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- Claro que no, jamás.

- ¿Te digo lo que te pasa? – Se levantó del sofá molesto, mirándome fijamente – quieres huir del problema, pero así no se solucionan las cosas porque no vas a dejar de sentir – Baje la mirada, tenía razón – lo único que consigues así es hacerte daño a ti y a mí.

- Tienes razón, lo siento – Me levanté y me acerque a él – mi familia y la tuya no me lo van a perdonar.

- Tan solo te dije que necesitarían tiempo. Any tu familia debe de entender que tú felicidad no esta con mi hermano. Y te vuelvo a repetir que yo es un riesgo que quiero correr, quiero intentar ser feliz contigo. Terminemos esto cuanto antes, te dije que cuando hiciera esto quería hacerlo bien… ¿Quieres ser mi novia?

Su novia. ¿Pero como? Quizás y a mí me faltaba la valentía que él tenía. Yo no era capaz de ir al día siguiente a la agencia y decirle a su hermano que quería estar con Alfonso, él al no recibir respuesta tomo aire y acarició mi mejilla. Después se fue hacía la cocina y tomo una cerveza de la nevera, su semblante era serio…

- En dos días tengo que volver a mí casa – Lo mire, aquello me asustaba – intentare volver cuanto antes. Ya te dije que no tenía pensado quedarme mucho tiempo aquí en la ciudad.

- ¿De verdad vas a volver?

- Sí, yo no quiero dejar esto aquí, pero si te pido que en ese tiempo te pienses muy bien las cosas. Any no es que quiera darte un ultimátum pero si cuando regrese tú sigues si encontrar las fuerzas necesarias para cambiar toda esta situación, yo no te insistiré más. Me alejaré de tu vida para siempre.

- Sabes que eso no es lo que quiero.

- A veces no lo demuestras.

Me dolía escuchar aquellas palabras pero en verdad tenía razón. ¿Qué podía hacer? ¿Dejar una relación de más de un año de un día para otro sin más y decirle a Oscar que me había enamorado de su hermano? Alfonso se acercó a mí y me dio un beso en la frente, aún así era comprensivo conmigo y creo que se ponía de cierta manera en mi posición. Aquello no nos resultaba fácil. En mitad de la noche me desperté, había tenido una pesadilla. Alfonso me abrazo e intento tranquilizarme. Veía como se alejaba poco a poco de mí y yo no hacía nada para detenerle.

- Alfonso debo irme a la agencia – Me estaba vistiendo y él se quejaba desde la cama – voy a llegar tarde.

- Quédate aquí conmigo. Me tomo de la mano y me tiro sobre su cuerpo. Su mano rodeaba mi cintura y comencé a besarlo. Aquel beso ya no era cargado de una pasión descomunal y ya. Era con tacto, con sentimiento… Me le quede viendo fijamente y le sonreí, me gustaba despertarme cada mañana y encontralo junto a mí.

- ¿Te vas a venir? – Asintió – Te dejo que te vistas entonces.

- Debo de ir a recoger el boleto de avión. Luego aparte tengo que ir hablar con Oscar.

Me quede en silenció viendo como se preparaba, no me gustaba para nada la idea de quedarme en la ciudad a solas con Oscar. Con Alfonso me sentía protegida en todo momento mientras que sin él su hermano se comportaba de una forma muy extraña. Me pidió que lo dejara en una calle para pasarse por una sucursal y yo continué hasta la agencia. Oscar vino hacía mí y me abrió la puerta del coche, yo me baje y comenzamos a caminar hacía el interior.

- ¿Ya estas mejor? – Asentí – Mi amor ¿Tienes idea de donde se mete mi hermano?

- No, ¿Por qué lo dices?

- Pasa mucho tiempo fuera, no viene a dormir y Verónica ya no esta aquí en la ciudad. Todo es muy extraño.

- Oscar, creo que se te olvida que tiene veintiocho años. ¿No crees que ya esta crecidito para hacerlo que quiera?

- Me preocupa lo que puede estar haciendo – Meterse en mi cama conmigo, pensé – creí que tú sabrías algo ya que se llevan tan bien.

- Congeniamos bien, eso es todo.

- ¿Segura? ¿No hay nada más?

- Mira – Me paré en seco antes de entrar en mi oficina, reí ingenua y lo miré – si lo que quieres es que te diga que tu hermano y yo nos hemos acostado juntos pues sí. ¿Conforme?

- Además todas las noches – Alfonso venía caminando por el pasillo y escucho aquella conversación.

– Oscar ¿Podemos hablar? Él nos sonrió, pensando que estábamos bromeando, pero sin embargo era la pura verdad. Oscar comenzó avanzar hacía su oficina y Alfonso me guiño un ojo a la vez que me sonreía y lo siguió. Su mirada serena me cautivaba por completo y hacía que perdiera la cordura. Entré en la oficina, guarde mis cosas y salí para ver que tarea podía realizar. Jaime y Rubén estaban retocando unas imágenes para una revista, me puse con ellos y les di alguna que otra idea.

Maite vino y tras terminar la campaña me fui con ella a la entrada de la agencia a tomar algo de aire. Le conté el resultado del test para que se quedará más tranquila y los últimos acontecimientos sucedidos con Alfonso, ella le entendía y apoyaba. Me hizo un movimiento con la cabeza y carraspeo, los chicos salían por la puerta. Se pusieron a nuestra altura y los miré…

- Mi hermano se va durante unos días – Fingí no saber nada – Mañana en la noche podíamos salir todos a tomar algo.

- No se si pueda – No me hacía gracia ninguna salir para despedirlo – Me encantaría pero…

- Por favor – Dijo Alfonso tomando mi mano – solo serán unas copas.

- Esta bien – Aparté mi mano cuidadosamente y sonreí – cuenten conmigo. May ¿Te encargas de informar al resto?

- Claro, cuenten con ello.

Alfonso me hizo un pequeño movimiento de cabeza, dándome las gracias por aceptar y me marché junto a Maite. Nos fuimos a un bar cercano y él rápidamente se nos unió. Llamo al camarero con la mano y pido una cerveza. Cogió una silla de la mesa de al lado y la puso al lado mió, Maite tan solo sonreía.

- ¿Por qué se supone que debo de ir a despedirte?

- Porque yo te lo pido. Quiero que estés allí, es más… Creo que Oscar te pedirá que vayas al aeropuerto con nosotros.

- Y no me digas que tú quieres que yo…

- Tú vas a ir… no es una elección.

- Claro que no – Lo mire seriamente – No me hace ninguna ilusión el ir al aeropuerto y ver como te marchas, encima con Oscar, me niego.

- Se ven tan graciosos – Maite rompió a reír – parecen ya un matrimonio. Menos mal que no me perdí todo esto y les cogí bien rápido – Se puso en pie aún riéndose – les dejo que sigancon esta disputa aérea. Mañana nos vemos.

- Hasta mañana.

- Vamos Any – Tomo mi mano y lo miré – quiero que tú seas lo último que vea cuando vaya por la Terminal.

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¿Creen que Any aceptará? Yo de lo único que estoy segura es que esto se pone cada vez mejor...

Es algo corto este capítulo, pero si veo votos y comentarios suficientes les subo 3 que están de infarto.

Btw, gracias por leer❤🙏

Levándonos por la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora