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“Esta tarde  irá un muchacho  a recoger  lo que  tengas  de  Sonia. Espero que  para entonces  esté  ya muerta”

Era  el  último mensaje  que  me  había  mandado  mi  “jefe”  mientras  me  dirigía  a  casa  de  Sonia, que  me había  llamado histérica  porque  le  “habían robado”.

Llegué  rápidamente  a  su casa  y nada  más  tocar  al  timbre,  me  recibió llorando. Me  contó  que  la policía  ya  le  había  tomado  declaración  y que  no habían  encontrado  nada  que  pudiera  ayudar. Estaba muy  nerviosa.

  Ahí  fue  cuándo  me  di  cuenta  de  qué  es  lo  que  tenía  que  hacer.

-Relájate.  Te  prepararé  una  tila  -le  dije  dirigiéndome  hacia  la  cocina.

Preparé  la  tila  y se  la  entregué.  Se  estaba  quedando  más  tranquila  hasta  que  se  durmió.

Fui  de  nuevo a  la  cocina  y le  preparé  un caldo  de  verduras  al  que  agregué  algunas  de  sus  pastillas  para  dormir. Cuando terminé  y me  dirigí  al  salón, la  encontré  llorando  con una  foto de  su ex  en la  mano.  Era  mi oportunidad.

Le  entregué  el  caldo  y al  poco  de  acabarlo, el  tazón  se  le  cayó  y se  desplomó. Me  alejé  un poco de ella  y después  le  tomé  el  pulso. Había  muerto instantáneamente.

Le  mandé  un mensaje  a  mi  jefe  y me  contestó diciendo  que  tenía  que  irme  de  mi  casa  a  un hotel. Salí  de  allí  lo más  rápido que  pude. 

Al  llegar a  casa,  me  quité  la  peluca  y me  cambié  de  ropa. Tocaron a  la  puerta  y vi  a  un joven que  me  dijo que  venía  a  recoger  un paquete.  Se  lo entregué  y cogí  lo  imprescindible:  algo  de  ropa, el  móvil,  la  tarjeta  de  crédito,  las  copias  de  los  documentos, mi pen drive  y el  arma  cargada.

Fui  hasta  un hotel  que  había  a  unos  veinte  minutos  de  la  casa  de  Sonia  y me  hospedé  en él.  Guardé las  cosas  en el  armario  de  mi  habitación  y me  tumbé  en la  cama.  Estaba  agotada.

Al  despertar  pedí  algo  para  desayunar:  un par de  tostadas  y un café.  No necesitaba  más. Puse  la televisión y lo  primero  que  vi  fue  la  noticia  de  la  muerte  de  Sonia.

“Anoche  la  vecina  de  la joven Sonia  Esteban encontró  su cadáver  en el  salón  de  su casa. La policía sospecha  que  no ha sido un suicidio ya que  la noche  anterior  habían entrado a robar  en su casa y  han encontrado huellas  que  no pertenecen  a la joven  en algunos  objetos.  Les  informaremos de  este  suceso cuando  tengamos  más  información”

Tenía  que  encontrar  a  mi  jefe  cuanto antes. Revisé  los  papeles  meticulosamente  y encontré  muchas cosas  interesantes.

Resulta  que  mi  anterior  jefe  era  compinche  de  éste  en varios  robos, entre  ellos  el  del  ricachón al  que envenené.  Parece  que  ese  hombre  sospechaba  algo. Mi  “jefe”  era  un hombre  que  había  matado a mucha  gente, según esos  papeles, a  29 personas.

Mencionaban  a  una  tal  Carina  Méndez. Ponía  que  era  su hermana  y que  apoyaba  a  Miguel  en abandonar  a  mi  jefe  y contactar  con la  policía  y que  por eso Miguel  había  mandado  esos documentos  a  Sonia.

En otro documento  encontré  una  fotografía  de  mi  jefe  junto  a  un nombre  extraño  “R.M. Night”.

Busqué  por internet  y resultó  ser un bar que  estaba  cerrado  desde  hacia  dos  años  y quien lo gestionaba  era  el  mismo  hombre  de  la  fotografía, Miguel  y...mi  padre.

Instinto PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora