Capítulo 19

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Me despierto de una pesadilla. Tenía la esperanza de que al haber salido del estado de shock en el que me encontraba las pesadillas acabasen, pero he comprobado que no. He tenido la misma pesadilla de casi siempre, en la que yo intento avanzar hacía Laura pero algo no me deja moverme del sitio por mucho que corra. He dormido unas 8 horas, todo un record desde hace una semana y media.

Miro a mi alrededor y decido que todavía no quiero salir de la habitación, se que me obligaran a comer algo y me harán preguntas y sinceramente lo que más necesito en estos momentos es aclararme un poco la mente. Me apoyo en el cabecero y me pongo música para relajarme un poco. Las imágenes de Laura tirada en el suelo sangrando siguen sin irse de mi cabeza, no se como llegó a descontrolarse todo tan rápido. Parecía que la vida me empezaba a sonreír un poco, y de repente todo volvió a irse a la mierda. No se en que momento pase de ser la chica feliz que era a la ruina andante en la que me he convertido. Ocurrió sin mas, sin un previo aviso o algo que me señalase que iba por mal camino. Supongo que los problemas con mis padres siempre han estado ahí aunque yo los haya estado ignorando hasta ahora. De verdad que todo esto es un caos. Conocí a Adrián y casi al día siguiente ya sentía algo por él. No es normal, no soy normal.

Una vibración me saca de mis pensamientos, es Javier, desde el suicidio de Laura no he hablado con el. Se que vino un par de veces a verme pero siempre coincidía con el baño que me daban Eva y Carmen o con que yo estuviese dormida. Le cojo el teléfono, es mi mejor amigo y ayer me di cuenta de todo lo que les hice sufrir con mi mudez.

- Hola Javier.

- Helena, por fin, nos tienes a todos súper preocupados. Eva nos llamó ayer diciendo que ya hablabas. Sofía les dijo a tus padres que te encontrabas en estado de shock... ¿Cómo estas?

Parecía muy angustiado, hablaba muy serio y Javier es la alegría en persona.

- Estoy mejor, supongo. ¿Vosotros que tal estáis?

Le oí suspirar y sabía que en ese momento estaba poniendo los ojos en blanco, es algo muy característico en él.

-Cariño, ¿qué mas da como estemos nosotros? Vamos a ir a verte a tu casa Gonzalo y yo, llamábamos para avisarte, por si estabas dormida todavía, mas que nada. Nos vemos ahora bichejo, te queremos.

No me dejo despedirme, colgó directamente así que me puse en pie y fui directa a la ducha. Me duche con agua fría para despertarme y al salir decidí vestirme con ropa de calle normal, estaba cansada de estar en pijama, necesitaba respirar aire fresco, les diría a Javier y Gonzalo que quería salir a pasear.

Me puse unos vaqueros ajustados con unas converse negras, una camiseta térmica de manga larga ya que era invierno y mi sudadera favorita, una gris que me trajo Carmen cuando fue a visitar Praga. Justo cuando acabo de secarme el pelo entran mis dos mejores amigos a mi habitación. Al verme la cara les cambia. Soy consciente de mis ojeras y de que estoy más delgada por no haber comido estas semanas. Gonzalo es el primero en acercarse, me abraza muy fuerte y me da un beso en lo alto de la cabeza. Javi espera a que Gonzalo se aparte para hacer exactamente lo mismo.

- Bichejo estas horrible...- sonrío ante su sinceridad y me acerco a ellos para abrazarlos a los dos.- Todavía necesitas descansar por lo que puedo ver, solo veníamos a estar un rato contigo. Luego te dejaremos descansar todo lo que quieres ¿vale?

- No -me aparto de ellos y les miro con desesperación- sacarme de aquí por favor, llevo días encerrada, necesito respirar aire de verdad.

- Yo creo que le va a venir bien salir un rato- le dice Gonzalo a Javier, el cual no parece muy convencido- Venga, lleva muchos días aquí, vamos a tomar un café en un sitio tranquilo y así ella sale, va a estar con nosotros, no va a pasar nada.

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⏰ Última actualización: May 27, 2017 ⏰

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