Capítulo once. La Élite

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¡Feliz miércoles! ¿Cómo está yendo la semana? Espero que bien porque yo estoy algo enfadada con mi instituto y su organización de clonk. Pero no es momento para hablar de mí, sino de Violet y los líos que se hace ella solita. Disfrutad del capítulo y comentar ;)

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"I'll try to do my best to impress but it'seasier to let you take a guess, at the rest, but you wanna hear what lives inmy brain. Myheart, will you ask for it?"

Violet decidió volver a la cúpula en cuanto salió del Salón de las Mujeres, después de una larga y aburrida charla de Laura sobre la responsabilidad, el protocolo, las formas y otra serie de términos que Violet ignoró. Entendía que pasar a la Élite significaba tener que trabajar más, tener más retos, presentarse a la gente y tomar más decisiones, pero no significaba que fuera a convertirse en una señorita. Esa idea no entraba en su cabeza.

Llegó a las puertas de metal y las abrió de par en par con un crujido. Soltó un suspiro y se tumbó en uno de los cojines. Dentro de media hora tendría que volver para la cena, pero treinta minutos eran más que suficientes. Aquella Selección estaba yendo a un ritmo frenético. No habían pasado más de dos meses y dos tercios de las seleccionadas ya habían sido eliminadas. Solo había dos opciones: O los príncipes tenían las ideas muy claras o se habían vuelto locos. Una Selección podía llegar a durar años, aunque Violet esperaba que nunca se diera el caso, ni en la suya ni en las posteriores. La Selección del rey Damon duró cinco meses y medio, si no recordaba mal. ¿Qué habría impulsado a los hermanos a eliminar a diez chicas de una vez?

El rechinar de las puertas la hizo pegar un respingo. Se incorporó para ver llegar a Noah, vistiendo ya el traje para la cena. Sonrió y se acercó a ella.

—¿Cómo sabías que estaba aquí?—preguntó ella, curiosa y recelosa, ya que el príncipe comenzaba a parecer un maldito acosador.

—Siempre sé dónde estás—comenzó Noah, siguiéndole el juego. Luego rio—. Se lo he preguntado a Laura en cuanto os he visto salir del Salón de las Mujeres. Al cual, por cierto, me encantaría entrar.

—¿Qué parte de Salón de las Mujeres no entiendes, principito?

Él rio y se rascó la barbilla:

—La parte en la que me prohíben entrar. ¿Qué hacéis ahí dentro?

—En realidad, no mucho. Pasamos allí la mayor parte del día. Hay sofás, revistas, libros, una televisión... Es ahí donde Laura nos da las clases y me temo que voy a tener que soportar muchas más de esas ahora.

Noah no entendió la última parte.

—¿Y eso?

—La Élite—abrevió ella y Noah asintió. Violet cogió aliento para seguir hablando—. ¿Por qué habéis eliminado a tantas en tan poco tiempo? ¿Qué ha pasado?

Noah frunció el ceño y tuvo un dilema interno entre contarlo o no. Se decidió por la primera opción, teniendo en cuenta que era Violet, no le iba a dejar marchar hasta que se lo contara.

—Verás, utilizamos este último baile como ayuda. Bailamos con cada una de las seleccionadas para dar una última oportunidad a las que pensábamos eliminar. Algunas la pasaron, otras no. Al menos, se fueron con sus familias.

—Sí, pero ¿por qué tantas?

—Alargar su estancia aquí, sabiendo que no tienen ninguna posibilidad, es una pérdida de tiempo. Pensé que alguien tan inteligente como tú lo comprendería.

Violet puso los ojos en blanco, pero lo entendía. Su mente seguía pensando en Sheila. Había sido una amiga ejemplar y había tenido varias citas con los príncipes, tenía oportunidades. Incluso en los sondeos de las revistas, se encontraba entre las cinco primeras. Aquel racionamiento no tenía lógica con ella.

Doble Elección (Orígenes de la Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora