Quien no arriesga, no gana. Cogí mi móvil y le escribí un mensaje a mi “jefe”.
“¿De qué conoces a mi padre? ¿Quién demonios eres?”
La respuesta no tardó en llegar.
“¿Cómo sabes eso? Has sido una niña mala y has cogido lo que no te pertenece, ¿verdad?”
No podía esperar más. Cogí la pistola y fui a ese recinto, a “R.M. Night”. Me costó encontrarlo, pero allí estaba yo, ante la puerta de ese viejo bar.
La puerta estaba cerrada con un candado. Nada que una buena mano y una horquilla no pudiera abrir. Al entrar todo estaba oscuro. No había mucho que ver. Sin embargo, estaba limpio. Alguien había estado allí.
Bajé al sótano y encontré, precisamente, lo que menos me esperaba. El ordenador de Sonia y los documentos sobre una mesa. Parece que ese era el escondite de mi jefe.
Rebusqué entre ellos para ver si encontraba algo que me pudiera decir de qué conocía a mi padre hasta que vi una fotografía en el fondo de un cajón del armario que había allí abajo. Era mi padre con mi jefe y una mujer que no conozco. Detrás de la fotografía ponía: “Un buen verano en compañía de mis queridos hermanos Carina M.”
¿Hermanos? Eso era imposible. No entiendo nada.
-Hola, querida sobrina. Sabía que encontrarías este lugar -dijo una voz detrás de mi.
Era la mujer de la fotografía: Carina.
-Aunque no lo creas, soy tu tía. Tu padre es hermanastro nuestro. Somos hermanos por parte de madre. Aunque a él lo crió la que tú conoces como tu abuela.
-¿Por qué me dices todo esto? ¿Por qué me obliga a matar a toda esa gente?
-Porque él es así. Por eso tu padre no volvió a hablar con él después de ese verano -dijo señalando la fotografía que aún tenía en mi mano.
-¿Cómo me has encontrado?
-Miguel sabía quién eras. Sabía que mi hermano haría algo como esto. Solo te seguí.
-Pero... ¿por qué yo?
-Para hacer sufrir a tu padre. Sabe que la policía te encontrará. Sabe que esa es la única forma de hacerle sufrir. Él odia a tu padre por tener la vida que él nunca pudo tener.
-Aún no me has dicho por qué me cuentas esto -dije mirándola fríamente.
-Porque sé que eres la única capaz de parar esto. Igual que sé que él no dudará en matarme, aunque sea su hermana -contestó con la mirada baja.
-Él...¿Cómo se llama?
-Teodoro Ramírez Méndez. Yo no uso el apellido de nuestro padre, pero él sí.
-Teodoro -susurré. Levanté la vista y la miré fijamente – Acabaré con él.
Ella me sonrió y dijo:
-Así acabarás con tanto sufrimiento.
Un disparo sonó en la habitación. El cuerpo de Carina yacía a mis pies.
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Instinto Psicópata
Action¿Qué hacer cuando te llega un paquete con fotografías de tu familia y una nota amenazante?