Complicaciones

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¿Por qué habré tardado tanto en reaccionar? Me maldigo a mi mismo mientras sigo el camino por el que ha ido Georgia hace varios minutos. Mi corazón late desbocado y no exactamente por la velocidad en que voy.

Me ha besado. Una preciosa desconocida me ha besado así como así. Lo peor de todo es que no me puedo conformar, quiero más. Necesito probar de nuevo esos labios.

Dentro todo el mundo baila despreocupadamente. Claro, ellos no tienen que encontrar a nadie...

—¡Eh! —chilla mi hermana al verme de lejos. Yo corro hacia ella.

—¡Gemma! —Ella me mira mal—. Quiero decir... ¡Sam!

—¿Cómo va?

—¿Conoces a Georgia Rose, la de la fiesta?

—Que directo —Yo le muestro la seriedad de la pregunta con la mirada—. Pero si, la conozco.

—Estupendo... ¿sabes dónde puedo encontrarla? —Ella alza una ceja divertida—. Solo quiero felicitarle por lo bien organizado que está todo —Gemma asiente no muy segura y se gira a preguntarlo a sus amigas. Pasan unos segundos interminables hablando mientras yo la busco con la mirada. No creo que la encuentre con tanta gente.

—Mis amigas la han visto yendo para allá —dice señalando la tabla de mezclas.

—Gracias. —No pierdo medio segundo más. Salgo pitando para la zona de mezclas y al no verla me inclino al Dj.

—Perdona... ¿Sabes dónde está...? —Me quedo mudo al verla. Está hablando con varias chicas a unos metros de mí.

—¿Quién? —pregunta el Dj confundido.

—Nada. Ya está, muchas gracias.

Me acerco a ella por detrás. Habla animadamente con las otras chicas así que decido esperarme. No es plan de interrumpirle delante de todas.

Al contrario de mí, ella parece muy tranquila. ¿Habrá besado a más desconocidos hoy? ¿Será una rara costumbre? El miedo me asalta. Puede que ella no haya sentido lo mismo que yo. Aprieto los dientes y doy un paso hacia atrás, decidido a irme y dejarlo pasar, cuando todas comienzan a caminar hacia la pista. Desafortunadamente o afortunadamente, no lo sé, Georgia las sigue la última. Suelto aire antes de decidir en milésimas de segundo hacer lo que voy a hacer.

—¡¿Qué narices...?! —grita ella cuando le cojo de la cintura y la cargo hasta la zona oscura que hay detrás del Dj. Se gira asustada pero cuando me ve sonríe relajada con esa sonrisa que tanto me puede—. Hola de nuevo.

Para ganar tiempo, antes de acribillarla a preguntas, asomo mi cabeza para ver a sus amigas. Al parecer no se han dado cuenta de su ausencia, aunque, si así fuera, tampoco pasaría nada.

—Bueno, ¿por qué me has... cogido así? —pregunta con media sonrisa. ¡Se lo toma a broma!

—Necesito explicaciones —Ella suspira.

—¿No podía ser un simple beso? ¿Un beso y ya? —Yo niego.

—Si tú no has sentido nada, te dejo ir. Pero si has sentido algo, y con algo me refiero a cualquier pequeña cosa al rozar tus labios con los míos, tienes que quedarte —Ella abre los ojos como naranjas.

—Wow. Eso fue profundo —dice guiñándome un ojo.

—¿No puedes ponerte un poco seria? —pregunto un tanto enfadado.

—Noup. No está en mi naturaleza... aunque me temo, que por lo que has dicho, tendré que quedarme —Me relajo al instante, no soy un lunático, ella también lo ha sentido.

—Vale.

—Vale —repite al ver que no digo nada más. ¿Ahora qué Harry? Soy idiota. La traigo aquí le suelto un mini sermón y ahora no sé qué preguntarle.

—¿Cómo te llamas? —Me decido por esa pregunta al recordar que aún no sé su verdadero nombre.

—Georgia, te lo dije antes.

—¿No me puedes decir tu verdadero nombre? —Ella niega divertida—. ¿Por qué?

—Porque yo creé esta fiesta años atrás. Cada año se celebra a principios de agosto y, por si no lo has notado, todo el mundo que entra tiene que hacerlo con un rol aprendido anteriormente.

Suspiro frustrado. Así no voy a conseguir nada...

—¿Podemos quedar? Mañana, por ejemplo. Sin roles, solo tú y yo.

—No estaría mal...

—¿Pero...?

—No creo que mi padre me deje. —Se me escapa una risita sarcástica.

—Es la peor escusa del mundo —digo removiéndome los rizos—. Si no te intereso, me lo hubieras dicho desde el principio y punto. —Me giro dándole la espalda pero su mano me impide irme.

—¡No es eso!

—¿Entonces?

—¡Es verdad! Mi padre tiene un trabajo que... bueno le hace importante. Solo tiene una hija y es demasiado sobreprotector.

—¿De qué trabaja?

—Es dentista —Me la quedo mirando serio hasta que ella cede con una carcajada.

—¡Ya vale! —Me quejo.

—Ya te he dicho que es una fiesta de roles y el padre de mi personaje es un dentista. —Bufo. ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?—. Hagamos un trato.

—A ver... dime.

—Mañana es domingo y mi padre se va a la ciudad a las cinco de la tarde y no vuelve hasta las doce. —Yo asiento asimilando la información—. Si consigues que me dejen salir de casa, te contestaré todo lo que quieras.

—¿Si consigo?

—Sí. No creo que me dejen salir así como así. Y menos con un chico.

—¿Por qué me pones las cosas tan difíciles? —pregunto contrariado.

—Porque sé que si haces eso por mí, es que he sido más que un simple beso para ti también.

Dicho esto se va. Me deja solo con todas las mismas dudas que antes. Cabizbajo busco de nuevo a mi hermana.

—Sam, me voy.

—¿Ya has hablado con ella?

—Sí.

—Muy bien, ve con cuidado.

En el camino de vuelta a casa de mi abuela, recapitulo todo. Recordar el beso me hace sentir escalofríos. ¿Cómo un simple beso lo puede cambiar todo?

La verdad es que no se me ocurre como hacer para que la dejen salir ya que no sé ni contra quién me enfrento. Y con enfrentar me refiero a su padre. ¿De qué trabajará? Cuando llego a casa voy directo a mi cama. Allí me espera Ada y la acaricio un buen rato mientras pienso en ella.

—¿Por qué tiene que ser todo tan complejo? —Ada me mira con cara de comprensión—. No lo entiendo... ¿por qué he tenido que ir a esa estúpida fiesta y conocerla? Estaba más tranquilo antes.

Me estiro en la cama y cierro los ojos al darme cuenta que le estoy explicando mis penas a mi gata. ¿Qué culpa tendrá ella de todo?

Best Song Ever | Harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora