22.

884 56 4
                                    

-No creas, me es indiferente… solo lo siento por Alfonso – Disimulando ¿Llevan mucho tiempo juntos?

- El suficiente… - Deje mi bebida en la mesa y me iba a ir no estaba dispuesta a escuchar más su arrogancia – no te voy a poner el camino fácil.

- ¿Perdona? – Me gire y me la quede viendo, en ese momento los dos vinieron.

- Lo que escuchaste… Alfonso me quiere a mí y no voy a dejar que te lo lleves como si nada. – Oscar abrió los ojos de par en par, yo quería huir de allí – Se ve que lo vas buscando.

- Estas equivocada, te lo puedes quedar, te lo regalo, es tuyo… yo no siento nada por él, somos amigos.

- Verónica – Alfonso se metió en medio de aquella conversación – no sigas por ese camino porque lo estas estropeando todo.

Me abrí paso y me marché hacía el baño. Me moje la cara y pase mis manos húmedas tras mi nuca mientras cerraba los ojos. La puerta se abrió y Alfonso entró adentro, cerrando con el seguro. Me quede mirándolo, no sabía que diablos hacía. Aquel baño se encontraba en la parte de abajo, y todos habían tenido que ver como él entraba. Intente hacerle a un lado para salir, pero se posicionó en medio de la puerta.

- Verónica se disculpo delante de Oscar, él esta seguro de que es un malentendido de ella.

- Pero no lo es…

- Por el momento dejemosque piense así.

Se acercó a mí y comenzó a besarme. Sus manos se abrieron camino por la blusa y toco mi vientre lentamente. Fui deteniéndolo poco a poco pero de nada me sirvió, me tomo de la cintura, me sentó en una mesa que había junto al lavabo y comenzó a lamerme el cuello.

- Alfonso por favor…

- Saben que estoy hablando contigo, no tienen porque sospechar nada, prometo no tardar mucho.

Como respuesta desabroche el pequeño cinturón que traía en su pantalón y él siguió besándome. A mi también me urgía sentirle dentro de mi por lo que me puse en pié, baje mis pantalones al igual que él los suyos y lo pegué a mí. Sus manos se pusieron en mi espalda, abrí las piernas, él se agacho un poco e introdujo su miembro en mí. Me aferré a su cuello y hundí mi rostro en su hombro a la vez que él entraba y salía una y otra vez de mí. Sus dedos comenzaron a hincarse más en mí y sentí como eyaculo en mi interior.

Suspire y él tomo aire mientras respiraba agitadamente…

- No deberíamos de tardar mucho más en salir.

- No – comenzamos a vestirnos – mi hermano me dijo de lo que hablaron arriba. Me pregunto que si tú me habías comentado algo al respecto y de si conocía a la otra persona.

- ¿Qué le dijiste?

- Que no, pero que si habías encontrado a alguien que te tratara mejor estabas en tu derecho – Lo mire, no es que apoyara mucho a su hermano – Any yo con él nunca he tenido una relación muy fuerte y además cuando tengo que decirle las cosas se las digo sin más.

- Quizás mi problema es que no me gusta hacer daño a la gente que quiero.

- ¿Crees que a mi sí? – Quito el seguro y tras pasar un mechón de mi cabello justo detrás de mi oreja me sonrió – no te equivoques porque no es así.

Abrió la puerta y salió, yo tome aire y tras mirarme en el espejo fui tras él. Verónica se disculpo conmigo a las fuerzas y yo quise marcharme de allí por lo que tome mi bolso y me fui. Oscar se ofreció ha acercarme y yo no me negué, cuanto antes llegara mejor. Durante el trayecto no cruzamos apenas palabras y la verdad que para mí mejor pero al llegar a mi casa antes de que saliera del coche me detuvo.

- Yo no creo en lo que Verónica a dicho hoy – Asentí pero aún no me soltaba - ¿Qué harás mañana?

- Mañana sinceramente me voy a quedar en mi casa, llevo una semana con mucho movimiento, por lo que voy a tratar de relajarme. Lo siento pero… quiero estar sola.

- ¿Te verás con él?

Rápidamente entendí que se refería a que si me iba a ver con la otra persona que había entrado en mi vida. Sonreí ingenua, me quite el cinturón de seguridad y me metí en mi casa. Por la ventana pude ver que se quedo durante unos minutos parado, sin saber que hacer hasta que finalmente se marchó. Subí a mi cuarto y tras ponerme el pijama me quede placidamente dormida en mi cama.

A la mañana siguiente baje a desayunar y vi que por debajo de la mesa había un folio, lo tome sin darle importancia y fui a la cocina. Lo deje en la mesa y mientras me echaba zumo en un vaso lo abrí…

“He venido a verte pero estaba todo a oscuras y no quise despertarte, si no tienes ningún plan mañana me paso por aquí. Alfonso.”

Levándonos por la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora