Un día nuevo había comenzado.
Poco a poco me iba despertando para un día nuevo de trabajo. Tenía varias cosas que hacer hoy.
Estiré un poco mi cuerpo y empecé a vestirme. Usaría algo cómodo ya que el día estaba soleado.
Cuando terminé de vestirme, alguien tocó la puerta de mi habitación. Caminé hacia esta y la abrí. Amelie estaba parada frente a la puerta.
—Buen día Amelie, ¿sucede algo?—saludé algo extrañada. Amelie nunca, nunca venía a mí habitación.
—Buen día, _______—saludó—venía para decirte que te encargues un rato de la cocina. Debo salir a la farmacia ahora mismo.
—Sí. Claro Amelie, no te preocupes por eso—dije con una sonrisa—pero ¿qué es lo que sucedió?
—Justin amaneció enfermo. Parece que tiene un resfriado y necesito comprarle algún analgésico para que se le quite el dolor.
¿Justin? ¿Enfermo? Esas dos palabras no parecían sonar bien en una sola oración.
— ¿Justin?—dije bastante extrañada. De todo el tiempo que había estado aquí jamás había visto a Justin enfermo—¿qué es lo que le pasar exactamente?
—Ahora mismo se encuentra muy adolorido. Ya sabes que cuando te resfrías el cuerpo te empieza a doler—pobrecito. Solo de imaginarlo enfermo me daba algo en el cuerpo.
—Está bien Amelie—le dije—ve con cuidado. Por favor.
—Sí _____. Quédate tranquila por eso—dijo topando mi hombro en un gesto cariñoso—llévale el desayuno mientras tanto—dijo suavemente—hace unos minutos que le ofrecí no quiso, pero debe comer.
—No te preocupes Amelie. Yo me encargo de que se alimente bien—dije fingiendo severidad y ella soltó una leve risa.
Amelie salió de mi habitación y de la casa con rumbo hacia la farmacia. La veía por la ventana mientras caminaba por el jardín.
Debía admitir que estaba preocupada por Justin. Quería saber cómo estaba, tal vez necesitaba a alguien que lo cuidara, ¿por qué no lo hacía yo?
Sonreí ante mis, últimamente, tontos pensamientos y subí la escaleras.
Toqué levemente la puerta, pero al darme cuenta de que probablemente el pobre Justin no se podría ni levantar, decidí abrir simplemente la puerta. En el instante en que lo vi me pude dar cuenta de lo mal que se encontraba. Temblaba de frío y transpiraba mucho. Al parecer el resfriado era bastante fuerte.
Justin al darse cuenta de mi presencia, enseguida se levantó y se sentó en la cama pegando su espalda en el respaldo.
—Amelie me dijo que estabas enfermo—le dije sentándome en la orilla de su cama.
—Así es. No te acerques mucho, no te quiero contagiar—dijo. Su voz era ronca. Se notaba que le dolía bastante.
—Te voy a traer el desayuno—dije con la intención de levantarme de la cama.
—No _____. No te molestes—dijo negando con la cabeza—no tengo hambre.
—Pero debes comer algo. No puedes estar todo el día así. No es bueno y menos en el estado en el que estás—dije sonando preocupada.
—Lo sé. Pero solo quiero dormir todo el día—tosió y se recostó nuevamente dejando reposar todo su cuerpo en la cama. Pude notar el desastre que había.
—Justin, estás sudando mucho y tu cama es un desastre ahora mismo—le dije y él soltó una pequeña risa—vas a tener que hacer un pequeño esfuerzo para levantarte—dije y Justin obedeció sin refutar. Se sentó en el pequeño sofá que había en su habitación, mientras yo ordenaba su cama para que pudiera acostarse—ya está. Ven—dije tomando la mano de Justin. Hice que se sentara en la cama y le empecé a sacar la camiseta.
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Price Tag ➳ j.b
Fanfiction¿Humillación? Casi siempre. ¿Insultos? Nada que no pueda aguantar. ¿Su peor pesadilla? Justin Bieber.