Capítulo 19

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Aiden en cuanto notó que el sol de daba en la cara, sonrió y se estiró en la cama. Notó que tenía a alguien con la cabeza en su pecho, miró a aquella persona y se dio cuenta de que era Aerith. Le besó la cabeza y se levantó de la cama con cuidado de no despertarla.

Aiden se vistió con la ropa de anoche, con su traje, su corbata y sus zapatos. Se fue de su antigua casa hasta su apartamento, una vez allí se ducho y se cambió de ropa. Por suerte ninguno de los dos trabajaba hoy.

Aerith se estiró en su cama y bostezó, se levantó de la cama con las sábanas alrededor de su cuerpo y se desilusionó al ver que estaba sola, se metió a la ducha y se puso unos jeans con una camiseta de Calvin Klein.

Aerith aún creía que con quien había pasado la noche y con el que había tenido intimidad era con Aaron.

Al poco de desayunar los gemelos volvieron a casa, Aerith les contó por encima como fue la gala. Ellos fueron hasta su habitación a ver una serie. Ella cogió el móvil y llamó a Aaron.

- Hola Aaron -saludó Aerith.

- Hola preciosa, debo disculparme contigo pero estoy muy ocupado.

- Oh lo siento Aaron -se disculpó Aerith por interrumpirlo.

- No pasa nada. Luego hablamos -colgó.

Aerith dejó el teléfono y fue al jardín de la casa, una vez en el jardín se puso a arreglarlo, cortando el césped, limpiando la mesas y las sillas que habían ahí, las tumbonas. Limpió las hojas que habían en el sombraje. Por la tarde les pediría a los gemelos que le ayudasen a limpiar la piscina y así terminarían pronto.

Entró a la cocina para hacer la comida, pensó en hacer unos macarrones con tomate. Mientras que estaban al fuego subió a la habitación de sus hijos.

- Chicos, ¿me podéis hacer un favor? -Preguntó Aerith sentándose en la cama de su hijo Ethan.

- Claro, di.

- Como todos los años hay que limpiar la piscina y este año me gustaría que me ayudarais para terminar antes.

- Por mi vale -dijo Ian.

- Pues después de comer me ayudáis. Y mañana ya podéis bañaros y podéis traer a Ayla o a quien queráis -le guiñó el ojo a Ian.

Aiden por su parte había pedido una pizza para él y para su hija. No tenía ganas de cocinar ni de hacer nada al contrario que Aerith que se había levantado muy activa.

- Papá -lo llamó Leah.

- Dime pequeña -palmeó el sofá para que se sentara a su lado.

- ¿Cómo te fue ayer? -Sonrió inocente mientras se sentaba al lado de su padre.

- Muy bien, pequeña. Doné un par de relojes para subastarlos y yo compre un cuadro que está en el coche -sonrió a Aiden.

- ¿Y conociste a mucha gente?

- A un par de personas.

- ¿Y viste a alguien conocido? -Volvió a preguntar Leah.

- Vi a tu madre, a tu abuelo y a unos compañeros de trabajo -dijo Aiden.- Y tu estas muy preguntona señorita -le besó la mejilla a su hija.

- Solo tenía curiosidad -sonrió.- ¿Hablaste con mamá o con mi abuelo?

- Si, hablé con los dos. Pero más con tu abuelo -sonrió Aiden para sus adentros, pues no sólo había hablando con ella.

Llegó la pizza, comieron los dos y después lo recogieron después de comer Leah fue a su habitación para jugar mientras que Aiden recogía.

Por otro lado Aerith estaba limpiando la piscina con los gemelos, a media tarde terminaron de limpiarla completamente. Ambos se ducharon y se fueron con Ayla y Emma. Ian y Emma aún no eran novios querían conocerse un poco más antes de hacerse novios.

Aerith aburrida y agotada se dio un baño y se puso con el ordenador a ver sus redes sociales. Hasta que llamaron al timbre, al abrir se encontró a un compañero de trabajo.

- Hola Aerith -saludó Gabriel.

- Hola Gabriel, ¿quieres pasar? -Ofreció Aerith.

- No tranquila, me ha mandado tu padre que trajera el coche porque ayer te tuvieron que traer a casa -dijo Gabriel dándole las llaves a Aerith.

- Oh muchas gracias, Gabriel -cogió las llaves.- Enserio pasa que te invite a un café -sonrió Aerith.

- No gracias Aerith, me están esperando -dijo Gabriel.

- ¿Y tienes quién te lleve? -Preguntó Aerith.

- Tenía pensado ir andando -se pasó la mano por el pelo.

- Yo te llevo, dame un minuto -le avisó, apago las luces y dejó el portátil encendido.

Cerró las puertas y ambos se subieron al coche. Gabriel le dijo la dirección a Aerith y la verdad estaba cerca pero después de que él le hiciese el favor de traerle el coche quiso llevarlo a casa.

- ¿Tienes familia Gabriel?

- Una hija recién nacida que mi novia quería abortar, conseguí convencerla y ahora la tengo yo.

- Oooh, una niña -dijo tierna Aerith.

A Aerith siempre le gustaba mucho hablar con la gente y también le gustaba mucho los niños pequeños.

- ¿Tu tienes hijos Aerith? -Preguntó Gabriel a ella, el cual llevaba poco tiempo en la empresa.

- Unos gemelos y una niña de nueve años -suspiró melancólica.- Mis gemelos ya son muy independientes y hace nada les estaba cambiando yo el pañal.

- Crecen muy rápido -dijo Gabriel riendo.

- Sí...cuando te vayas a dar cuenta ya la tienes con novio.

Unos minutos más tarde Aerith paró en la dirección que Gabriel le había dicho. Y tras despedirse de él Aerith fue a echarle gasolina al coche.

Al llegar a casa de nuevo se hizo la cena para ella mientras que veía una película. A Aerith le encantaría tener a Aaron con ella en casa para ver películas, ir a cenar, levantarse y tenerlo a su lado, desayunar juntos, pasar tardes en el jardín y en la piscina pero tenían trabajos y cada uno su casa y sus ocupaciones.

Suspiró cansada y dejó de pensar en aquello.

Continuará...

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora