capítulo 7

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Mi mayor entretenimiento en clase es mirar por la ventana y más en días como hoy. Me encanta febrero, los árboles están sin hojas y le dan al paisaje una vista tétrica, sin vida... Al igual que yo. Odio venir a clase y más si es lunes como hoy. Estamos en la clase de lengua y estoy pensando en Adrián, ese chico, ese chico es perfecto pero estoy segura de que si me conociese no querría estar conmigo. Eva me mira desde la otra punta de la clase. No sonríe ni gesticula, simplemente me mira. Se que esta enfadada pero la culpa es suya, yo quiero una amiga no una madre.
La mañana transcurre como siempre. Gente falsa haya a donde mire, asignaturas que no me interesan nada y horas que pasan como si de meses de tratase. Sin darme cuenta ya son las dos y media, hora de ir a casa. Cuando salgo del edificio principal me encuentro de frente con Adrián. Que guapo es.

- Hola.

-Hola Helena. Me iba a casa ahora ¿Quieres que te lleve?

-Eh si, si no te importa por mi bien.

-No para nada, un placer. Venga vamos.

El viaje se me pasa rápido, y la verdad es que me encantaría que hubiese habido tráfico o algo que alentase el recorrido hasta mi casa.

-Bueno, ya hemos llegado. Si quieres podemos ir y venir juntos al colegio. Me gusta tu compañía. -Sonrie con timidez y me mira fijamente a los ojos. Dicen que los ojos son el espejo del alma, espero que no vea la mía por que se asustaria.

-Me encantaría pero yo.. Bueno no quiero molestar.

-¿Molestar? Para mi es todo un honor. Mañana paso a por ti a las 7:30, y no acepto un no por respuesta.

-Vale, pues mañana a las 7:30 nos vemos.

Salgo del coche sin mirar atrás y entro en mi casa. Mi comida ya esta servida en la mesa pero voy directamente a mi habitación. Me encierro y abro mi pequeña libreta de pensamientos. En la portada se puede leer "pensamientos de un suicida" así le llamo yo a mi pequeño confesionario. Abro el cuaderno y empiezo a escribir a sacar todo lo malo que llevo dentro.
"Otro día más que pasa en mi vida. Otro día más que no se que hacer con este sufrimiento. He conocido a un chico, un chico fantástico. Creo que por este chico dejaría a un lado eso de los cortes y todo este mundo de oscuridad eterna. Dejando a un lado el tema de Adrián, necesito desahogarme. Mis padres. No puedo con ellos. Cada día se me hace más difícil estar en esta casa. Me siento tan vacía por dentro, tan rota, tan estúpida. ¿Qué se creen que no me doy cuenta de como me miran? Ignoro sus miradas de decepción hacia mi. Ignoro sus comentarios sarcásticos y sus palabras hirientes por que es lo mejor que puedo hacer. Si supiesen que ellos son parte de mi infierno, si supiesen que me hacen sentir como la gran mierda que soy, si supiesen que lloro hasta que el sueño puede conmigo y sobretodo, si supiesen las ganas que tengo de acabar con este sufrimiento... Seguro que se sentirían mal entonces. Se sentirían mal por no haber hecho nada antes, por ser malos padres pero sobretodo y por triste que suene se preocuparían en lo que los demás pensarían..."

No puedo seguir escribiendo. Escondo el cuaderno debajo del colchón y me pongo a llorar. Los odio, los odio con todo mi corazón. Me dirijo con paso decidido a mi pequeño joyero y saco una cuchilla. Voy a acabar con esta situación ya.

Tras mi oscuridad, estabas tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora