Capitulo 34

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Un dinwolf se encontraba royendo un pedazo de carne en una de las salientes del acantilado, lo hacía con frenesí ya que sabía que vendrían otros a quitarle su comida, ya que en aquel valle oscuro y tétrico la comida escasea con facilidad y el canibalismo siempre está servido cuando no lanzan prisioneros con regularidad a aquel lugar. La bestia estaba tan concentrada en su comida que nos e percato de dos humanos que pasaron por allí rápidamente, un era un muchacho con una capa negra y una piel muy pálida cargando entre sus brazo a una muchacha delgada cuya piel se tornaba de un verde brillante y lo que antes eran unos brazos parecían el cuerpo de una serpiente, aún estaba inconsciente por el impacto recibido hace unos momentos cuando, convertida en una cuasi Gorgona, trato de aniquilar al muchacho, pero un extraño dije logro revertir la transformación y podrá frenar, al menos por ahora, el efecto del veneno de Marianne que aun fluía libremente por sus venas.

Mathias decidió, para poder defenderse de cualquier atacante, poner a Ariana con el abdomen en su hombro y así tener una mano libre con su hoz para estar 'preparado ante cualquier ataque, en esa tierra de nadie creada en aquel laberinto para herejes, asesinos y desquiciados de Darknight, ahora solo debía estar alerta y buscar en aquel muro de piedra morada oscura algún vestigio de puerta falsa que lo condujera a los linderos del bosque de Carelis, la próxima prueba a pasar y que los pondría cada vez más cerca del centro del laberinto, y de su horrido huésped, del cual obtendrían su precisos marfil. Mientras seguía caminando encontró un cadáver de arpía cerca del borde del acantilad y notaba que tenía algo brillante entre los dientes, por lo que decido poner en una roca a Ariana quien aún seguía inconsciente y se acerco a aquel cadáver a revisar, logro con cierta dificultad abrir su boca, del cual salió un pestilente gas verdoso y al fin saco lo que aferraba su inerte mandíbula: una especie de brazalete dorado algo estrecho que tenía al moldura del rostro de una Gorgona en el adverso y el rostro de una persona con actitud melancólica en el reverso, mientras lo sujetaba entre sus manos, el rostro de Mathias brillo de forma expectante y corrió rápidamente hacia Ariana y el coloco el brazalete en uno de sus brazos, a lo cual despertó casi al instante, tosiendo un extraño liquido morado y viscoso y viendo aun con rostro atontado a Mathias arrodillado a su lado y viéndola con alegría

-Ma... Mathias, pero que paso, donde es...

-Es mejor que no digas nada- decía Mathias mientras ponía su dedo índice en su boca y acariciaba lentamente su largo cabello oscuro- has pasado por un momento muy fuerte y es mejor que caminemos tranquilos, cuando lleguemos a la entrada al bosque de Carelis te explicare todo mejor

-¿Qué es esto?- decía mientras señalaba con cierto dejo el brazalete que le acababa de colocar

-Un dije de pitonisos disidente- decía, adoptando su acostumbrado tono erudito- un instrumentos que crearon los seguidores rebeldes de Marianne para protegerse del veneno de su ama y no volverse una Gorgona marioneta. Mientras lo tengas puesto, el veneno no podrá afectarte, pero como no eres pitonisos, el efecto puede que solo dure una horas

-¿Unas horas?- dijo Ariana preocupada y dando un paso atrás de forma involuntaria

-Para ese entonces estaremos en la morada de la mandrágoras y podre hacer el antídoto, tranquila no apsara nada

Retomamos otra vez el camino, aunque Ariana caminaba más lento y a varios metros de Mathias, no tenía señales de cansancio, había otra cosa que le preocupaba, su mente se encontraba muy nublada y tenía más preguntas que respuestas, en especial por lo ocurrido hace pocos minutos, tenía recuerdo muy vagos y no sabía si...

-¿Qué tienes?- dijo Mathias que, aunque estaban relativamente alejados pdia ver claramente que andaba pensativa

-Es que... Affff- se detuvo un momento y comenzó a sollozar- no recuerdo nada de lo ocurrido mientras me ataco aquel dinwolf, solo recuerdo haber sentido una ira enorme, que me nublo la vista y lego...nada, dime la verdad Mathias, acaso me convertí en una...

Agua de MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora