"Nada serio"

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—¿Cuánto tiempo crees que tenemos? —pregunta ____ mientras sonrientes nos despedimos de Gemma y Ethan con la mano.

—¿Media hora?

—Yo creo que un poco más...

—¡Tened cuidado! —oigo gritar a Gemma antes de desaparecer por el camino que lleva al pueblo.

Pasa un minuto y ambos estamos callados. Ninguno dice nada, estamos comprobando que nuestros hermanos se han ido de verdad.

—Se han ido —digo afirmando la realidad y cortando el silencio.

—Genial. —No tardamos más. ____ se me tira encima y me besa. ¡Como adoro sus labios! Me besa incontroladamente y tardo unos segundos en reaccionar. Cuando lo hago mi lengua empieza a competir contra la suya.

Le cojo en brazos y ella rodea las piernas en mi cintura. Comienzo a caminar hacia la casa, ahora vacía. Ella besa mi cuello y da varios mordisquitos, ¿me saldrán marcas? Qué más da... Las marcas es lo último que me preocupa en este momento.

Sus manos viajan por mi espalda apretándome los brazos o simplemente se entierran en mi pelo. Yo gimo incontroladamente mientras la subo a mi habitación.

—Vamos Harry —susurra sensualmente en la oreja—, no seas lento.

Yo gruño, no porque me ha dicho lento sino porque justo después de eso su mano ha hecho un pequeño aterrizaje en mi entrepierna. Ella la quita sonriente al ver que casi me pongo a correr a la habitación. Me está mordiendo los labios cuando entramos. Voy apartando ropa del suelo con el pie a medida que avanzo.

—¡Eh! —exclama ella cuando la dejo caer en la cama.

—¿Qué pasa? —pregunto medio preocupado.

—¿Quién te ha dicho que te alejes de mí? —pregunta alzando una ceja.

—Que yo sepa... nadie. —Me acerco a ella de nuevo y pego mi cuerpo con el suyo. Nuestros cuerpos que muy pronto serán uno.

Ella agarra mi cabeza y la atrae a su boca de nuevo. En vez de besarme me chupa el labio inferior con esmero. Después de darle un bocadito de despedida me besa como tanto me gusta. Estamos varios minutos simplemente disfrutando de nuestras respectivas bocas. Opino que se crearon para estar juntas y no separase nunca. Me podéis llamar cursi y todo lo que queráis pero es cierto.

—Harry, quítame la ropa —ronronea mirándome fijamente a los ojos. Yo asiento como un bobo y le quito lentamente la camiseta—. Ahora tu.

Yo hago una mueca pero no me niego. Tengo demasiada calor. Me quito la camiseta rápidamente y ella se queda mirando mi torso desnudo mientras yo disfruto de su sujetador de encaje rojo. ¿Serán las bragas a conjunto?

Se inclina para arriba y besa mi torso. De arriba abajo.

—No me habías dicho que tenías cuatro pezones —dice mordiendo los verdaderos y besándolos para después pasar a los otros.

—No creía que fuera un dato importante —digo entre gemidos. Mientras ella se ocupa de mi torso yo intento, sin mucho éxito, abrirle el sujetador.

—Harry, necesitas practica —dice mirándome. Sin romper la mirada se lo quita a la primera y lo tira al suelo. Me quedo embobado mirándola. ¡Harry! Me riño mentalmente. ¡Sé un poco más fino!

—Me tendrás que enseñar —concluyo mientras me acerco a sus rosados pezones. Ella asiente y un gemido sale de su boca cuando comienzo a hacer exactamente lo mismo que ella ha hecho con mis pezones.

Rodeo uno con la lengua mientras con la mano pellizco suavemente el otro y viceversa.

____ gime en cada lametón y se deshace de mis pantalones rápido. Al hacerlo, roza mi erección con la mano y yo doy un botecito sorprendido. Ella alza una ceja divertida.

Antes de que diga nada me inclino a ella y le quito sus pantalones. Sí. Tiene las bragas a juego con su sujetador. Solo nos separa una prenda de ser uno.

—Bésame. —No hace falta que lo repita. Me acerco a ella y la beso de nuevo. Nos comemos mutuamente durante varios minutos más. Mi erección crece por momentos y choca en el culo de ____. Ella gime al sentirlo.

—Harry, te quiero dentro de mí, ¡ya! —Abro los ojos al ver lo directa que puede ser a veces. Bueno, en realidad, nos conocimos gracias a eso. Si ____ no me hubiera besado esa noche no sé si hoy estaría aquí con ella.

Me inclino a la mesita de noche y abro el cajón. De él saco un condón -que trage conmigo por si las moscas- y cuando me giro la boca se me hace agua. ____ ya se ha deshecho de toda su ropa y está abierta de piernas esperando a ser llenada por mí.

—Joder, ____...

—¿Te vas a quitar esos bóxer o no? —pregunta ella con voz ronca. Yo gimo y me quito el bóxer. Veo como su sonrisa se ensancha y se incorpora—. ¿Puedo? —pregunta mirando el condón. Asiento y se lo doy tembloroso—. Túmbate.

Hago lo que me dice. Ella se inclina y acaricia mi miembro. El primer toque que le da y estoy a punto de reventar. Aprieto los dientes en forma de autocontrol. ¿Cómo puede provocar tanto en mí? Mece un poco mi miembro antes de abrir el condón. El momento en que me lo pone es aún peor que el primer toque. Lo hace lentamente y con paciencia, parece hasta concentrada.

—Nunca se me ha dado bien... —dice subiendo los hombros con desinterés.

—____, joder. ¡No me hagas sufrir! —me quejo al ver que suelta una risita—. ¡Mierda! —exclamo cuando lo baja de golpe haciendo todo mi cuerpo temblar.

—Tienes la boca muy sucia —dice acercándose a mí y besándome de nuevo sin importarle. Justo en ese momento noto su entrada mojada cocar con mi erección. Tiemblo de placer pero me niego. Le muerdo el lóbulo de la oreja y aprovechando el despiste le doy la vuelta y la dejo debajo de mí.

Ella sonríe nerviosa.

—¿No me vas a dejarme montarte? —pregunta haciendo puchero.

—Sí, pero antes... —Sin previo aviso meto un dedo en su sexo. Ella gime de sorpresa y yo me coloco entre sus piernas. Comienzo a jugar con su clítoris mientras con mi dedo hago un ritmo constante.

—Harry... —gime ella—, por favor. —Yo meto otro dedo y sus gemidos se intensifican cuando estoy a punto de meter el tercero, aún no tengo ni idea como, me da la vuelta como yo había hecho unos minutos atrás y se penetra instantáneamente.

—¡____! —exclamo. Ella después de unos segundos sin moverse se acerca a mí.

—Te lo he pedido y no me has hecho caso —susurra en la oreja.

Dicho esto sube y vuelve a bajar haciendo que mi miembro entre completamente en ella. Ambos gemimos y ella cegada por el deseo comienza a subir y bajar en un ritmo lento pero constante. No cierro los ojos en ningún momento. Mirarla disfrutar me sale mucho más en cuenta.

Después de 12, 13, 14... envestidas noto a ____ contraerse en mi gran erección que aún sigue moviéndose en su interior. Cierra los ojos y grita mi nombre dejándome satisfecho, yo me corro segundos después con su nombre en mis labios.

Tiene que ser mía. Pienso mientras ella me hace circulitos en mi estómago acurrucada a mí. Tiene que ser mi novia, mía y de nadie más. Me permito el placer de mirarla y mi ser se contrae ante su belleza. ¿Cómo he podido tener tanta suerte en encontrarla? Nunca antes me creí un tipo con suerte pero está claro que si no lo fuese no tendría a semejante princesa entre mis brazos.

—Harry, no quiero tener nada del todo serio —dice de la nada mirándome preocupada. Me entristezco un poco pero al ver cómo sigue mirándome con la preocupación en los ojos, sonrío.

—____, me gustas mucho —admito—, sé que nos conocemos hace poco y eso no hace más que asustarte pero... ¿dejarás que intente ganarme tu corazón? —Sus ojos se iluminan y asiente. Yo le doy un dulce beso en los labios y cierro los ojos agotado.

Un suave ronroneo me hace dar un bote. Ada se restriega en mi brazo.

—¡Ada! —exclama ____. Ella va hacia ella y se acurruca en sus brazos—. ¿Celosa? —pregunta divertida. Como si le hubiera entendido, Ada suelta un Miau a mi preciosa chica.

De repente se oye el sonido de la cerradura, ____ y yo nos miramos asustados.

—¡Ya estamos aquí! —exclama Johnny desde abajo.

Mierda.

Best Song Ever | Harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora