Capitulo 21

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Agua de Morfeo (Capitulo 21)

Al despertar mire para todos lados y no veía nada más que oscuridad, de la más profunda, arriba de mi veía una luz de origen desconocido que al momento de moverme esta me seguía, veía un piso de cuadros negros y morados donde los cuadros morados tenían rostros humanos deformes, pero que por alguna extraña razón me resultaban familiares; seguía caminado y caminaba, en un momento empecé a correr con desesperación, ya que ese recorrido parecía eterno, era como estar en la nada y sentir que correría de forma infinita sin lograr un destino concreto o fijo en aquel espacio. De repente entre tanto recorrido veo una luz al fondo y esta luz muestra un roble viejo y sin hojas con un sujeto acostado en sus raíces que no lograba identificar, me acerque hasta estar frente a frente al árbol y entonces me percate que se trataba de Mathias, pero algo raro tenía en su aspecto, vestía una túnica morada y su rostro estaba pintado de negro con las comisuras de los ojos de morado oscuro, sus labios se veían resecos y el cabello adquirió un tono blanquecino que no se veía canoso, sino como un blanco puro, era como cal en hebras, de repente despertó y me miro extrañado, al mismo tiempo que veía asustado la ropa que vestia

-Oh Dios, Oh dios, pero que hacemos aquí, se supone que no debía volver a este lugar

-Cálmate Mathias, a que te refieres exactamente con este lugar

-No lo entiendes Ariana, estamos en los dominios de Morfeo, el lugar donde su palabra y su verbo es ley, donde para el un segundo serán mil años y las piedras serán tan livianas como nubes, donde arriba es abajo y lo frio puede ser caliente, donde lo más increíble o lo más oprobioso se puede hacer realidad solo con que Morfeo así lo piense, estamos en EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

-El mundo de los sueños, eso explicaría lo bizarro del lugar y ese extraño atuendo que tienes

-Affff- decía Mathias con resignación- este atuendo me acompañara cada vez que entre a este sueño, es un recordatorio mórbido de lo que en un momento fui: un esbirro inmisericorde de Morfeo, así como me ves reflejo la vergüenza que una vez fui

-Pero como terminamos aquí, no recuerdo que fuéramos a dormir

-No era necesario- decía Mathias mientras observaba el roble marchito que los rodeaba- Morfeo seguramente se molestó con nosotros al sacar a Megan del Trance y uso su arena especial para inducirnos el sueño y atraparnos en este lugar, ahora seguramente aprovechara que estamos aquí para controlarnos con todos los medios posibles...

Mientras explicaba eso no pude evitar mirarlo como una boba, no se exactamente porque en aquel atuendo sombrío, su rostro de tez férrea y su largo cabello blanco me parecía muy atractivo, tenía algo que me encantaba en aquel momento

-Oye estas escuchándome

-Sí, si disculpa es que todo esto me tiene muy confundida

-Por ahora lo que necesitamos hacer es encontrar a Megan y a Romina, no pasara mucho tiempo antes de que Morfeo decida buscarlas... o buscarnos a nosotros

-Pero como lo haremos, estamos en sus dominios, prácticamente lo controla todo aquí

-Existen formas de evadirlo, solo debemos ser ingeniosos

-Está bien, espero que tengas razón, pero como escaparemos de aquí, parece un paraje que jamás acaba

-Este es el desierto de cuadros de Morfeo, un lugar donde manda a las almas que no le sirven para que vaguen eternamente como castigo por no unírseles, sin embargo hay una forma de escapar fácilmente y es a través de este árbol

-Espera, no te parece sospechoso que Morfeo te haya puesto justamente en este árbol, que tal si sabía que íbamos a escapar por esta vía, que tal si hay una trampa oculta cuando salgamos

-Pues no hay otra opción, sea como sea si nos quedamos aquí no haremos más que perdernos más, habrá que salir por esta vía corriendo ese riesgo, no te preocupes yo te protegeré

No sabía que pasaba, pero en aquel ambiente Mathias se escuchaba más seguro, más tranquilo, más sereno, como si fuera un héroe, como si fiera mi hero... pero qué demonios estoy diciendo, concéntrate

-Entonces procedamos a salir de este lugar

-Está bien

En ese momento, Mathias se acercó al Roble y golpeo varias veces el árbol hasta que una rama comenzó a serpentear hasta el tronco y dibujo con su cuerpo una puerta y una manija, por donde Mathias y Ariana salieron rápidamente y se vieron caer de repente por un vórtice de múltiples colores donde podían ver objetos inverosímiles caer a su alrededor, como elefantes con cuerpo de gato o silla con patas de caballo, de verdad que estaban atrapados en la realidad más bizarra del mundo de los sueños.

Cuando por fin cayeron, se vieron en la entrada de una enorme catedral con vitrales morados que tenían como imagen principal una oscura presencia vestida toda de morado con alas y un rostro algo demacrado, lo cual hacia juego con el aspecto antiguo del lugar

-Bueno, tenías razón, esto era una trampa, pero ya no hay marcha atrás a partir de aquí

-Me quieres decir que este lugar...

-Si, es el santuario de Morfeo, Su hogar dentro del mundo de los sueños, el hecho de ubicarme en aquel roble no fue azaroso, él quiere que lo veamos, obviamente no hay otra alternativa que entrar, después de todo, hará lo que sea para que lo veamos cara a cara, es mejor enfrentarlo directamente

-Pero es peligroso

-Tranquila, no es la primera vez que me enfrento a él, pero quédate cerca de mí, no se que vaya a intentar una vez que entremos

-Vale está bien

-Adelante, no perdamos más tiempo

Caminamos ante el gigantesco portón, era negro como el carbón y tenía una curiosa aldaba con una cabra sujetándola con la boca, empujamos la puerta y sentimos el aire entrar rauda en el edificio, haciendo silbar cada minúsculo espacio de aquel titánico edificio, era como si respirara, como si el edificio tuviese vida propia.

Cruzamos el salón que nos antecedía, era enorme, tenía varios candelabros plateados en el techo que asemejaban a arañas decrepitas, habían pinturas de personas con rostros y expresiones extrañas, algunos felices otros tristes, pero todos despedían una aura de melancolía, aun cuando estuviesen llenos de color; también había dos escaleras que hacían una curva una opuesta a la otra pero que se dirigían ambas a una puerta en un piso superior, la alfombra parecía piel de oso polar y los muebles que cubrían el espacio eran muy antiguos, todo el lugar respiraba antigüedad y elegancia.

-Detrás de aquella puerta lo encontraremos- dijo Mathias señalando la puerta al final de las escaleras

-Lo que a de suceder que suceda- dije con marcada resignación

-Tranquila, pronto nos libraremos de esta pesadilla

-quisiera creerlo, pero cuando mas avanzamos, mas pareciera que nos alejamos de que esta pesadilla termine

-Se lo que sientes, pero debes confiar en que pronto todo esto acabara, sé que será un encuentro bastante turbulento y que Morfeo hará mil cosas para salirse con la suya, pero queda de nuestra parte detenerlo y demostrarle que en este mundo de los sueños deben ser solo los soñadores quienes controlen este espacio donde todo es posible, debe volver a lo que fue en algún momento

-¿Pero no me dijiste que siempre había sido así? ¿Qué Morfeo siempre había sido el regente de este mundo?

-Bueno, no exactamente, pero eso lo dejaremos para otro momento, después de logras nuestro cometido

-Esto cada vez está más raro

Atravesamos rápidamente el salón y subimos las largas escaleras para llegar a la puerta que nos separaba de la morada final de Morfeo, no me sentía preparada para lo que sea que albergara aquella puerta, pero no tenía otra opción, mis amigos y familiares, eso sin contar el resto del mundo corría el riesgo de morir y ser las marionetas de ese ente enloquecido, así que acompañaría a Mathias a lo que sea, con tal de frenar el cometido de Morfeo hacia el resto de nuestra humanidad

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