Agua de Morfeo

Capitulo 23

-No te he contado casi nada de mi vida, lo cual es mezquino tomando en cuenta todo lo que me has dicho y las razones que te llevaron a ser lo que fuiste y eres ahora, Mathias, sin embargo, como ciertamente lo comenta Morfeo, yo no he tenido una infancia fácil, considerando que en la actualidad vivo en una casa con mi hermana de 11 años y mi madre, pero para llegar allí la senda fue muy oscura

Mathias veía desconcertado a Ariana en su relato mientras Morfeo volvía a sentarse en su trono, esbozando una sonrisa de tranquilidad mientras todos escuchaban la historia, incluso unos esbirros de Morfeo, que eran una suerte de sujetos cubiertos por completo con mantos morados que tenían como símbolo una copa con una pluma y un ojo morado en el medio, se acercaron a su alrededor interesados por el relato que Ariana estaba contando

-Para comenzar tienes que saber que jamás he hablado de mi madre y mi padre y eso tiene una razón de peso y es que mi padre murió hace ya 6 años, tenía tan solo 14 años y mi hermanita 6; éramos muy jóvenes... éramos muy inocentes también y eso nos volvió blancos fáciles de lo que se nos vendría encima. Mi madre antes era una mujer encantadora, dulce con nosotras, atenta en el hogar, siempre al pendiente de nuestras labores en el colegio y en la casa, sin embargo nuestro padre, aunque era muy trabajador, tenía una debilidad que lo hacía trastocar su personalidad: le gustaba beber, beber bastante y cuando lo hacía se volvía muy violento e impredecible, por lo que varias veces, desde la oscuridad de nuestros cuartos, mi hermana y yo escuchamos casi frecuentemente los gritas de mi madre tratando de tranquilizarlo y como este solo se volvía más violento y amenazaba con pegarle, llegando algunas veces a cumplir su cometido, sin embargo esto un fue ni por asomo lo peor de la situación, sino lo que surgiría semanas después, en una de las desafortunadas borracheras de mi padre

Mathias percibió que mientras hablaba, Ariana apretaba los puños, miraba hacia abajo y pude notar algunas lagrimas caer al piso, Morfeo solo sonreía y sus esbirros murmuraban entre ellos, pronto veía como el clima se volvió tenso alrededor de Ariana, como si el sueño catalizara sus emociones, era obvio que a Ariana le costaba mucho expresar lo que iba a decir

-Un día estábamos mi hermana y yo acostados en una litera, yo dormía en la parte de abajo y me hermana arriba, cuando de repente escucho afuera el auto de papa detenerse, por los gritos y tropiezos que daba me imagine que estaba otra vez borracho, empezó con mucha torpeza a abrir la puerta hasta que lo logro y pude sentir como caminaba en la sala y pasillos de la casa, imaginando que iba al cuarto de mi madre, pero de un momento a otro el pestillo de mi puerta comenzó a girar lentamente, se abrió y pude ver como mi padre, caminado torpemente en la penumbra iluminado únicamente por la tenue luz de la luna que cruzaba la ventana de mi cuarto, llego hasta mi cama y allí comenzó a acariciar mi cabeza, suponía que venía a darme las buenas noches, sobre todo cuando comenzó a hablar con una voz algo ronca

-Me pequeña niña, mi linda Arianita, cuanto te quiero, eres el amor de mi vida

-Pero de un momento a otro la situación se volvió tensa, esta vez su mano bajo de mi cabeza hasta mi cintura y su voz comenzó a sonar más sombría y comenzó a decirme:

-Veamos qué tan dulce puedes ser, mi dulce caramelito

Cuando sentí su fría mano bajar a mi cintura, trate de reaccionar, pero mi padre me tapo la boca y logro inmovilizarme, estaba en shock, no entendía lo que estaba pasando, el seguía tocando mi cintura y llego un momento en que comenzó a desvestirme, hasta quedar totalmente desnuda y...

Mientras decía esto, Ariana comenzaba a quebrar su voz y sus ojos lanzaban lágrimas de forma copiosa, todos sentían que estaba llegando al clímax de aquella infancia terrible que había comentado al principio y que develaría porque el interés tan fuerte en Morfeo por ella