Doble Elección (Orígenes de la Selección)

Capítulo diecisiete. Corona de espinas

Sí, sigo de viaje. Sí, sé que no he contestado a vuestros comentarios. Sí, sé que me queréis matar. Pero el caso es... ¡que hemos llegado ya al último capítulo! No me puedo creer que esto se esté acabando tan rápido. Muchísimas gracias a todos por seguir leyéndome, sois geniales. Pero esto mejor lo dejo para otro momento. ¡Disfrutad del capítulo!

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"Tell me that you turned down the man that asked for your hand 'cause you are waiting for me"

Aunque la Selección había terminado oficialmente hacía dos meses, el pueblo y la prensa seguían sin tener otra cosa de la que hablar. Violet vio la pedida de matrimonio de Justin y Abby la misma cantidad de veces que la suya, incluso más. Tantas veces repitieron la misma escena y hablaron del mismo tema que se quedó grabado en su retina sin poder evitarlo.

La fiesta tras el cierre fue fantástica. Todas las seleccionadas volvieron para la celebración, incluida Helen, que ya estaba parcialmente curada de las heridas del veneno. Fue un placer volver a ver a todas las chicas que, en un momento, fueron contrincantes a batir. Violet se dio cuenta de que algunas de ellas se convertirían en amigas durante toda su vida. También estuvieron sus familias, menos la de Emily. Ellos se negaron a volver a hablarla hasta que consiguió el papel protagonista en una película que tuvo un éxito espectacular. La familia real de Illéa estuvo al completo, aunque Porter Schreave se había convertido ya en un gran confidente de sus primos. Los monarcas franceses, junto con sus hijos, también asistieron. En resumen, todo el mundo parecía feliz por los dos enlaces.

La relación entre Justin y Noah se fue suavizando con las semanas. Habían acordado que no se casarían hasta pasado un año del comienzo de la Selección. Violet estuvo de acuerdo, ya que se seguía sintiendo muy joven para casarse. Justin y Abby evitaron, al principio, verse muy a menudo con Violet y Noah. Cada cruce de miradas dolía en el alma de la elegida, pero veía al príncipe feliz, y ella también se sentía afortunada al lado de Noah.

El proyecto de seguridad en el castillo realizado por Violet se llevó a cabo. Justin no lo desechó en ningún momento, por mucho rencor que pudiera guardar hacia la muchacha. Sabía diferenciar las relaciones personales de las profesionales. En medio año, las obras se realizaron con el mayor secretismo posible y solo los integrantes de palacio conocían las habitaciones de seguridad. Lo que Violet no sabía era que esas mismas habitaciones llegarían a salvar la vida de un rey dos generaciones más tarde. Fue un proyecto muy ambicioso, pero muy beneficioso a la larga.

Justin y Violet se fueron alejando el uno del otro con cada día que pasaba, llegando a ser simplemente personas que convivían en una casa lo suficientemente grande como para no tener que verse más de una vez al día. Los dos sufrieron de forma muy profunda esa separación, pero fue necesaria. Él no supo qué había ocurrido, ella nunca se arriesgó a hablar.

Violet siempre se preguntó por qué Justin había elegido a Abby, pudiendo escoger a la favorita del pueblo, Zhen; o a la chica con mejor labia y porte, Emma. La curiosidad pudo con ella y se dedicó a la investigación durante un tiempo.

Descubrió la cantidad de gente que Abby conocía, la familia de la que provenía y los hilos que movía. Aquella seleccionada había nacido en una familia de Treses, pero con una ambición que cortaba la respiración. Su padre, Eneko Tamblin, era un comerciante de joyas que había viajado por todo el mundo, consiguiendo un alto prestigio en muchos países y con el suficiente dinero como para comprar el ascenso de casta de toda su familia. Países como Swendway, Francia, Italia, Alemania o China le tenían respeto y le debían favores. Eneko y su hija conocían secretos que podrían desencadenar la siguiente guerra mundial. Abby había viajado con su padre, haciendo amistades no recomendadas en su país y en otros. Además, tenía un especial talento para la química y la seducción. La familia real conocía todos estos datos, archivados en diarios o documentos virtuales guardados en los pocos ordenadores que había en palacio.