Capítulo quince. El consuelo en la esperanza

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Bueno, bueno... Poco a poco nos acercamos al final de la historia y yo no puedo estar más triste porque se acabe. He intentado responder a todos los comentarios del capítulo anterior y me alegro de que la hayáis tomado con Abby y no conmigo. Hay una cosita que tenía que deciros: Mañana mismo me voy a Japón y no estaré durante dos semanas. ¡Pero que no cunda el pánico! Mi mejor amiga subirá los dos capítulos de los dos miércoles mientras yo no esté y en cuanto vuelva responderé a todos los comentarios. Y ya me callo. Espero que os guste el capítulo.

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"Little do you know how I'm breaking while you fall asleep. Little do you know I'm still haunted by the memories"

Las siguientes dos semanas pasaron de la forma más lenta y dolorosa posible. Violet continuaba alejándose de Justin cada vez que este estaba cerca, se aislaba en el Salón de las Mujeres, en su habitación o en la cúpula. Cada uno de estos sitios resultaba angustioso de algún modo: Si se quedaba en su habitación, ya fuera leyendo, diseñando o durmiendo, sabía que en algún momento tendría que salir; si pasaba el día en el Salón de las Mujeres tenía que escuchar constantemente la cantidad de nuevas citas que Justin tenía, sobre todo con Zhen y Abby, ambas dispuestas a dar todos los detalles. La cúpula era el lugar menos estresante, pero cada vez que entraba le producía un sabor agridulce. Aquel lugar era el sitio en el que podía desahogarse, soltar toda su rabia y todo su miedo, el lugar más inspirador y más bonito del palacio; la pega era que, a menudo, Noah también estaba allí.

Noah se había convertido en un apoyo incondicional para ella, en cualquier momento, en cualquier lugar. Siempre parecía estar a su disposición. Estar con Noah la tranquilizaba. Era un riesgo, eso era verdad, la cantidad de excentricidades que pasaban por la cabeza de Noah podían llegar a ser peligrosas, pero la relajaba saber que estaba a su lado para apoyarla. La impresionaba su entereza y su fuerza con ella. Pero le recordaba que estaba con él y no con Justin.

Con los días, ellos dos habían dejado de hablarse y de mirarse. Violet sabía que Justin no la perdonaría y, seguramente, sentiría un rencor grande hacia ella. Lo había aceptado. Por su parte, Justin parecía haberse recompuesto con facilidad de las calabazas de Violet, porque diariamente quedaba con Zhen y Abby si no tenía mucho trabajo que hacer. De vez en cuando, Violet se asomaba por la ventana para descubrirle caminando con los jardines de la mano de otra mujer. Pero él sonreí, tímidamente, y estaba feliz. Eso era todo lo que a ella le importaba.

Además, de un modo u otro, Noah se hacía de querer. No solo se dedicaba a pintar con ella en la cúpula. Preparaba planes, la sacaba a que la diera la luz del sol. Un día incluso pidió un permiso especial para salir de palacio con ella:

>>Como de costumbre, Violet estaba acomodada en uno de los cojines de la cúpula, con un gran cuaderno de dibujo en sus rodillas y un lapicero del número dos en su mano derecha. Mirando hacia la estructura de cristal que hacía las veces de techo, trazaba un mecanismo para que esa misma bóveda fuera movible y se pudiera ver el firmamento sin el reflejo del cristal. Las puertas chirriaron, dando a entender que Noah ya se había despertado.

—Buenos días, lady Vi—saludó él a la seleccionada presionando un beso casto en su mejilla.

—Buenos días—sonrió ella.

Noah le arrebató el cuaderno de las manos, miró al techo y de nuevo al dibujo. No tuvo siquiera que preguntar qué se proponía. El tiempo que llevaba viendo las invenciones de Violet eran suficientes para entender su letra y sus intenciones.

—Devuélvemelo—pidió ella dando saltos para alcanzar su cuaderno, mantenido fuera de su alcance por el brazo del príncipe.

—No. Tengo una idea para hoy.

Doble Elección (Orígenes de la Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora