heartbroken

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Ya pasó un mes desde que Mangel se fue, llevo la cuenta de los días, aún siento todo como si hubiera sido ayer, el mismo sentimiento, estoy encerrado en cuatro paredes, mis amigos me invitan a salir, pero allí estará Él, y no quiero verle la cara, o por lo menos no por ahora, ellos no saben nada de lo que pasó, no saben lo de la pelea, siempre intentan sacarme una sonrisa, y la sacan, pero es fingida. Mi cabeza da vueltas, ya no veo nada claro, mis ojos están rojos, y creo que tengo unas bolsas que llegan hasta el suelo, no he podido dormir desde ese día, también comencé a cortarme, es patético lo sé, pero así sacó todo lo que llevo dentro.

Mi móvil vibró, estaba en la mesa al lado del ordenador, yo estaba tirado en la cama, intenté pararme, ¿Para qué?, solo conseguí marearme, tuve que sostenerme de la pared, ya no tengo fuerzas para nada. Caminé lentamente hasta poder cogerlo, desbloquee la pantalla, habían notificaciones de todas las redes sociales que yo tenía, en parte eran de subscriptores, abrí las de WhatsApp y borré las anteriores. Varios mensajes eran e mis amigos preguntándome como estaba, luego era del grupo en el que estábamos todos, Alex era el que me había mandado muchos más mensajes que el resto.

"Hey Rubius, ¿Cómo estás?"

"Contestaaaaaa"

"Rubius me estás preocupando"

"Por favor contesta mis llamadas"

"Veo que no tienes ganas de hablar, está bien, pero escríbeme cuando estés mejor y quieras hablar"

Luego eran los demás, los leí a todos y les conteste, mientras borraba algunas conversaciones, llegó la de Él, yo lo tenía agendado como "Mi Mahe", su conversación no la borré, quería recordar los momentos en los que Él me quería, en los que éramos mejores amigos. Abrí el chat con Alex, intentaría hablar con alguien.

"Alex, estoy bien, no te preocupes por mí, creo que ya estoy grande y me puedo cuidar solo, pero igual gracias por preocuparte"

"¡Rubius! Creí que habías muerto" Si supieras que quiero hacerlo, no dirías nada

"¿Puedes venir? Necesito hablar muchas cosas contigo"

"Claro, ya voy, nos vemos Rubius"

Fui hasta la cocina para ordenar un poco, estaba todo lleno de tierra, y desordenado, luego de mi ataque de ira, tiré los pedazos de vidrio rotos, abrí la ventana dejando que entre los rayos de sol, hace un mes que esta casa no estaba tan iluminada, me cambié la camiseta y el pantalón, me lavé la cara he intenté peinarme. Estaba saliendo del baño cuando sonó el timbre, fingí una sonrisa y ahí estaba Alex.

—Hola Rubius—Me saludó con un beso en la mejilla y entró, sonreí por Alex, el traía alegría, creo que era la primera vez que sonreía sinceramente, volví a cerrar y me senté en el sillón con Él.

—¿Quieres algo para tomar?—Fui a la cocina, tenía zumo, agua y más agua, ultimamanete ya no estaba comiendo y eso era todo lo que ocupaba el refigerador—Te puedo llevar un vaso con zumo, es lo maximo que tengo. ¿Lo quieres?

—¡Si! Tráemelo por favor.

En mano tenía su lata y mi botella de agua, no quería tomar nada sinceramente, y era algo raro en mí dado que yo amo el Monster, me miro raro pero lo bebió tranquilamente, levanté la botella para tomar agua y observé mi muñeca, me faltaban mis muñequeras, los cortes de mi brazos se veían todos, Alex me observó e intenté ocultar mis brazos entre mis piernas.

—¿Qué pasa? ¿Por qué escondes las manos?—Preguntó curioso, me comencé a poner nervioso, ¿Qué le diría?

—P-por nada, tengo que ir a hacer algo, ya vengo.

Me levanté rápido del sofá, me maree un poco, pero me apresuré, cuando buscaba mis muñequeras alguien me agarró el brazo, Alex...

—Rubius...

—Yo... yo puedo explicarlo.

—Rubius, ¿Por qué lo haces? Siempre hay escape a los problemas, no lo hagas.

—Es que... es difícil, estoy muy lastimado, y no creo poder escapar de esto—Las lágrimas traicioneras salieron, me sentía estúpido al llorar delante de Alex, pero es que no puedo ocultarlo más.

—Cuando te sientas mejor, hablaremos de todo este asunto, ¿Quieres ir a cenar? Yo invito, sal de esta casa. Rubén estas muy flaco, ¿Comiste estos últimos días?

Rasqué mi nuca, no como desde ese día, el hambre se me ha quitado completamente.

—No, no he comido.

Me dejó solo en la habitación para que me cambiara, es un gran amigo, siempre me ha ayudado en mis problemas, y ahora es cuando más lo necesito, salí de allí con mi cartera en el bolsillo, cuando terminamos de acomodar las cosas cerré el departamento para que podamos irnos, Alexby tenía su propio auto así que él nos llevó. En el camino hablamos de varias cosas y escuchábamos una canción un poco lenta.

—Esta canción te gustaba a ti y a Mangel—Dijo riendo, bajé la mirada, estaba recordando todas nuestras locuras—Oh, perdón Rubius, solo olvídalo ¿Sí? Estás conmigo, y voy a cuidarte como si fueras mi propio hijo. Hoy la vamos a pasar genial.

—Eso espero.