Capítulo 15

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La noche de Aerith y Aaron fue normal, hacía mucho que no se veían y pasaron una noche agradable. Después de cenar se fueron a tomarse algo y después cada uno se fue a su casa. Leah estaba pensado en intentar juntar de nuevo a sus padres

Ian había quedado más veces con Emma y el próximo fin de semana había partido, sería el último y pronto serían las vacaciones.

Aerith estaba viendo dónde podría ir con los niños y si también podía ir Aaron. Estuvo pensando en ir a las playas de Miami, ir a Los Ángeles, ir a Canadá, ir a Colombia. Aun no sabía qué hacer, les preguntaría a sus hijos a donde les apetecía ir y a Aaron si podía ir con ellos.

Suspiro y se quedó pensativa mirando a un punto muerto de su despacho, donde estaba mirando sitios para ir de vacaciones, pensó en todos aquellos viajes que hizo con sus gemelos y Aiden.

Pero nunca se había ido de Luna de Miel y tampoco se había casado a lo grande. En aquel momento a Aerith sí que le hacía ilusión casarse a lo grande pero como amaba a Aiden no le importó, se casaron por lo civil y todo fue muy rápido. Ahora sí que hubiese gustado casarse por la iglesia, con un gran vestido blanco pero en aquel tiempo no tenían ni tiempo ni dinero.

De hecho estuvieron viviendo en un pequeño piso hasta que tuvieron suficiente dinero para comprar una casa. En aquel piso aunque estaban un poco apretujados con dos gemelos recién nacidos, pasaron tiempos muy felices. Hasta que tuvieron suficiente dinero para mudarse a una casa espaciosa con cuatro habitaciones además de la matrimonial, la cocina con barra americana, tres aseos, un salón espacioso y un despacho que ambos utilizaban.

Aiden trabajó y trabajó para sacar adelante a su familia, cuando los gemelos fueron creciendo Aerith se sacó el título de periodismo y en cuanto tuvieron la edad para ir a la escuela ella se puso a trabajar en la empresa de su padre. A la vez que Aiden iba subiendo en la escala social, iba cambiando tanto físicamente como mentalmente. Aerith notó poco a poco su cambio tanto el físico como sus acciones.

Años después llegó Leah, pero ya no se aguantaban el uno al otro, siempre eran peleas. Intentaban no pelearse delante de los gemelos, hasta que un día finalmente Aiden le pidió el divorcio a Aerith y ella aunque estaba decaída lo firmo. Aiden le dejó la casa porque se quedaría con los gemelos y él se quedó con Leah cuando ya no le hacía falta tomar leche materna.

- Mamá -dijo Ian entrando al despacho de su madre.

- ¿Si cariño? -Miró a su hijo.

- Era para decirte que Ethan y yo nos vamos al entrenamiento.

- ¿Queréis que os lleve? Tengo que hacer un par de cosas.

- Íbamos a ir andando para no molestarte -dijo Ian encogiéndose de hombros.

- Tranquilo, no molestáis. Subid al coche que voy en nada -se levantó Aerith de la silla.

Ian asintió y fue a decírselo a su hermano gemelo, mientras Aerith cerró el portátil. Salió y los gemelos ya estaban subidos al coche.

- ¿A dónde os gustaría ir de vacaciones? -Preguntó Aerith rompiendo el hielo.

- La verdad me apetece playa, un sitio cálido -dijo Ethan.

- Había pensado en Miami, Rivera Maya o podríamos ir a Australia.

- Australia estaría bien -dijo Ian sonriendo.

- Cualquiera de estos tres sitios estaría bien -sonrió Ethan de nuevo.

- Me gustaría decidirlo cuanto antes, para hablar con vuestro padre y que me deje a Leah. Él también querrá organizar unas vacaciones para que vayáis con el los tres.

- No sé mamá.

- Aaron también se vendrá o al menos lo intentaré -los gemelos se quejaron ante aquella frase.

- Oye no quejarse. Y ahora a entrenar ya lo hablaremos con tranquilidad todo -les besó la mejilla a los dos y tras despedirse los gemelos se fueron la cancha a entrenar.

Aerith fue hasta el supermercado más cercano del instituto, allí fue buscando las cosas que le habían falta. A lo lejos Aiden estaba haciendo lo mismo, hasta que coincidieron cuando iban a coger pizzas.

- Vaya vaya, pero si es mi querida Aerith -dijo Aiden mirándola de arriba a abajo.- Nunca pensé que la primera vez que nos veríamos después de tanto tiempo fuese así.

- Aiden, tengo prisa -rodó los ojos Aerith.- Además nos vimos hace unos días pero ibas tan borracho que ni siquiera te acuerdas.

- Pensaba que había sido un sueño pero ya veo que no -dijo Aiden soltando una risa grave.

- Eres peor que los niños, tuve que recogerte de la celda. Y ahora si me disculpas debo irme.

Aiden la cogió del brazo y se lo impidió.

- ¿Así te despides de mí? -Dijo con arrogancia.

- ¿Y cómo debería de despedirme de mi ex-marido según tú? -Le contestó ella tratando de disimular su nerviosismo ante la cercanía de Aiden.

- Con un beso en la mejilla, por lo menos.

- Tus encantos conmigo ya no funcionan así que apártate de mí -intentó soltarse de su agarre.

- Eso ya lo veremos Aerith Wells -la llamó Aiden con su apellido.

- Aerith Carter -corrigió ella.- Ya no estoy casada.

- ¿De qué vas Aiden? ¿Qué quieres? Estamos divorciados, déjame vivir mi vida -dijo desesperada Aerith al no entender la actitud de su ex marido.

Se fue a pagar todo lo que había comprado, lo metió al coche y se fue a casa, al llegar lo colocó todo. Por el lado de Aiden se había quedado muy sorprendido por cómo estaba su ex-mujer, después de pagar y lo metió todo al maletero. Al llegar a casa lo colocó.

- Hola papá -saludó Leah.

- Hola pequeña -le besó la mejilla Aiden a su hija.

- ¿Podemos ver una película? -Preguntó.

- Claro, ve preparándolo todo que voy ya -le sonrió a su hija.

Leah lo preparó todo y si ir Aiden al salón pusieron la película. Aerith se sentó en el sofá y se acordó de que con los nervios no le había dicho a Aiden nada sobre las vacaciones.

Continuará...

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora