Alice Argent [Teen Wolf AU]

↣ Reunidos. ↢

Alice P.O.V.

No sabía a dónde ir. Necesitaba ayuda de alguien más y no estaba segura de que fuera buena idea decirle a la madre de Lydia, porque probablemente no comprendería bien las cosas. O tal vez sí. Por eso necesito que alguien me ayude de inmediato.

Al final pensé en Parrish, pues Stiles está en el hospital, nadie sabe dónde están Kira y Malia, Liam debe estar muy deprimido y Scott está herido, así que dudo mucho que puedan ayudarme ahora.

Parrish aparece media hora después de que le marqué al celular y me ayuda a subir a Lydia a su camioneta. Todo el camino estuvo preguntando qué es lo que había pasado y yo tuve que explicar todo, desde el momento en que quise regresar a Beacon Hills hasta cuando encontré a Lydia.

—¿A dónde se supone que las voy a llevar?—pregunta, viéndonos por el retrovisor.

Tuve que sentarme en la parte de atrás para cuidar de Lydia, pues no reaccionaba con nada. Chasqueaba mis dedos muy cerca de su cara, le di un pequeño golpe en la mejilla derecha e incluso le gritaba al oído pero no hacía nada. Es como si estuviera muerta, aunque sé que está respirando.

—No lo sé—contesto, con un enorme nudo en la garganta—. Por eso te llamé, no sabía si los demás podrían ayudarme.

—¿Qué hay de Scott?—sugiere y yo niego con la cabeza.

—Scott está herido—digo, viendo por la ventana—. Además, dudo que me quiera cerca.

—Pero Lydia es parte de la manada, tiene que hacer algo por ella—dice Parrish y termina convenciéndome.

Llegamos a casa de Scott un rato después y ésta vez Parrish es quien camina con Lydia, aunque tuvo que cargarla para subir los escalones. Parecía no haber nadie en la casa, supongo que Melissa regresó al hospital y Scott quiso ir con Stiles para no dejarlo solo. O al menos eso pensé hasta que vi a Scott tirado en el piso.

Parrish me dejó a Lydia y yo la sostuve, pero me di cuenta de que podía quedarse parada sin ayuda de alguien más.

—Scott, despierta... Scott—dice Parrish acercándose al chico y éste reacciona de inmediato—. ¿Estás bien?

—Sí... sí, estoy bien—contesta Scott con voz débil.

—Estás sangrando—señala una mancha roja en su camiseta blanca.

—No es tan malo. ¿Por qué estás aquí?

—Necesitamos tu ayuda.

—¿Con qué?—Scott aún no se da cuenta de que Lydia y yo estamos ahí.

—Con ella—contesto y Scott dirige su mirada ambas—. La encontré en el bosque, su cuerpo se estaba congelando. Pero esa no es la peor parte—tomo la mano de Lydia y le enseño sus uñas, las cuales están rasagadas y cubiertas de sangre—. Formó una placa en una piedra. La placa de un Sheriff.