Capítulo 13

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La noche de Ian había ido bastante bien, obviamente había quedado para verse más y conocerse mejor. Emma le gustaba mucho Ian y quería intentar algo más que su amistad aunque tenían que ir poco a poco.

El día de Aerith y Leah fue normal, no hicieron mucho después de que se fueran las chicas vieron una película y estuvieron pintándose las uñas. No mucho después se fueron a dormir agotadas.

Ethan después de la película comieron en un Mc Donald's y después Ayla estaba demasiado cansada, Ethan la acompañó a su casa y volvió a la suya.

Por la mañana Aerith preparó los desayunos y se fue al despacho que tenía en casa para revisar unos papeles y preparar varios temas para escribir en sus próximos artículos.

Los tres se despertaron y fueron a desayunar, aquella mañana fue Ayla cuando llegó ya habían limpiado la casa entre todos y su madre estaba preparando varias cosas para la comida.

Tras hablar un rato con Aerith y Leah, le preguntó a Ian si podía hablar con él. Ian aceptó y subieron hasta la habitación, también fue Ethan.

- Ian lo que hiciste los otros días con Emma estuvo muy mal -Ian la iba a interrumpir pero Ayla lo calló.- No Ian Wells me toca a mí hablar, Emma sólo pretendía ser amable contigo idiota.-Le dio una colleja a su cuñado.

- Ayla por favor, ¿me dejas hablar? -Preguntó Ian.

- Habla -rodó los ojos Ayla.

- Ayer fui a su casa, porque uno de mis compañeros de equipo me dio su dirección, me disculpe con ella y hablamos. Y después le pedí una cita, volví a casa me cambie de ropa y fui a por ella de nuevo -explicó Ian.

Ethan y Ayla se quedaron boquiabiertos.

- ¿Y por qué fuiste tan repelente los otros días? -Dijo Ethan.

- Pensaba que era de otra forma -se encogió de hombros Ian.

- Pues muy mal Ian, no se juzga sin conocer -dijo Ayla mirándolo mal.

- ¿Y cómo te fue idiota? -Preguntó Ethan a su hermano gemelo.

- La conocí y es una gran chica, de verdad que los otros días fui muy idiota. Además de que yo no soy así -dijo Ian mirando a la pareja.

- ¿Tengo cuñada o no? -Dijo Ethan riendo.

- No imbécil -rodó los ojos Ian.

Aerith después de revisar sus documentos, fue al salón donde estaba Leah leyendo.

- Leah cariño -la llamó.

- ¿Si mamá?

- ¿Te apetece ir esta tarde al centro comercial? -Preguntó Aerith.

- ¡Sííí!

- O también podemos ir todos a comer allí y ya después que los chicos hagan lo que quieran.-Dijo Aerith.

- Voy a preguntarles -dijo Leah.

Fue hasta la habitación de sus hermanos, llamó a la puerta y entró.

- ¿Qué pasa Leah? -Preguntó Ian.

- Mamá dice que si nos vamos a comer fuera o si preferís aquí -dijo Leah mirando a sus hermanos.

- A mí me da igual -dijo Ethan.

- Y a mí -dijo Ian.

- Si lo sé no pregunto -rodó los ojos Leah.

- Que mona -dijo riendo Ayla.

Bajó al salón junto a su madre de nuevo y le dijo la decisión que habían tomado los gemelos. Al final entre Aerith y Leah decidieron de comer fuera.

Avisaron a los gemelos y también invitaron a Ayla a comer y aunque lo rechazó Aerith finalmente la convenció.

Todos se fueron al centro comercial y entre todos se pusieron de acuerdo. Al final comieron en una pizzería.

Por la tarde los gemelos y Ayla se fueron por su lado y Aerith y Leah por el suyo. Ellas iban a comprar un par de cosas que le hacían falta a Leah de ropa y Aerith se iba a dar un capricho a sí misma.

Hablando de ella hacia un par de semanas que no veía ni llamaba a Aaron, algo muy raro. Ella misma pensó en llamarlo por la noche.

Mientras que Aerith y Leah estaban en su día de chicas, Aiden estaba planeando su noche. Saldría a cenar con sus amigos y después se irían por los pubs más exclusivos de la ciudad.

Se ducho y se arregló.

Para la hora de cenar fue al restaurante al que había quedado con sus amigos. Una vez que ya estaban todos allí en el restaurante, pidieron la cena.

Leah y Aerith después llegar de su día en el centro comercial, ordenaron la ropa que se habían comprado. Hicieron la cena y cenaron tranquilamente. Los gemelos fueron a su habitación mientras que Leah y Aerith veían una película.

Cuando casi estaba por el final, Leah se durmió. Una vez que había terminado la película, cogió a Leah en brazos y la llevó hasta la habitación.

Arropó a su hija y bajo al salón, apagó la televisión y recogió todas las golosinas que habían comido, fregó los platos. Se puso una serie mientras que no le entraba el sueño.

Sobre las tres y media de la mañana, cuando ya estaba dormida en su cama recibió una llamada. Aún desconcertada por no conocer el número contestó a la llamada.

- ¿Si?

- ¿Es usted Aerith Carter?

- Así es.

- Le llamamos del departamento de policía de Nueva York.

- ¿Qué ha pasado? -Preguntó Aerith preocupada.

- No es nada grave señora Carter, no se preocupe. Pero sí que debería pasar por aquí.

- En diez minutos estoy allí -Dijo Aerith levantándose de su cama a la vez que colgaba la llamada.

Fue hasta su armario y se puso unos vaqueros, una camiseta simple y unas deportivas. Cogió las llaves del coche, se montó en el y condujo hasta el departamento de policía.

Diez minutos más tarde estaba allí, entró sofocada y adormecida.

- Hola soy Aerith Carter, me han llamado hace unos diez minutos pero no me han explicado nada -dijo a uno de los agentes.

- Es sobre su ex marido, ha cometido varios delitos menores, está demasiado borracho y al parecer el único número que se acuerda es el suyo -explicó el agente.

Aerith se frotó la frente cansada.

- ¿Dónde está él? -Preguntó Aerith.

- Esta en una de las celdas, voy a por él.

El agente se fue a por Aiden y cuando volvió con él iba dando tumbos por la borrachera hasta que conectó su mirada con la de Aerith.

Continuará...

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora