Alex.
Terminé de poner la taza sobre la bandeja de madera, allí le llevaba el desayuno a Rubius todos los días. La levanté y caminé por el estrecho pasillo que llevaba a su habitación, la apoyé en una mano mientras que con la otra golpeé suavemente. Espere un rato, se escuchaban algunos ruidos dentro, la manija comenzó a bajar y la emoción se apoderó de mi cuerpo, ¡Estaba abriendo sin que yo se lo pida!, al abrirse completamente vi un Rubén con el cabello muy despeinado –y muy largo– las ojeras negras resaltaban en su piel blanca, sus ojos se encontraban ligeramente rojos, señal de que estuvo llorando recientemente, todavía sigo sin entender como esta en pie con lo delgado que está su cuerpo, llevaba una camiseta que, ahora, le queda enorme y unos pijamas. Suspiré un poco triste al verlo así, ¡Era como si tuviera a un Rubén muerto frente a mí!
—Te traje… esto—Murmuré entregándole la bandeja con su desayuno, mi vista estaba baja, no podía mirarlo en ese estado, y tampoco quería que me viera con lágrimas en los ojos. Sus manos frías hicieron contacto con las mías por unos segundos, él estaba tomando la comida, pero no creo que vaya a comerla. Me sorbí la nariz, el llanto vendría dentro de poco, mi respiración se estaba haciendo pesada y mis manos temblaban.
—Llora si quieres, te entiendo, todos debemos sacar el dolor de nuestras vidas—Susurró, sonaba ronco, en estas semanas no había hablado nunca, o por lo menos eso creo yo. Levante la vista para poder mirarlo a sus ojos cansados y tristes. Hasta en estas condiciones me parece una persona sumamente guapa.
—Y-yo creo que eso no lo entiendes—Trate de hablar mirándolo fijamente, abrió un poco sus ojos al oír mis palabras—Así no sacas el dolor.
— ¿Entonces como lo sacas?
—Olvidando el pasado, volviendo a ser la persona que eres realmente, tratando de ser feliz. Así sacas el dolor.
—Se lo que estas tratando de decir—Murmuró apretando las manos en la bandeja que sostenía, sus nudillos estaban volviéndose blancos—Pero es difícil de olvidar el pasado, es difícil volver a ser la persona que era antes. Es difícil volver a ser feliz. Yo lo quería demasiado, no te imaginas cuánto. Era quien me alegraba los días malos y los transformaba en buenos, ese hombre ya no existe, se fue. Ahora solo quedo yo y el vacío que tengo dentro.
—Sabes que es mentira—Sollocé, mi rostro estaba mojado por las lágrimas que causaban sus palabras, me habían dolido mucho, tengo que admitirlo—Siempre estuve ahí para ti, he intentado hacer que tus días sean mejores, intenté en vano, porque por lo que veo fue en vano, ¿No? Te la sudaste completamente en mi amistad. El día de la entrevista, ¿Ese “gracias” fue mentira? Yo pensé que te estaba ayudando, pensé… que volveríamos a la normalidad, porque el problema no lo tienes solamente tú, yo también los tengo, ¡Los tiene todo el mundo, joder! Si me das una oportunidad más y sales de ese cuarto, yo quiero ayudarte a volver a ser feliz, pero eso solamente lo decides tú y nadie más que tú, porque todavía en el fondo te sigo queriendo desde aquel día, mi cariño por ti nunca cambió, pero esto esta haciéndonos mal a los dos.
—Ya es demasiado tarde para ayudarme, y sé que quisiste hacerlo, no quise hacerte daño diciéndote “No me ayudes, estoy bien solo”, yo también te quiero y siempre te querré, pero un día de estos ya no tendrás que preocuparte por mí, ya no seré una carga para ti. Podrás volver a tu vida de antes, pero de mí no tendrás que preocuparte nunca más. Algún día nos volveremos a ver y talvez todo este como antes.
Diciendo eso entro a su cuarto cerrando la puerta suavemente, las lágrimas seguían saliendo, solamente que ahora con mucha más intensidad que antes. Él no necesita mi ayuda, lo dejó más que claro. Una idea apareció en mi mente, encendiendo una lamparita. Si él no necesita mi ayuda no se la daré. Mañana volvería a casa de mis padres, suena cruel, pero Rubén se lo buscó.
Entré a mi cuarto buscando la valija donde guardaría mi ropa, la tiré sobre la cama y comencé a meter la ropa dentro, camisetas, pantalones, ropa interior, todo lo que necesitaba para volver. Me senté arriba para poder cerrar el cierre que costaba bastante y la dejé a un costado de la cama, todavía tenía toda la tarde para aprovechar, me puse a pensar que había abandonado mi canal cuando comenzó todo esto de Rubén, mis fans no se lo merecían, ellos querían saber de mí y yo los había dejado.
Cogí la cámara, el trípode, sequé mis lágrimas y comencé a grabar un video pidiendo disculpas. No dejaría que me arrastre más, si él quiere puede salir adelante por sus propios medios. Creo que ya estamos grandes como para que nos ayuden otros en nuestros problemas.
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heartbroken
Fanfiction¿Sabes realmente lo que es tener el corazón roto? Novela terminada el 06/11/16