capítulo 18

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Calor. Hace mucho calor, me abrasa y me seca la boca, noto como me caen gotitas de sudor por la nuca y abro los ojos para ver la causa de este fuego abrasador. Es Adrián. Me pongo tensa al instante ¿qué hace el aquí? Se debió de quedar dormido anoche viendo la película conmigo.
Vuelve ese calor abrasador, estamos tapados con un edredón y el me está abrazando, el calor que desprende su cuerpo es brutal. Necesito salir de aquí o moriré, quiero aire fresco.
Me desevuelvo poco a poco de sus brazos y salgo de la cama en completo silencio, cojo mi móvil y ando a urtadillas por la habitación hasta salir.
Cojo una bocanada de aire frío y avanzó por el pasillo hasta meterme en la habitación que tiene terraza aparte de la de mis padres. Cuando llego me arrastro por la pared hasta acabar sentada en el suelo. Hace frío aquí fuera pero necesito pensar.

Adrián ha dormido conmigo. Empiezo a sentir algo por este chico y me da miedo. Es imposible no quererle después de todo lo que ha hecho por mi estos días. No quiero pensar en estos días atrás pero es inevitable. La oscuridad de la noche me come haciendo mis pensamientos más intensos. Miro el reloj y marca las 7:30 de la mañana. Hasta dentro de una hora y media no amanecerá, es lo malo del invierno. Entro a por una manta y me tumbo en una hamaca a ver las pocas estrellas que se pueden ver. Mirar el cielo siempre me ha relajado y me ha ayudado a pensar con claridad. El cielo es bonito este como este y es una de las cosas que más me asombra. Este soleado, azul, lleno de nubes negras o blancas... el cielo siempre esta precioso.

He estado una semana en trance, sobrevivia pero no vivía, veía pasar a la gente por mi habitación pero no reaccionaba, todo estaba cubierto por una especie de aureola que me hacía ver las cosas como un sueño y yo no reaccionaba a nada. Soy penosa, la madre de Laura tiene que estar fatal y yo ahí.. dando pena sin sentir nada. Noto un nudo en la garganta y tengo que abrir la boca para respirar, los ojos me empiezan a escocer por las lágrimas que amenazan por salir y empiezo a sentir una presión en el pecho que sólo consigo calmar echandome a llorar. Me tapo la boca para parar los sonidos que hago al llorar y me permito llorar tranquila desde que se fue. Tenía que haber actuado antes, tenía que haberla ayudado de verdad y no haberme quedado viendo como se destruía poco a poco. La fallé, a ella y a su familia. Me incorporo en la hamaca y sigo llorando su pérdida, la voy a echar tanto de menos... a ella, a su forma de ser, de decir y hacer las cosas, a como me hacía sentir estar con ella. Todo. Lo voy a echar de menos todo. Me abrazo a mi misma y sigo llorando hasta que ya no salen lágrimas, sólo pequeños gimoteos.

Me vuelvo a tumbar y sigo mirando al cielo. Se empieza a ver algo más de luz, ya son casi las 8:30. Se ve todo tan tranquilo desde aquí, sólo hay paz y serenidad y por una vez en mucho tiempo me permito relajarme. Muevo el cuello poco a poco para destensarlo y sigo con la espalda, los brazos y así con todo el cuerpo.

Oigo un ruido detrás mío y muevo la cabeza esperando ver a Carmen pero para mi sorpresa el que esta mirándome desde la cama es Adrián. Le hago un gesto con la mano para que salga fuera.

-Hola, no quería molestar. Por eso estaba dentro.

-Tranquilo, no molestas ¿desde cuando estas ahí?

Me mira nervioso y dice en un susurro que desde las ocho menos diez. Me ha visto llorar.

- Y... ¿porqué no has salido?

- Creo que era necesario que estuvieses un rato sola sin estar en ese estado de shock en el que estabas, has podido llorar tranquila y espero que pensar con claridad. Quería asegurarme también de que estabas bien antes de irme.

El pánico viene a mi. ¿Cómo que se va? No puede irse todavía.

-No! -mi tono es elevado- No te vayas todavía por favor, yo.. no quiero estar sola otra vez, por favor quédate un poco mas que yo..

- Helena relájate ¿vale? -le miró con ojos suplicantes y el baja la mirada- vas a tener que quedarte sola en algún momento, además que todavía no he pasado por casa y ayer dije que iría a dormir. Yo voy a seguir a tu lado te lo prometo pero pon de tu parte, necesito.. necesitamos que quieras salir adelante.

-Lo haré te lo juro pero quédate un rato más por favor. -Está dudando de si es buena idea o no- Por favor, sólo un par de horas más.

Asiente con la cabeza y se tumba conmigo en la hamaca. Al principio estamos un poco incómodos con la situación pero al final me abraza y ya todo cambia, me relajo al instante.

-Helena, cuando me vaya quiero que comas algo y que duermas. Llevas una semana sin hacer esas dos cosas apenas. Aquí empieza tu parte del trato.

Simplemente asiento y le abrazó un poco más fuerte. Tengo que darle las gracias por todo lo que ha echo por mi.

- Oye Adrián, tengo que decirte algo. -me siento y el hace lo mismo hasta que estamos frente a frente- Primero quiero pedirte perdon por todo lo que te he causado cuando encima no tenía nada que ver contigo. Perdón por no decirte la verdad, por provocar que te enfadases conmigo, por intentar ocultarte lo de Laura cuando sólo querías ayudar y perdón por haber tenido que lidiar con mi mudez esta semana entera. No se que haces aquí sentado todavía aguantandome pero gracias, por la constancia y por haberme sacado del estado en el que estaba. Y sobretodo gracias por aparecer aquel día en el parque.

Se queda mirándome unos minutos y empiezo a ponerme nerviosa. Seguro que piensa que estoy loca y ya no quiere seguir conmigo. Madre mía soy patética. Me tapo la cara con las manos pero el me las aparta.

- Helena, no voy a dejarte sola, eso lo tengo muy claro y aceptó tus disculpas pero ya te había perdonado hace mucho tiempo. Por mucho que quisiese no iba a poder mantenerme lejos de ti, además... que siendo sinceros tampoco quiero. -Sonrió un poco y dejó mis manos en mis piernas, ya no tengo vergüenza- Aunque en un par de horas me voy a mi casa a asearme y esas cosas -Se ríe y también lo hago yo después de lo que parece una eternidad- Vamos a desayunar algo y después te vuelves a acostar, tienes que recuperar horas de sueño.

Estamos en la cocina desayunando zumo de naranja natural, croissant con mantequilla y mermelada y un vaso de leche caliente. Mientras nos ponemos las botas aparece Carmen y me da un abrazo de oso que me reconforta. La doy un beso en la cabeza y ella empieza a preparar el desayuno para mis padres.

- ¿Cuál es el plan del día señorita Helena?

Adrián se me adelanta y le explica el plan del día que me ha planeado.

- Hoy Helena debería de pasar el dia durmiendo para descansar en condiciones y si no tiene sueño que este relajada viendo una película o algo pero que no haga hoy locuras. Ah, y que coma, también lo necesita.

Carmen asiente y se va de la cocina. Supongo Que querrá preparar mi habitación otra vez para cuando suba.

- Ahora me voy a ir a casa, vendré mañana a primera hora a verte y si quieres pasamos el domingo juntos pero plan tranquilo por que tu ahora mismo tienes las vitaminas muy bajas por la vida que has tenido esta semana.

- Me parece bien, Avísame mañana cuando vengas ¿vale?

Asiente y se levanta, recoge nuestros platos y vasos, me da un beso en la frente y sale por la puerta. Oigo el ruido del coche así que decido subir arriba a dormir un poco, si que me noto cansada.

Mi sábado transcurre muy tranquilo, doy pequeñas cabezaditas y como algo mientras veo alguna serie o algo que echen en la tele. A las 10 de la noche recibo un mensaje de Eva diciéndome que se alegra de que este mejor y que pasará a verme cuando pueda. Dejo el móvil en la mesilla de noche y me pongo los cascos hasta quedarme dormida con una canción de lana del Rey de fondo.
Por una vez desde hace una semana mi día se ha pasado volando y estoy deseando dormir aunque todavía tengo miedo de tener una pesadilla.

Tras mi oscuridad, estabas tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora