Alice Argent [Teen Wolf AU]

↣ Conociendo A La Manada (Parte 2). ↢

Stiles P.O.V.

—¿Para qué quieren mi ropa?—pregunta Kira.

—No podemos decirte ahora, pero te enterarás en unas horas—contesta Scott, pero Kira sigue insegura—Por favor, Kira, de verdad la necesitamos. Toma lo primero que veas.

—Está bien—se mete a su cuarto y después de unos cinco minutos sale con un pantalón, una blusa de tirantes y un suéter—. ¿Esto les parece bien?

—Sí, muchas gracias Kira—contesto y tomo la ropa.

—Nos vemos en la escuela—se despide Scott y le da un beso a Kira.

Llegamos lo más rapido posible a la casa de Scott y subimos hacia la habitación, donde Alice estaba leyendo uno de los libros que estaban en el piso.

—Aquí está la ropa—le digo y ella aparta su vista de las páginas—. El baño está afuera en el pasillo, es la última puerta.

Alice toma la ropa y sale de la habitación, dejándonos a Scott y a mí solos. La verdad es que ya no me acordaba que ayer intentaron matar a Scott, y tenemos que investigar por qué.

—Scott, ¿qué hay del tipo de ayer?

—Alguien lo mandó a matarme, dudo que él haya querido hacerlo por su propia cuenta. ¿Viste sus garras?—asiento, recordando las garras azul fosforescente.

—La verdad no creo que sea un hombre lobo—digo.

—Yo tampoco, ¿pero qué más puede ser?—me encojo de hombros y ambos nos quedamos callados unos minutos.

—¿Y qué hay de Theo? ¿Crees que él diga la verdad?—suelto.

—No veo por qué mentiría.

—Pero es muy extraño que de la nada haya aparecido. Theo se fue de Beacon Hills hace mucho tiempo. ¿Por qué regresar ahora?

—Entonces... ¿también crees que Alice tiene que ver en todo esto?

—No había pensado en eso—contesto.

Pero es cierto, Alice llegó a Beacon Hills el mismo día que Theo... No, no, Alice no vino a Beacon Hills por eso, solo vino a avisarnos y ya... ¿O tal vez es una distracción para nosotros?

Alice P.O.V.

Hacía mucho tiempo que no me duchaba en una regadera en buenas condiciones, y con agua caliente. Los condominios en donde muchos de los seres sobrenaturales vivimos habían estado abandonados y no todos tienen agua potable, por lo que solemos compartir las duchas con más de diez personas. No es algo bonito.

Cuando termino, me pongo la ropa y trato de desenredarme el cabello con mis dedos, luego salgo y me meto a la habitación de Scott, quien estaba hablando con Stiles y en cuanto me ven se callan.

Se ven muy sospechosos, pues Scott me vio con ojos saltones y Stiles me dio una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué pasa?—pregunto y ellos no dicen nada—¿Ya no me veo como un vagabundo, Stiles?

—De verdad lo siento, tiendo a decir lo primero que se me viene a la cabeza—se excusa Stiles.

—Stiles, ya es tarde, tenemos que ir a la escuela—dice Scott viendo su reloj.

—¿Iré con ustedes?—pregunto y ambos se ven. Están actuando demasiado extraño a comparación con esta mañana.

—Sí, pero solo te presentaremos a la manada y Stiles te llevará a su casa. Iremos contigo en cuanto acabe la jornada escolar.

—¿Están seguros de que quieren presentarme? No creo que sea buena idea. Me siento como si invadiera su manada.

—No, no, para nada. Estoy seguro de que les caerás bien—dice Stiles.

—Vámonos—nos apura Scott.

Subimos al Jeep de Stiles y en todo el camino nadie habla. Stiles intentó prender la radio pero no se oía mas que estática, así que la tuvo que apagar y regresamos al silencio incómodo.

—Así que, Alice... ¿sigues estudiando?—me pregunta Stiles.

—No, dejé la escuela desde que me mordieron. Tony me estuvo dando algunas clases de matemáticas pero nunca se me dio. No he tocado un lápiz desde hace mucho tiempo.

Stiles detiene el Jeep y me dicen que me quede aquí hasta que ellos regresen. Cuando regresan, traen al chico que habían encadenado ayer, a la chica de cabello corto y a otra de cabello negro, delgada y de rasgos asiáticos.

—Alice, ya te puedes bajar—dice Stiles y le hago caso. Los tres me ven con confusión, pero dejo que Scott hable por mí.

—¿Y Lydia?

—Aquí estoy—contesta una chica pelirroja, de ojos verdosos y de piel blanca. Cuando ella me ve, sus ojos se hacen saltones y se queda boquiabierta.

—Lydia, ¿la conoces?—pregunta Scott al ver su reacción.

—La vi una vez... en una foto—ella no aparta su vista de mí—. Allison me la enseñó.

—¿Allison?—dice la chica asiática.

—Allison pensó que habías muerto—me dice Lydia, ignorando a la otra chica.

—¿De qué hablas Lydia?—pregunta la chica de cabello corto.

—Ella es Alice... Alice Argent—contesta Stiles.