ella?

-Deja eso ya, claro que te quiero—Lo miré a los ojos, estaba mintiendo, lo sabia muy bien. Frunci el ceño con la vista llorosa, ¡Tiene que dejar de mentirme!

—¿No te conformas con eso Rubén?

Yo te conocí primero... Pero tú la amas a ella.

—Rubén, basta, ¿Estas celoso? Es una mujer, ya encontraras a una y la amaras.

—No Mangel ¿Acaso no te das cuenta? ¡Yo te amo! Todos estos años, ¿Para ti solo fue una simple amistad? ¿Nada más? ¡Deje todo por ti!, no puedo amar a una mujer, porque al único que amo es a ti Mangel

—Rubén...—Suspiró—¿Me amas?

Como no tienes idea, mis noches de insomnio fueron por ti, estaba devastado de que hablaras cortante y frio, por favor Mangel. Necesito que ames como yo te amo.

—Ya hay alguien más en mi corazón, y es una mujer, nunca voy a caer tan bajo de enamorarme de alguien como tú, me das vergüenza.

—¿Ella te dijo todo eso, no? Sientes vergüenza, y está bien, prefiero que me tengas "vergüenza" por ser como soy, y no por ser una puta como ella.

Cerré mis ojos dejando caer las lágrimas, Él no me ama, y ya lo había confirmado, ya no hay nada para hacer, rompió mi corazón de la forma más dolorosa. Me encerré en mi habitación, mi único lugar libre de él, y soy muy estúpido, tengo asco de mí mismo, acostado en la cama, en posición fetal, llorando como idiota por un estúpido sin corazón. Estoy pareciendo mujer en estos momentos, pero creo que es entendible. Él no me ama...

Los ojos me arden, los debo tener muy rojos, la vista me hez pesada, creo que necesito dormir. Y tal vez no despertar jamás. Estaba por alcanzar los brazos de Morfeo cuando un ruido horrible me despierta, me levanté despacio, no tenía apuro, abrí la puerta y ahí estaba otra vez Él, con dos maletas en las manos, y revisando su móvil. ¿Se... iba?

—Miguel, ¿Q-que haces?

—Me voy, no quiero vivir con un loco como tú, me iré de esta mierda de lugar, mañana volveré para llevarme mis cosas.

—No—Susurré con los ojos vidriosos viendo como el cerraba la puerta—Yo te amo Mangel.


heartbrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora