(Capitulo 30)

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Mathias abrió la puerta lentamente y un leve viento húmedo comenzó a soplar desde el interior del cuarto al que iba a entrar, al abrirla totalmente encontró un escenario que literalmente lo encandilo: era un salón de forma ovoide de grandes proporciones con paredes doradas y molduras de plata y bronce con formas de serpientes y gorgonas que cubrían cada espacio de la pared, en el suelo se veía inscripciones en la cerámica con forma del rostro de Marianne y al fondo se observaba un espacio llenos de cojines y colchas de todos los tamaños y colores, donde se podía observar a una inmensa Gorgona vestida con prendas doradas, rodeada de un gran número de seguidores y que disfrutaba un banquete que consistía en roedores y granadas servidos en platos de oro con molduras de serpientes en sus asas, estaba a punto de introducir un roedor en su boca cuando se percató de la presencia de Mathias, bajo el roedor, lo observo detenidamente esbozando una sonrisa cínica y se deslizo lentamente hasta el centro de la habitación, siendo seguida muy de cerca por su sequito de seguidores, se posó allí, coloco sus manos en su cintura y seguía observando con detenimiento a Mathias, aun rememorando los terribles celos que le tenía por haber sido el lugarteniente principal de Morfeo y ella no, lo cual el gano el rencor eterno de ella y todos los que la siguen

-Vaya vaya, al fin la mano derecha de Morfeo ha decidido bajar de su pedestal y visitar a los seguidores más fieles de Morfeo, de haber sabido que vendrías habría preparado un banquete digno, espero que te puedas conformar con roedores y granadas, es lo único que se consigue en mi reino, el sabor no siempre es agradable, pero de un momento a otro te llegas a acostumbrar, no quieres probar una

-Sabes muy bien porque vine aquí, Marianne, no trates de burlarte- le dije mirando hacia el suelo, pues su mirada me podría volver otra entre su colección de estatuas- dime donde tienes a Ariana

-No entiendo que interés tienes en esa simple humana, tú eras casi un Dios en este reino y podías estar con quien quisieras, las bellezas más grandes y hermosas que había tanto en Darknight como en los demás reinos, por lo visto tus gustos desmejoraron notablemente desde que lo abandonaste y ahora te conformas con cualquier basura del mundo real, quien diría, el gran Mathew con una humana, un escándalo digno de la caída de Darkus jajajajjajajaja

-No te permitiré que la insultes de esa manera, dime de una buena vez donde la tienes, ya estas colmando mi paciencia con todo esto y recuerda que ya no tienes a Morfeo para defenderte

En ese momento Marianne se increpo rápidamente y lanzo su cola con violencia hacia donde estaba Mathias, quien la esquivo rápidamente

-Yo se que Morfeo ya no me ayuda y que es tu culpa que hayamos quedado resignados a este mugroso lugar del laberinto y que nos pudriremos sin contemplar la gloria completa del nuevo mundo que Morfeo está creando, sin embargo de eso no me preocupo, yo sé que cuando ese bendito día llegue, Morfeo volverá a abrir su corazón a sus esbirros olvidados y formaremos parte de su legión

-Recuerda que Morfeo solo le ha entregado su corazón a alguien y ya sabes cómo termino ella

.Ni me la recuerdes, al menos ahora podrá decorar algún hermoso jardín, jajajjajajajaja, en cuanto a tu querida humana, bueno, mira por ti mismo lo que le ha ocurrido, para que luego no digas que cuido a tus juguetitos

Inmediatamente se descubrió una cortina que estaba en uno de los laterales de la sala y pudo observar a Ariana colgado de una pared de unos grilletes de oro vigilada por unos pitonisos de dos metros de contextura musculosa, estaba elevada a tres metros del suelo y estaba inconsciente, vestía una típica ropa de una egipcia de la nobleza: una falda de seda blanca, una blusa entre banco morado y azul fuerte, semejante al color del lapislázuli, en el cuello se veía un collar de oro con el dije de una serpiente con los ojos rojos, su rostro delineado tanto los ojos como la boca y una tiara sencilla de plata que estaba coronada con un pequeño diamante rosado, en momento Mathias se cegó al verla en aquel estado tan burlesque por parte de Marianne, que inmediatamente saco su guadaña y se disponía a atacar a Marianne, cuando salieron dos pitonisos semejantes a los que cuidaban a Ariana y con unas enormes lanzas de metal lo golpearon con tal fuerza que lo lanzaron a la pared, la cual se agrieto un poco al chocar y Mathias cayó al suelo, mostrando el dolor que sintió en al caída, inmediatamente Marianne se comenzó a reír con un tono sarcástico mientras se deslizaba hasta donde estaba Ariana y deslizaba sus delicadas garras en sus sienes y cuello

Agua de MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora