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Alex

Subí el video a YouTube y vi todos los comentarios de mis fans dándome apoyo, otros súper emocionados porque había vuelto a subir video, no había contado lo de Rubén, tan cabron no soy, solamente dije que había tenido algunos problemas personales y ya está, no puedo contarles todo con lujo de detalles.

Eran las siete de la tarde, por lo cual decidí hacer algo para cenar, quería acostarme temprano y dormir, mañana será un largo, largo día. Busqué unos huevos y el aceite, me haría unos huevos fritos, era lo más fácil para cocinar –sin contar que no había mucho con lo cual hacer comida– y también no tenía ganas de cocinar una súper comida solo para mí.

—Listo, a cenar—Me dije a mi mismo, pinche el cosito amarillo del huevo y lo comí con pan, la octava maravilla del mundo. Me había hecho tres huevos, lo raro es que de3sparecieron súper rápido, y no sé cuándo –ni como– me llene tan rápido. Cuando termine de comerlos lleve los platos al fregadero y los lavé, al menos quería dejar todo limpio, tengo un buen corazón.

Fui hasta mi habitación y encendí las luces, no había nada sobre las repisas, nada en los roperos, ningún zapato en el suelo, miré mis pies y suspiré, ¿Realmente quiero hacer esto? ¿Realmente debo dejarlo? Negué quitando esas preguntas de mi mente, claro que debía, él ya es un adulto, tiene que saber arreglar sus propios problemas.

Me quité la ropa quedando solamente en bóxer, entré a la cama y cerré los ojos intentando dormir, mañana será un largo día, un larguísimo día.

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La alarma del teléfono me levanto, dándome de alerta que eran las nueve de la mañana, me estiré en la cama y vi mi fondo de pantalla. Éramos él y yo antes de que todo pasara, cuando estaba saludable y gordito, un suspiro melancólico se escapó de mis labios. Pero no era tiempo para andar recordando cosas del pasado, era hora de irme de esta casa.

Me vestí con la misma ropa que ayer y saqué la maleta de debajo de la cama, la deje en el pasillo para poder ir al baño y cepillare los dientes. Miré mi reflejo y noté algo extraño en él, ¿Ese soy yo? ¿Desde cuándo dejo a un amigo cuando más me necesita? ¿Este es el Alejandro que todos conocen? ¿O es el verdadero?

—Soy el mismo de siempre—Susurré escupiendo el dentífrico que tenía en mi boca, me sequé y salí del baño, algo me decía que vaya a su habitación, era una corriente extraña que parece que me decía “Ven”

Dudé mirando mi maleta y luego la puerta. Era una elección difícil, ¿Irme sin decir nada o irme sabiendo que lo lastimaré más? Opté por la segunda opción, no quiero que sufra más por la pérdida de otro amigo, aun sabiendo que le prometí que nunca lo dejaría.

Camine a pasos lentos, pero firmes, hacia su puerta y la golpeé, él nunca abria si yo golpeaba, miré la manija con duda.

¿Estás seguro de que quieres hacer esto?

Sí, muy seguro.

La giré y entré a ese cuarto que tantos malos recuerdos me traía, pero la diferencia entre los recuerdos y la vida real, es que Rubén no estaba. La cama estaba hecha, no había nada tirado por el suelo, no estaban todos sus muñecos, busqué en la sala y tampoco, ni siquiera los peluches que él tenía. En la cocina no se encontraba y comencé a desesperarme, ¿Dónde estaría?

Revise su habitación de nuevo y vi un papel sobre la cama, eso no lo había visto antes. Lo tome entre mis manos pero estaba en blanco, giré el sobre y ahí decía:

“Para Alexby, un gran amigo”

Me senté en su cama mirando fijamente el sobre, ¿Lo abro o no lo abro? Cerré los ojos por unos segundos mientras pensaba en que debía hacer, hoy tenía demasiadas preguntas en mi cabeza, y la mayoría sin respuesta.

Abrí la punta y lo tiré rajando todo el sobre, este cayó al suelo pero no importó, yo quería leer lo que había allí. Comencé a leer y mis ojos se abrieron como platos, no podía estar pasando, ¡Tenía que ser una jodida broma! Las lágrimas caían sobre la carta corriendo un poco la tinta, seguí leyendo la carta y con cada párrafo que leía, la rabia, impotencia y tristeza iban aumentando. Arrojé el papel al suelo y me tiré en la cama a llorar, no podía estar pasando esto…

Él se fue…

heartbrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora