Capitulo 29

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Comenzó a avanzar Mathias rápidamente por este nuevo seccional del laberinto, el cual era muy particular, porque seguía una trayectoria circular, las paredes eran doradas con algunas incrustaciones de Jaspe haciendo círculos en las paredes y se observaban estatuas de oro con forma de serpiente en actitud de ataque alrededor de los círculos de jaspe, en el medio de aquel paraje tan extraño había una especie de pirámide de color rojo de la cual se despedía una luz intensa que se lanzaba hacia el cielo, Mathias inmediatamente supo que ese era el lugar donde Marianne habitaba y que seguramente allí estaría aprisionada Ariana, como un cebo para atraerlo ya si capturarlo a él también, esperaba que a la Gorgona nos e le haya ocurrido convertirla en piedra, sería un golpe muy fuerte y el fin de todo lo que para él es importante, entendía que amaba a Ariana y haría cualquier cosa por rescatarla, no le valía en su mente vacilar o pensar en que algo malo le haya pasado, el solo la quería ver viva y sana y algo dentro de él le decía que en efecto así la encontraría.

Mathias corría rápidamente por los pasillos, los cuales por su forma eran tediosos y extenuantes, hasta que en un punto concreto observo a unos sujetos vestidos con unas túnicas verde oliva con la imagen de una serpiente dorada de ojos rojos, seguramente eran los pitonisos que resguardan y sirven a Marianne, pero Mathias, dentro de su cólera por haber secuestrado a Ariana, saco de su túnica la guadaña Lucy y con ellas segó rápidamente la vida de ambos pitonisos, quedando su negruzca sangre decorando el piso rocoso del lugar; Mathias seguía avanzando, encontrando a mas pitonisos en el camino y degollándolos, descuartizándolos o ya de plano pulverizándolos con los rápidos movimientos de Lucy, cegado por la ira de no saber dónde está Ariana y que le estarán haciendo dentro de la pirámide.

Luego de recorrer el largo pasadizo circular, llego al centro del lugar, era un lugar amplio donde la pirámide, roja y brillante se erigía imponente en el centro de aquel lugar, se veían grandes columnas con una serpiente dorada decorando el frente de dichas columnas, la entrada era amplia y cuadrada, teniendo a unas estatuas humanas con cabezas de chacales y unos cetros verdes que terminaban en una serpiente sosteniendo entre sus labios unas gemas verdes y moradas a cada lado de la entrada, allí había una gárgola sobrevolando la entrada

-Conque hay un nuevo visitante en este día al templo sagrado de Marianne, dos en un día, vaya premio el que se llevara nuestra diosa hoy

-¿Dos en un día?- dijo Mathias aun furico- quiere decir que trajeron a otro humano aquí

-Por supuesto, aunque con más resistencia que tú, no parecía querer estar en este lugar, sin embargo poco importa eso, más temprano que tarde ella será parte de nuestra indumentaria jajajajajajja

En ese momento, Mathias salió corriendo rápidamente, agarro a la gárgola y la sacudió varias veces contra el suelo hasta que su duro rostro de roca quedo agrietado y resentido, dejando a la gárgola un poco atontada

-Si sabes lo que te conviene es mejor que comiences a hablar, donde esta Ariana, donde la llevaron tus amos

-A... a... lo mejor debe estar en el cuarto de la reina, ella sabe que estas aquí, que eres la mano derecha de Morfeo y por tanto si te consigue podrías guiarla hacia él, sabes muy bien cuáles son sus intenciones

-Por lo visto Marianne nunca cambia, bueno me dirás algo más aparte de que me des razones para cincelar tu cara a golpes

-Solo cuídate de su mirada, es mi obligación como gárgola advertirte, aunque si fuera por mí, estaría contento de verte en una estatua, además, siempre quisiste ser inmortalizado en este mundo, cuál sería la diferencia ahora, el más alto antes de nuestro Dios, vaya orgullo más grande, no lo crees

Agua de MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora