Tras unos duros meses Sebastián se enteró de lo que Oscar me había echo. Vino a la casa de Alfonso y mía muy arrepentido, se sentía culpable por todo lo sucedido. Oscar había decidido irse lejos por un tiempo, mi familia adoraba a Alfonso, no había sido fácil pero sin embargo lo respetaban.
Fui sigilosamente a nuestro cuarto, Alfonso estaba sentado en la cama, mirando fijamente la foto de nuestra boda. Pase mis brazos por sus hombros y él me sonrió.
- Ha merecido todo la pena…
- Sí, no lo cambiaria por nada del mundo.
- Ven – Me tomo por la cintura y me recostó en la cama, él se puso de lado, tocando mi vientre – vosotros tres sois lo más importante que tengo.
- Se que todo saldrá bien – uní mi mano a la suya y eche un vistazo a nuestra hija de seis meses que dormía en la cuna – con la relación que llevábamos no me imagine esto – riéndome – y esté se ve que es igual de inquieto que su padre.
- Tranquilízate – Beso mi vientre y poco a poco el niño se fue calmando – creo que esta deseando que haga esto.
Deslizo su mano hacía mis pechos y comenzó a presionarlos levemente bajo la tela, me beso al principio lentamente después introdujo su lengua dentro de mi boca. Levante la camisa que llevaba dejando su torso al descubierto, poco a poco introdujo su mano bajo mi ropa interior y yo me estiré a la vez que solté un gemido.
- Shh – Me interrumpió Alfonso – no debemos despertarla.
- Entonces no hagas eso…
- ¿Esto?
Comenzó a acariciar mi clítoris y a deslizar su lengua por mis labios. Mi corazón comenzó a acelerarse y mis piernas comenzaron a temblarme.
Justo cuando iba a soltar un grito se detuvo a la vez que me sonreía, después se incorporo y se quito el pantalón. Yo deslice los pantis que llevaba y mi ropa interior al suelo. Posiciono su cuerpo sobre el mió y sentí su miembro rozando mi intimidad, abrí mis piernas dándole pasó. Me aferre a su espalda e inmediatamente introdujo su miembro en mí interior.
Cuando estaba a punto de alcanzar el clímax lo detuve y lo hice a un lado, cogí del mueble las esposas que había comprado anteriormente y le sonreí. Se incorporo animado a atarme a la cama pero fui yo quien metió su muñeca en la esposa y la cerró. Me deslice por su torso y él cerro los ojos, ya sabía lo que iba hacer.
Dirigí su miembro hacía mi boca y comencé a llenarlo de caricias. Aquello ya no era nada más sexo, pasión o lujuria, sin duda había amor. Aquellos dos años me habían servido para aprender y crecer en pareja, lo que había comenzado por una irremediable pasión había terminado en un matrimonio y en una hermosa familia.
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Levándonos por la pasión
FanfictionUna historia más allá del amor y la fidelidad. ¿Que debemos hacer cuando el deseo se apodera de nuestro cuerpo y nos invitan a cumplir esa gran tentación? Anahí disfrutaba de una salida con sus amigos cuando un hombre misterioso le entrega una nota...