Agua de Morfeo

Capitulo 27

Después de seguir bajando las escalinatas de piedra rumbo al laberinto nuevamente, nos vimos ante un marco parecido al que encontramos al principio del recorrido y vimos una placa que colgaba de la boca de una gárgola de bronce que tenía grabado lo siguiente: "Morada del Orco Bell, si de aquí deseas librar, su ojo purpura no debes mirar, porque tu mente tendrá de trofeo y serás su esbirro portando su camafeo"

-Oye no entiendo- dije algo confundida- me podrías decir qué es un camafeo?

-El Orco Bell tiene la costumbre de poner en sus víctimas un dije con la foto de un semidiós o un nigromante para que sepa a quienes ya ha poseído, de esta forma le es más sencillo atacar a sus víctimas aprovechando a sus esclavos

-Esto es terrible y ahora que hacemos para evitar su hechizo?

-Evitar a toda costa ver su ojo hipnótico y si es posible hacer todo lo necesario para que sus esclavos no nos atrapen

-Cada vez que avanzamos en este laberinto los peligros se hacen cada vez más latentes, a veces siento que no podré seguir con esta travesía

-Tranquila señorita, todo es cuestión de confiar en nuestros instintos y apoyarnos mutuamente, hemos estado bien hasta ahora y seguiremos así, confía en mi

-Bueno, está bien, continuemos con el recorrido, pero no te niego que a veces pienso en el problema que nos metimos

-No es cualquier cosa- dijo Mathias con melancolía. Vencer a Morfeo y volver a controlar el mundo de los sueños por los soñadores es la meta máxima, las personas que perecieron por culpa de Morfeo no habrán muerto en vano, sus muertes serán libradas y podrán ser amos y señores del sueño eterno del que deberían ser protagonistas y no vagar en el limbo oprobioso que los tiene encerrados Morfeo

-Aun la extrañas cierto?

En ese momento observe como Mathias se detenía en seco, apretaba su puño fuertemente y de su rostro veía caer varias lágrimas, obviamente era algo que tocaba fibras muy profundas en su ser.

-Lo siento, no debí tocar ese tema

-Descuida- decía Mathias mientras limpiaba su rostro y sollozaba levemente- simplemente es un incentivo que debo tomar en cuenta para poder salir victorioso de esta situación, además cuando sea libre, al fin mi alma estará en paz

-Pues entonces continuemos con el recorrido, por lo visto vienen situaciones que nos pondrán a prueba como lo dijo la gárgola

Dicho esto continuamos el recorrido y veíamos que la morada no distaba de ser otra sección del laberinto con la diferencia de que en estos espacios habían antorchas moradas y en los suelos había una sustancia amarillenta y fosforescente, además que habían restos y calaveras humanas, seguramente de pobres victimas que enfrentaron al Orco Bell anteriormente o a sus esbirros.

Recorrimos varios pasillos rápidamente y nos ponía intranquilos el sepulcral silencio que imperaba en el lugar, tomando en cuenta la legión de esbirros que me había dicho Mathias que había en la zona, esperábamos que en cualquier cruce o esquina apareciera alguna de esas marionetas de carne. Al pasar por tres pasillos, escuchamos el sonido de un pesado objeto de metal arrastrándose por el suelo, nos agazapamos en el cruce del pasillo contiguo al origen del sonido y al asomarnos pudimos observar a una persona vestida con una armadura negra con molduras de dragón, arrastraba tras de sí un hacha deforme y al ver su rostro, que por cierto era extremadamente pálido y con las venas prensadas a la piel, observe un brillo morado en sus ojos; lo cual, sumado a su rostro inexpresivo y demacrado, nos daba a entender que era uno de los esbirros del dueño de este espacio, así que debíamos evitar hacer mucho ruido.

Caminamos lentamente en la dirección contraria al paso del esbirro, tratando de recordar los lugares recorridos para no perdernos y también para evitar a los esbirros y al Orco. No habíamos caminado más de unos 20 metros cuando escuche que Mathias levantaba un escudo y se caían huesos y partes de armaduras, haciendo un escándalo en el lugar, por lo que corrí a su lado y le golpee el hombro