3.

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Recorrí con mi mirada su torso perfectamente tonificado. Llevaba dos meses sin mantener ningún tipo de relación con Oscar y aquella situación me estaba pudiendo. Como respuesta dirigí mi mano a su cuello y lo atraje hacía mí, besándolo por primera vez. Me mantenía apoyada tras la puerta cuando su boca exploto con la mía e introdujo su lengua en ella, me estaba volviendo loca. Desabroche su cinturón y sus botones del pantalón, él acarició mi pierna y se abrió camino por el vestido hasta mi intimidad. Al comprobar que estaba húmeda hizo a un lado mi ropa interior, se colocó un preservativo e introdujo su miembro en mí.

Yo me aferré fuertemente a su espalda, hincando mis uñas en él, solté un gemido y él gruñó intensamente al ver mi reacción. ¿Cómo era posible que un completo desconocido supiera que hacer para llevarme a aquel estado frenético? No conocía mi cuerpo, apenas había sentido sus caricias y había conseguido que lo deseara más que a Oscar. Tras sentir toda su masculinidad en mi interior estalle y él lo hizo conmigo...

Después de un minuto completamente en silenció, donde solo se escuchaba nuestras respiraciones aceleradas se separó lentamente de mí y comenzó a abrocharse el pantalón. Yo me coloqué un poco el vestido, me sentía avergonzada, ¿Qué se suponía que se debía de hacer en estos casos? ¿Qué es lo que debía preguntar o decir?

- Si quieres puedes ir al baño, no hace falta que digas nada - Asentí y baje la mirada, él me levantó la barbilla y me dio un beso - si necesitas cualquier cosa estoy ahí afuera.

Me hice a un lado, abrió la puerta y me indico que podía salir. Me acompaño hasta la puerta del baño y después lo vi perderse entre la gente. Entre y había una muchacha algo más joven que yo retocándose el maquillaje, abrí el grifo y me eche agua en el rostro. Pude ver que las manos me temblaban ligeramente al igual que las piernas y me apoye en el mueble, justo enfrente había un espejo donde me quede mirándome. Había engañado a Oscar y lo peor era que lo había disfrutado y deseaba volver a verlo.

Nunca había tenido un encuentro semejante, aquel era el primero pero me había devuelto la vida sexualmente hablando. Me acomodé un poco el cabello y salí de nuevo al local. Mis amigos estaban en el mismo lugar donde los deje, tan solo faltaba Dulce y Christopher que bailaban en la pista como dos quinceañeros. Cristian me sonrió y me ofreció su taburete, yo me senté y tome el tequila que había en la barra.

- ¿Qué, a quién viste? ¿Quién es ese hombre misterioso? - Mire a Maite
asustada de que pudiera haberme visto en el pasillo junto a él - Tú dijiste que te pareció ver a alguien, ¿a quién viste?

-Me equivoque, ¿Llevan mucho allí?

- Desde que tú te has ido - Dijo Cristian riéndose - ya los conoces, sobre todo a Dulce, la encanta bailar.

- Si - Lo sonreí y mire a donde anteriormente estaba aquel hombre que me había echo desvanecer, pero no estaba - Debería llamar a Oscar.

- ¿Has visto la hora que es? Él ya estará durmiendo Any.

Maite tenía razón y si no estaba durmiendo poco le quedaría. Tomamosunas copas más y después nos marchamos a nuestras casas. No lo había vuelto a ver a pesar de su aviso "Sí necesitas cualquier cosa, estoy ahí afuera" era algo que no desaparecía de mi mente. Al día siguiente fui hacía la agencia, apenas había podido dormir.

- Hola mi amor - Dijo mientras me besaba lentamente - ¿Cómo te la pasaste ayer en la noche?

- Bien ¿Y tú? ¿Terminaste ya el trabajo?

- Nos salió una campaña nueva - Se le veía feliz, él no imaginaba mi traición - todo va sobre ruedas. Mi hermano llegará la semana que viene, se hospedará en mi casa y tengo pensado que sea parte de la imagen de la campaña. Me gustaría que tú también participaras.

- ¿Sacando las fotografías? - Él asintió- lo haré, pero tendrás que explicarme como es la campaña y de que trata. Ya sabes que las imágenes deben de reflejar lo que se busca...

- Claro - Iba a salir de su despacho cuando me llamo de nuevo - prometo que te recompensare todo este tiempo perdido.

No lo conteste y me fui. Aquello llevaba escuchándolo el suficiente tiempo como para no creerme ni una parte de lo que me decía. Aquel sábado desistí de preguntarle a Oscar si iba a salir, probablemente sabía la respuesta por lo que me puse unos pantalones cortos, una blusa abierta y me fui con Maite a caminar por la playa.

Levándonos por la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora