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No quiero seguir viniendo a este lugar, pero ahora tengo que ir a un nutricionista, el doctor se fue diciéndome que podía irme, pero no tengo ropa en este lugar, ni sé dónde está mi móvil, metí mi cara entre las almas de mis manos y froté mi cabello, no tengo que volver a este lugar. Yo no tendría que estar aquí, es todo por culpa de Miguel. Ojalá no lo hubiese conocido nunca.

Mi móvil comenzó a sonar en algún rincón de la habitación, busque el sonido hasta que lo encontré, no sé porque no lo vi si estaba frente a mis ojos. Alex me estaba llamando, cuando corrí la barra para contestar, la llamada se cortó. Espere a que llamara de nuevo para pedirle ropa, a los pocos minutos volvió a llamar, yo ya estaba sentado en la camilla.

—Necesito que me traigas ropa, me dieron el alta.

— ¡Genial! Ahora paso por tu departamento y te llevo ropa.

—Bien, pero yo sé que no me llamaste para eso.

—No, bueno, me crucé con Mangel, y me dijo que lo echaste de la habitación y que le dijiste que no lo querías ver nunca más.

—Sí, pero no quiero hablar justamente de eso ahora, ¿Puedes traerme la ropa por favor?

—Si mi general, enseguida le llevo la ropa.

Corté y mi vista quedó tildada en la puerta, nunca creí que llegaría a esto, toda la vida me fue mal con el amor, ¿Por qué creí que esta vez sería diferente? No lo sé, sinceramente no lo sé, siempre me va mal en todo lo que haga, en mis videos puedo parecer un mujeriego de cuarta, pero en realidad no lo soy, soy un tipo al que le va mal en el amor. Nunca se dejen engañar en las primeras apariencias.

Alex estaba tardando mucho y como el impaciente que soy me estaba aburriendo, tome el móvil nuevamente, quería revisar Twitter, hace tiempo que no estoy metido en la aplicación esa, miles de fans, todas preguntando que me pasó que ya no estoy tan activo con los videos y tal. Para no responderles una por una, decidí poner un Twett para explicar todo.

“No estuve subiendo videos o twitteando por problemas personales que no son muy bonitos de explicar, pero hare todo por ustedes. ¡Los quiero!”

La puerta se abrió dejando ver el cuerpo pequeño de Alex con una bolsa en la mano, la dejo sobre la camilla y se sentó en una silla, le murmuré un “gracias” para entrar al baño a cambiarme, me trajo la ropa que uso frecuentemente, al menos no me trajo ropa fea. Me terminé de vestir y él estaba con su móvil, concentradísimo.

— ¿Nos vamos? —Pregunté haciéndolo salir de su trance, deje la bata arriba de la silla y salimos de ese lugar que, en cierto punto, me gustaba. Lo tendré que ver tres veces a la semana sí o sí, estábamos saliendo cuando unas dos chicas se acercaron a nosotros. Mierda.

— ¡Rubius! ¿Qué te ha pasado? —Preguntó una, era rubia y bajita, muy mona.

— ¿Estás bien? ¿No es nada grave? —Siguió la otra, esta tenia pelo verde y era más alta que la rubia.

—Estoy bien, no me ha pasado nada, es solo un control, lo normal—Intenté mentir, pero no se la creyeron tan fácil. Son mujeres, es obvio, y por más que sean mis fans no se van a quedar calladas.

—Estas demasiado flaco Rubius, no nos mientas.

Alex miraba todo desde una punta, lo miré pidiendo ayuda, pero levantó sus manos al aire en señal de “no son mis fans”

—Chicas, son mis Criaturitas y no les quiero mentir, pero son problemas de primer mundo y no quiero preocupar a nadie, es solo un control de salud, lo típico. Ahora si me lo permiten, nos tenemos que ir. Un gusto haberlas conocido.

Les sonreí y me fui con Alex al auto, suspiré sintiéndome un poco mal al mentirles, estos no son problemas de primer mundo, al menos para mí no los son, el auto arrancó y yo decidí tirar mi cabeza para atrás. ¿Qué mierda estoy haciendo con mi vida? Yo no soy así, ya no me conozco ni a mí mismo, me estoy convirtiendo en otra persona, ya no soy Rubén. Nadie conoce mis problemas, porque no pueden verse detrás de una cámara, y créanme que si se pudiera, no seguiría siendo youtuber, porque las personas que me odian sabrían donde atacar, cuando este débil sabrían las palabras perfectas para destruirme, y nadie quiere que eso le pase, nadie quiere que los demás sepan sus puntos débiles. Mi mente estaba en otra parte, me di cuenta de eso cuando Alex frenó de golpe.

— ¡Coño! ¿Qué ha pasado? —Pregunté alarmado, las bolsas del Airbag se habían prendido, miré para el frente y salía humo, mucho humo. Mi respiración comenzó a agitarse, no entendía nada.

—R-Rubius, me muero—Escuché a mi izquierda, los pelos se me erizaron, tenía miedo de voltear, tomé fuerza de voluntad y lo vi, al muy gilipollas solamente le sangraba la nariz.

— ¡Me asustaste idiota! Creí que te había pasado algo.

—No puedo reír, me duele la nariz, ¿Esta sangrando mucho?

Asentí riendo— ¿Qué pasó? Yo solamente oí un ruido y luego te vi a ti.

—El gilipollas que estaba frente a nosotros, frenó de golpe sin poner las luces, y no llegué a frenar, pero como puedes ver, ¡Se fue!

—Tendríamos que salir, no queremos que exploté el auto con nosotros dentro.

Salimos del auto un poco apresurados, la playera de Alex estaba roja, nos alejamos unos pocos metros por seguridad, a los pocos minutos llegó un auto de policía para preguntarnos si estábamos bien. A Alexby le pusieron algo en la nariz que le quedaba muy chistoso, le sangró por el golpe, por suerte no se rompió ningún hueso, no quiero volver al hospital hoy.

—No vuelvo a subirme a un auto contigo jamás—Reí y el me golpeó el brazo sonriendo.

heartbrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora