No se que prefiero, si la oscuridad y la tranquilidad de la noche o la luz y el ajetreo del día. Los días se me siguen haciendo horriblemente largos, durante el día esquivo a mis padres, a carmen y a mis amigos desde hace ya una semana. Durante la noche intento mantenerme despierta lo máximo posible, pero tanta paz acaba provocandome sueño.
Han pasado siete días desde la muerte de Laura y sigo sin hablar con nadie, es como si mi cuerpo no me dejase reaccionar, me encuentro en un bucle desde su muerte. Eva viene cada dos días y ayuda a Carmen a darme una ducha, si no me sacan ellas de la cama no saldría. Adrián viene todos los días, hay días que viene una vez y días que viene dos veces. Hoy es uno de esos días en los que solo viene una vez, lo se por que son las cuatro de la tarde y todavía no ha venido. Su compañía me agrada a pesar de que no le hable. Viene todos los días con una sonrisa y me cuenta lo que ha hecho durante el día, a veces pone música y canta en voz bajita mientras hace sus deberes y otras veces simplemente viene y se pone a leer una revista. A veces quiero hablarle pero mi cuerpo no me deja, se que esta mal que le haga pasar por esto pero no puedo hablar, no puedo transmitir nada, solamente cuando sueño y dura unos minutos, ni siquiera puedo llorar, es como si tuviese un bloqueo en todo mi cuerpo.
Las manecillas del reloj siguen avanzando y Adrián sigue sin venir. Ya son las cinco y media y me empieza a entrar el sueño. Me resisto contra este hasta que ya no puedo mas.
Me encuentro andando por una calle muy transitada de Madrid, me siento feliz... Voy con Eva y con Ainhoa de tienda en tienda, probándonos cositas y comprando chorradas que nos hacen gracia, de pronto decidimos que queremos ir al cine y mas tarde a cenar por lo que nos dirigimos al primer sitio y me disculpo para ir al baño mientras ellas van cogiendo asiento. Según entro al baño me percato del frío que hace, me miro en el espejo y saco el poquito maquillaje que suelo llevar encima cuando salgo bien arreglada. Me retoco un poco las mejillas con colorete y me hecho mi labial rojo de siempre. Cuando estoy guardando todo en mi pequeño neceser marrón alguien cierra de un portazo la puerta, me asomo con curiosidad y me encuentro a una Laura muy enfadada y completamente llena de sangre. Salgo corriendo hacía ella pero me detiene con una mano.
- Laura, pero... ¿Qué te ha pasado? - grito de puro terror al verla en ese estado- Dios mio necesitas un medico, vamos.
Laura no muestra ningún sentimiento mas allá de esa mirada con furia. Vuelvo a intentar acercarme pero ella me lo vuelve a impedir con una gesto de la mano.
- Vaya Helena, veo que te va muy bien con tus amigas. Acaso ¿ya has olvidado mi muerte?- me quedo blanca y de pronto lo recuerdo todo, me vienen a la cabeza todos los recuerdos de ese horrible día- ¡Uy! Te lo he recordado ¿verdad? Cuanto siento haberte recordado el día que me dejaste tirada en aquel parque. - comienzo a llorar, y esta acción la enfada más- ¡No tienes derecho a llorar! - le suplico perdón- ¡No tienes derecho a llorar cuando tu eres la responsable de mi muerte! Me abandonaste cuando yo mas te necesite, me dejaste morir, tu sabias que acabaría haciéndolo y nunca lo impediste. ¡TU! Tu eres la culpable de todo, tu deberías estar muerta.
Tras estas palabras Laura se abalanza contra mi y me zarandea como si fuese un trapo.
- Helena, Helena...
Abro los ojos de golpe y me encuentro a Adrián mirándome con preocupación. Se sienta en la cama y niega con la cabeza, le miro pero sigo en la pesadilla hasta que Adrián se levanta y hace el amago de irse pero se da la vuelta y me mira con furia, al igual que Laura, pero con un toque de lastima.
- Ya esta, se acabo.- le miro extrañada- Mírate, mírate Helena. Llevas siete días sin hablar haciendo esto mas difícil de lo que ya es, ¡llevas siete putos días sin hablar! llevamos siete jodidos días preocupándonos por ti a todas horas y ni siquiera recibimos un hola. ¡Reacciona joder! ¿Tu te crees que a los padres de Laura les gusto la noticia? - va aumentando el tono de su voz- ¿Tu te crees que yo no me siento culpable por que lo sabia? ¿Tu te crees que mi madre no se culpa por no haber llamado a un psicólogo el día anterior? Esto no es vida Helena, Laura tomo su decisión y pasó lo que pasó y tu estas yendo por el mismo camino. - me voy enfadando poco a poco- Llevas desde su suicidio sin comer, sin dormir mas de dos horas seguidas, sin hablar, sin hacer nada por ti misma por que ¡no reaccionas! ¡Parece que la que se ha muerto eres tu!
En ese momento siento tanta rabia que me lanzo contra Adrián y le pego mientras le grito lo cabrón y lo insensible que es. Según le voy pegando la rabia se intercambia con la impotencia y la tristeza y cada vez le pego mas despacio mientras empiezo a llorar. Cuando ya no puedo más dejo que me abrace y me doy cuenta de que alguien tendría que haberme dicho todo eso mucho antes, estaba tan enfadada ante esas palabras que he reaccionado como nunca pensé que lo haría.
- Ya esta, chsss, relájate - me acaricia la espalda para que me vaya relajando poquito a poco- Lo siento pero sabía que era la única forma de hacerte reaccionar. Perdóname, no aguantaba mas viéndote así.
Nos quedamos abrazamos una eternidad y le doy las gracias, me mira sorprendido por que llevaba una semana sin hablar a nadie pero me sonríe y me da un beso en la frente dejándome claro que me perdona.
Durante el resto de la tarde no me hace hablar aunque de vez en cuando le agradezco que haya estado viniendo estos días. Son las ocho y media de la noche de un viernes y se empieza a preparar para irse cuando Carmen me trae algo para cenar.
- Helena come un poco aunque sea por favor. - asiento con la cabeza y le sigo mirando- ¿Necesitas algo más?
- Si, quédate conmigo a cenar y hasta que me duerma por favor.
Me mira pensativo pero llama a sus padres para avisarles de que no ira a cenar y de que llegara tarde. Carmen le trae la cena a Adrián y por una vez en una semana, soy capaz de meter algo en el estomago. No nos reímos aunque si que comentamos alguna que otra cosa durante la cena, al acabar de cenar Adrián pone una película y noto como me voy quedando dormida muy lentamente abrazada a el chico que ha conseguido hacerme reaccionar.
ESTÁS LEYENDO
Tras mi oscuridad, estabas tú
Teen FictionHelena es una chica de 17 años y como cualquier otra chica de su edad, está pasando por momentos complicados con sus padres y amigos. Lo normal en la adolescencia ¿no? Quizás estos problemas serían de lo más normal si no fuese por el pequeño detalle...