Capítulo siete. Confesiones indecentes

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¡Hola de nuevo! Bueno, bueno, este capítulo viene lleno de novedades y estoy segura de que os gustará. Ya sabéis que aún no puedo contestar a vuestros comentarios por mi falta de conexión, pero me llegan todos al correo y en cuanto pueda los contestaré. Mejor me callo y me doy un bañito en la piscina mientras vosotros disfrutáis del capítulo. Nos vemos.

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"Take my hand, take a breath, pull me close and take one step. Keep your eyes locked on mine and let the music be your guide"

Al día siguiente Violet se despertó bastante desconcertada. No recordaba mucho de la noche anterior: No había podido dormir, había ido a la cúpula, Noah estaba allí, habían estado hablando de las estrellas y... ¿Qué más?

—Peyton, ¿Cómo volví anoche a mi habitación?

—El príncipe Noah os trajo—respondió ella dejando ver el rubor de sus mejillas al decirlo.

Las doncellas ya se ocupaban de sus quehaceres diarios, como preparar sus vestidos, airear la habitación u ordenar de nuevo el escritorio de la seleccionada.

—¿Noah?

—Sí, señorita. Os quedasteis dormida y él os trajo hasta aquí.

—¡Oh, por Dios! ¡Qué vergüenza!—dijo ella alzando los brazos al cielo.

Ahora Noah no dejaría pasar la ocasión para molestarla, quizá incluso lo mencionaba en el Report. ¡Quizás había fotógrafos! Mientras tanto, sus doncellas comenzaron a preparar su ropa. La peinaron, la maquillaron y la hicieron ponerse un vestido verde claro. Hanna escogió unos tacones verdes que, según ella, iban a darle un efecto muy bonito en las piernas. Peyton la paró antes de que se los entregara a Violet:

—¡No! Deja que hoy se ponga algo plano.

—¿Y eso por qué?—preguntó Hanna a la muchacha.

Peyton vaciló antes de contestar, mirando pimero a Violet, luego al escritorio y por último a Hanna.

—Estoy segura de que la señorita está un poco cansada de tener que llevar siempre tacones. ¿No es así?

Violet no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, aún tratando de recordar más detalles de la noche anterior, pero tampoco iba a negarse a dejar a sus pies descansar un día. Afirmó varias veces la cabeza y Hanna se encogió de hombros.

—De acuerdo—dijo sacando unas manoletinas del mismo color que los tacones.

Peyton soltó un suspiro y terminó la trenza negra que recogía el cabello de Violet en una coleta simple.

Violet se calzó las manoletinas, produciendo una sensación de relajación total en sus talones, soltó un suspiro y bajó a desayunar. Al entrar en el salón bajó la mirada y se encaminó a su sitio sin mirar a nadie. Zhen y Sheila conversaban tranquilamente, Zhen volvía a relatar su cita con Justin. ¿Era ya la tercera o la cuarta vez que mencionaba el brillo de los ojos del príncipe en la parte más romántica de la película? Nadie parecía mirar a Violet de manera especial, por lo que supuso que los paparazzi se habían ido antes de que ella pudiera salir de su habitación y no habían podido ver nada. Sirvieron el desayuno y Violet se recordó a sí misma que no había pasado nada. Recobró su actitud inicial y levantó la cabeza. ¿Qué dos pares de ojos se fijaron en ella? Nada menos que los de los dos príncipes.

Justin no necesitó hacer ningún gesto, solo alzar una ceja para preguntarle si le ocurría algo. Ella negó con la cabeza y esbozó una sonrisa para tranquilizarle. Justin señaló el reloj de su muñeca y ella volvió a asentir. Noah, por su parte, observó aquel cruce de miradas que deseaba tener, hasta que aquellos ojitos grises le miraron. Violet arqueó una ceja y apartó la mirada. Noah no iba a dejar que nadie le viera defraudado, pero sí lo estaba. La había visto llegar, con menor altura que la normal y solo había podido reír. La doncella le había hecho caso.

Doble Elección (Orígenes de la Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora