Habían pasado varios meses más, Aerith acababa de dar a luz a la niña la cual estaban todos más que ansiosos por conocer, ella misma incluida. En la habitación estaban solamente Aerith, Aiden y el bebé. Ya que Leah se había quedado con los gemelos que no tardarían mucho en venir. El parto había sido un poco duro pero con gran esfuerzo todo salió a la perfección y sin riesgo para alguna de las dos.
La relación en estos momentos de Aerith y Aiden era mucho mejor, tanto que habían decidido intentar de nuevo algo y lo estaban consiguiendo con un gran esfuerzo por parte de los dos, esfuerzo de Aerith por confiar de nuevo en él y esfuerzo de Aiden de hacer creer sus palabras a Aerith. Y por el momento lo estaban consiguiendo.
- Es preciosa -dijo Aiden sin quitarle la vista de encima al bebé.
- Sí que lo es -sonrió complacida Aerith.
- ¿A quién le ves parecido? -preguntó Aiden mirando a Aerith mientras tenía en sus brazos a la pequeña.
- Pienso que es una mezcla de ambos -dijo Aerith mirando a Aiden con la niña.
- ¿Y el próximo a quien se parecerá? -dijo Aiden pícaro.
- No habrán más niños Aiden—dijo Aerith riendo.
- Sí habrán, pero nos dirán abuelos -dijo Aiden riendo.
- No vayas tan rápido, son aún muy jóvenes -suspiró Aerith.
- El que avisa no es traidor Aerith -dijo Aiden besándole la frente a la niña.
- ¿Qué nombre crees que habrá elegido Leah? -preguntó Aerith.
- No sé, aún no ha querido decirlo. Pero aún falta un rato para que vengan todos, deberías descansar -le dio un corto beso.
Aerith le hizo caso a Aiden y se durmió un rato mientras que él cuidaba a la niña. Cuando se despertó vio que estaba rodeada por flores, globos y peluches, además de que estaban sus hijos, su padre y su suegro.
- Hola a todos -sonrió.
Todos la fueron abrazando y le entregaron a la niña que en esos momentos estaba en brazos de Ian. Ella sonrió y le besó la frente.
- Leah cariño ya puedes decir el nombre -dijo Aiden riendo.- ha dicho que esperaría a que tú estuvieras despierta.
- Al final me he decidido por Jasmine -sonrió Leah besando la cabeza de su hermana menor.
- Es un nombre precioso cariño -sonrió Aerith.
Todos se tuvieron que ir cuando acabó la hora de visitas, mientras Aerith le daba el pecho a Jasmine vino la enfermera a darle un sobre a Aiden. Era la prueba de paternidad y aunque ambos estaban seguros de que la niña era de Aiden, el tenía todo el derecho a hacerse la prueba. Y aunque él no quería finalmente Aerith lo convenció.
"Probabilidad de paternidad: 99%"
Aiden sonrió con un suspiro sabiendo que tenía razón y siempre podía confiar en Aerith.
- ¿Cuándo os dan el alta? -preguntó Aiden acercándose a Aerith con una sonrisa aún más inmensa.
- Dentro de dos días, tienen que asegurarse que las dos estamos bien -le pasó Aerith la niña a Aiden.
- Descansa -dijo Aiden meciendo a Jasmine para dormirla del todo.
No mucho después Aerith se quedó dormida y Aiden también se dispuso a dormir tras dejar a Jasmine en la cuna. Se tuvieron que despertar ambos varias veces en la noche para atender a Jasmine, por hambre o por higiene.
Dos días después volvieron a casa donde se había quedado Brad, el padre de Aerith para cuidar a los niños que aunque eran mayores decidieron que era mejor que estuvieran supervisados por un adulto, pero sobre todo por Leah.
- Aerith -la llamó Aiden al entrar a la habitación que ambos compartían en estos momentos entonces la vio con una toalla a punto de ponerse el pijama.
- ¿Qué pasa Aiden? -preguntó Aerith mirándolo.
- ¿Te gustaría salir a cenar esta noche? -preguntó Aiden.
- ¿Y los niños? Sobre todo Jasmine...- dijo Aerith haciendo una mueca.
- Se quedará mi padre con ellos y no será mucho tiempo, será para desconectar -la abrazó Aiden por la cintura.
- No sé Aiden... -dijo dudosa.
- ¿Me niegas una cita? -dijo Aiden poniendo cara de pena.- además estamos de celebración, hemos vuelto y nuestra niña ha nacido, está en casa y muy sana.
Finalmente Aerith accedió y no se arregló demasiado porque acababa de dar a luz y quería ir cómoda. Se puso unos pantalones cómodos, una camisa azul claro y una chaqueta de cuero. Dejo un par de biberones de su leche por si Jasmine le entraba hambre mientras que no estaban y finalmente tras despedirse de todos se fue junto a Aiden.
Aiden la llevó hasta un restaurante donde ya habían estado anteriormente.
- Siempre he pensado una cosa sobre nosotros, de hecho te lo dije un par de veces y ahora lo pienso más que nunca.
- ¿Y qué es?
- Varias veces te conté la leyenda china del hilo rojo, que creen que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. El hilo rojo se puede enredar, contraer y estirar, como seguramente a menudo ocurre, pero nunca se puede romper. Y yo pienso que nosotros estamos unidos por ese hilo rojo que a pesar de todo otra vez estamos unidos -explicó sin dejar de mirar a Aiden.
- La verdad es que cuando me lo contaste no le veía sentido pero ahora más que nunca tiene todo el sentido y por eso ahora que estamos hablando de nosotros de nuestro pasado, de nuestro presente quiero hablar contigo de nuestro futuro Aerith y te quiero pedir de nuevo ante toda esta gente -se puso de pie.- ¿Te gustaría casarte de nuevo conmigo Aerith Carter? -se arrodilló ante ella enseñando un anillo dentro de una caja de terciopelo negro.
- ¿¡Qué!? -dijo sin creerselo, él anillo era totalmente distinto al primero que le dio Aiden aunque también en el momento que se lo pidió Aiden acababa de empezar a trabajar y ella nunca le había importado.- ¡Si, Aiden, si! -gritó Aerith tirándose de a sus brazos y besándole por toda la cara.
No se creía el giro que había dado su vida en un par de meses, era completamente feliz con su familia y se sentía realizada en su trabajo.
FIN
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Hilo rojo
RomanceAerith es una chica que desde muy joven se caso con el hombre quien creía que era el amor de su vida. Aunque nada es lo que parece. Lo que parece amor a veces es traición. Y lo que parecía traicion acabó siendo amor.