Capitulo 1

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Abrí la puerta lentamente, asegurándome de no despertar a mi hermana que descansaba plácidamente en la parte superior de la litera de mi cuarto, abrazando su viejo pero adorable elefante de peluche; camine hacia la cama con mucho cuidado, tratando de no tropezar en la penumbra con los juguetes que había dejado tirado en el piso, para luego acostarme y poder al fin dormir, después de una faena tan fuerte en la agencia telefónica, reconozco que no soportaba aquel ambiente tan tenso y aburrido, pero necesitaba el dinero para poder costear mis proyectos de la universidad, que cada vez eran más complicados.

Al fin pude dormir, entrando en ese mundo donde puedo descansar tranquilamente y las cosas más bizarras se muestran como reales; recuerdo haber estado en una pradera que parecía infinita y que estaba rodeada de infinidad de escaleras en espiral que parecían llegar al cielo mientras unos gatos antropomórficos las subían luciendo trajes muy pulcros y sombreros que se asemejaban a unas largas orejas de conejo de color purpura, un típico sueño donde nada tenía sentido.

Camine por la pradera, sintiendo la yerba como el delicado roce de una pluma, buscando la paz, cuando en una escalera veía que uno de los personajes no se parecía en nada a los gatos, la verdad no sabía a qué se parecía, era como un celaje humano cubierto por una espesa niebla purpurea que, al percatarse que le estaba observando, cayo de las escaleras al vacio y, justo cuando iba a tocar el suelo, desapareció.
Desperté y ya era de día, afortunadamente era sábado y podría descansar un rato mas antes de salir, ya que días antes unos compañeros me habían invitado a un club con piscina para celebrar el cumpleaños de una amiga que no trataba mucho, Rita, la cual no sabía nada de la fiesta, porque querían hacerle una sorpresa.

Como al mediodía me lente, recordando la salida que tendría, por lo que fui al baño, me metí en la ducha, luego me seque, me vestí con unas pantis negras con rojas, un short grisáceo, un suéter morado y un par de colitas, después me maquille, despedí a mi familia y partí a la fiesta.
Tarde una hora en llegar al lugar, ya que el club estaba ubicado en el este de la ciudad, pero valió la pena haber atravesado la ciudad entre el trajín cotidiano del metro y la insufrible espera de los taxis: el club era hermoso un gran salón que tenía una decoración muy al estilo de una entrega de premios de películas, ya que la cumpleañera siempre nos envolvía en sus sueño de ser cineasta, por lo que no escatimaron en esfuerzos: estatuas de Oscar de 1 metro hechas de yeso, globos arreglados para parecer largas cintas de películas, una alfombra roja que llevaba a un centro del salón que tenía una silla de director hermosamente decorada, con diversos adornos que mostraban de manera elegante los gustos de Rita casi a la perfección, aquello parecía un sueño hecho realidad.

Al llegar me encontré con mis amigos Raúl, Román, Megan y Romina, los cuales lucían unos curiosos sombreros que tenían una claqueta de Hollywood en una de sus solapas, los cuales se mostraban muy contentos al verme

-Ariana, viniste- dijo Romina con emoción- que bueno que aceptaste la invitación, ese trabajo está acabando contigo
-Vaya hola Romí- respondí algo risueña- no te imaginas cuanto, tenía tiempo sin darme un break, estar pegada a un escritorio atendiendo tanta gente por problemas tan sencillos me vuelve loca, si no fuera porque la paga es generosa ya me hubiese ido
-Ya linda, quédate tranquila- dijo Raúl acercándose a mi- vinimos a pasarla bien, tampoco te traigas el estrés del trabajo a la fiesta
-Tienes razón- dije algo sonrojada- y Rita ¿Ya viene en camino?
-Ya Dennis la llamo, nos dijo que estaría aquí como en media hora
-¿Dennis? Supongo que aun siguen juntos, que ternuritas- dije sarcásticamente
-Pensé que ya la habías superado
-A él sí, pero que Rita no haya esperado si quiera un mes para lanzársele me tiene muy molesta
-Venga, pasado 'pisado- dijo Megan sosteniéndome del hombro- veras que en esta fiesta te consigues uno hasta mejor, para que Dennis se muera de rabia
-Afff Megan, tú y tus cosas
-Es así, a rey muerto, rey puesto; la vida es una sola y hay que disfrutarla
-Como tu al disfrutas con Domingo
-Nada que ver amiga, termine con él
-Pero si hace una semana los veía tan empalagosos los dos
-Pasado pisado, acaso no lo entiendes aun, además por lo que veo la fiesta promete
-Estás loca Megan
-Pero así me quieren, igual no pierdas la oportunidad
-Venga, lo tomare en cuenta

-Esa es la actitud, ahora vamos que quedamos en la misma mesa
Fuimos a una mesa con el mantel negro, blanco y morado, con una cámara unida a una claqueta y un Òscar del que sobresalían unas rosas azules como centro de mesa, sin contar unas botellas de ron, unos botellones de coca cola, dos botellitas de soda y una gavera de metal llena de hielo al lado del centro de mesa junto con cuatro vasos de vidrio con una estampa con nuestros nombres.

No había terminado de pasar media hora cuando Dennis aviso que Rita ya venía llegando, por lo que se apagaron las luces y nos ubicamos todos en el centro del salón, esperando a que entrara para darle la sorpresa; no paso más de una hora cuando Rita entro, encendimos las luces y le gritamos sorpresa mientras ella se mostraba muy emocionada por la sorpresa, se puso a abrazar a todo el mundo, inclusive se mostro efusiva conmigo al acercárseme, la verdad prefiero dejar todo en el pasado, igual, esto es una fiesta y hay que disfrutarla.

Fue una noche espectacular, donde Megan se beso con varios muchachos de la fiesta, Raúl y Romas estuvieron bailando casi toda la noche con unas primas de Rita, Romina siempre se quedo con su novio Marcos, el cual llego una hora después de la sorpresa; yo quede charlando con otras amigas y bailando con un muchacho que Megan me presento, era muy simpático, aunque no me llamaba mucho la atención, pero para pasar la noche era genial.

Como a las 4 de la madrugada termino la fiesta, como la casa quedaba muy lejos, decidí quedarme a dormir allá, me entere que Megan se quedo dormida con uno de los muchacho y por eso no la vi mas en toda la noche; por lo que fui a una de las recamaras especiales que tenían en el club para aquellos que se hospedaban y me dispuse a dormir.

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Agua de MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora