Save him [Draco Malfoy]

Capítulo 7

Draco sentía las sabanas más cómodas y por  primera vez la luz de la mañana no le molestaba lo más mínimo. Se había vestido más tarde de lo normal y había bajado con su semblante radiante a desayunar.

Alia ya estaba en el comedor, comiendo sus características tostadas de cada mañana, con un libro a su lado. Sonreía a todos, como siempre.

Draco tomó asiento y la observó.

Aquella mañana, se veía particularmente hermosa.

Se notaba que Granger la había peinado: lucia una trenza que dejaba unos cuantos mechones de cabello sueltos y unas pequeñas flores blancas sobresalían entre el peinado.

Aquella mañana, se veía particularmente feliz.

Alia lo miraba de reojo y de vez en cuando
sonreía con sus compañeros, mordía lentamente los trozos de tostadas que habían esparcidos por la mesa, dejando restos de migas alrededor de sus labios.

Alia recordó el amanecer anterior.

Estrellas. Sol. Amanecer. Draco. Labios.

Labios.

Beso.

Hundió su rostro en el ejemplar de herbología que tenía entre sus manos, sintiendo la vergüenza invadir su rostro y volverse al rojo vivo. ¿Cómo lo miraría ahora? Quizás lo de la noche anterior solo había sucedido por accidente, quizás se encontraba demasiado tenso, o simplemente quiere hacerla caer en su juego.

¿Manipulación? Sería la respuesta indicada. Hermione lo dijo. Todos lo dicen. ¿Por qué no creerles?

—Deja tus estúpidas insinuaciones, tenemos fe en que la humanidad no es tan mala ¿recuerdas?— se dijo para sus adentros.

Quito el libro de su rostro, llevándose unas miradas de extrañeza por parte de las chicas de Ravenclaw que estaban sentadas en frente. Observó la puerta de entrada del gran comedor, Neville avanzaba por esta y se dirigía hacia ella.

—Hola—saludo y tímidamente se sentó a su lado, cogiendo un par de tostadas y llevándoselas a la boca.

—Hola, Neville, ¿cómo estás?—preguntó Alia, dejando a su lado el libro de Herbología, con la intención de que Neville lo viera y que surgiera una pequeña chispa entre ellos, para comenzar una conversación.

—¿Problemas con Herbología?—preguntó Neville, acercando el ejemplar con sus manos. Comenzó a leer detenidamente la parte en donde Alia había quedado. La verdad era que unos cuantos obstáculos habían surgido con aquella materia; necesitaba un poco de ayuda.

—La verdad es que sí— afirmó— se volvió un piedra en el zapato...tú...¿podrías ayudarme? —preguntó de forma suplicante. Neville le otorgó una dulce sonrisa y asintió con orgullo, le agradaba que alguien lo necesitase.

—Gracias—dijo, rodeándolo con sus pequeños brazos.

Neville era una gran persona, bajo esa gran timidez ocultaba una particular personalidad que Alia había descubierto durante su estadía en Hogwarts.

Al otro lado del gran comedor, a Draco le hervía la sangre. Apretó los puños sobre la mesa, sus nudillos se habían puesto blancos debido a la presión y alrededor de estos un leve tono carmesí aparecía.