Después de pasar Leah aquellos dos días con su madre y hermanos, Aerith se le llevó a Aiden. Hacía mucho tiempo que no se veían cara a cara y hoy no sería la excepción.
Aparcó en la puerta del apartamento de su ex-marido.
- Bueno cariño, te queremos mucho no lo olvides -le sonrió Aerith a su pequeña.
- Lo se mamá -la abrazó.
- Espero que puedas ir al partido de tus hermanos, seguro que les encantará que vayas -le besó la cabeza cariñosamente.
- Lo intentaré, te quiero -le sonrió Leah y se bajó del coche.
La pequeña subió hasta la tercera planta y llamó al timbre, a los minutos su padre le abrió la puerta.
- Mi princesa está aquí -Aiden la abrazó.
- Hola papá -sonrió Leah.
- ¿Cómo ha ido con tus hermanos? -le beso la mejilla a su hija.
- Ha ido bien, los echaba de menos. ¡Y este fin de semana tienen un partido! -dijo entusiasmada.
- ¿Y qué pretendes diciéndome esto Leah Wells? -dijo Aiden claramente bromeando con ella.
- ¿Puedo ir? -hizo un puchero.
- No lo sé hija, ya lo veremos pero se intentará -le guiñó el ojo.
- Vale -sonrió.- Voy a darme una ducha.
Aerith se fue a ver a su padre mientras que los gemelos estaban en el entrenamiento.
- Hola papá -saludo Aerith abrazándolo.
- Hola hija, ¿cómo estás? -Le sonrió Brad a su única hija.
- Bien.
- ¿Y mis nietos cómo van?
- Los gemelos como siempre y Leah está mejorando un poco las notas -dijo Aerith a su padre.
- Seguro que lo consigue.
-Yo papá me gustaría decirte algo... -Dijo Aerith nerviosa.
- Dime hija.
- Esto... Y-yo... Estoy saliendo con alguien.
- Eso son buenas noticias cariño, ¿quién es el afortunado?
- Es Aaron Thomson, al que tuve que entrevistar -dijo Aerith avergonzada.
- Yo sabes que siempre te apoyo hija en todo lo que hagas -sonrió Brad a su hija.
Y era verdad aunque en el fondo Aerith sabía que su padre prefería a Aiden pero a pesar de preferirlo a él la apoyo cuando decidieron divorciarse. Pero Brad cuando su hija hacia algo mal se lo decía por supuesto.
- Gracias papá -lo abrazó feliz por si reacción.
- Me gustaría conocerlo Aerith, bueno si tú quieres si no pues me mantengo al margen hija.
- Lo veo bien papá, pero antes me gustaría decirles a los niños que estoy con alguien -dijo mirando a su padre.
- Cuando quieras cariño -le besó la frente como cuando era pequeña.
- Bueno papá tengo que ir a por los gemelos que están en su entrenamiento -Lo abrazó y salió de allí.
Fue a la puerta del instituto de sus gemelos pero esta vez sí se bajó y se quedó apoyada en el coche esperándolos.
Y recuerdo le vinieron a la mente cuando ella iba al instituto y estaba con Aiden. Cuando Aiden la esperaba apoyado en el coche con su impecable ropa y sus gafas de sol a ella después de su entrenamiento con las animadoras y aunque salía muy cansada iba entusiasmada a su novio que la cogía en pesos poniéndola a su altura para besarla para después invitarla a comer y hablaban de sus cosas.
- Hola mamá -la sacaron de sus pensamientos sus gemelos.
- Hola -les sonrió y se dio cuenta de que no iban solos, iban con dos amigos.
- Los hemos invitado mamá esperamos que no te importe -dijo Ethan.
- Sin problemas chicos -les sonreí a los cuatro.
Ian se subió como siempre de copiloto mientras que Ethan y sus dos amigos se sentaban en la parte de atrás.
Al llegar a casa los cuatro subieron a la habitación de los gemelos para hablar de sus cosas mientras que Aerith revisaba el artículo que publicaría mañana, después de revisarlo.
Días después...
Llegó el día del partido de los gemelos, Aerith se puso la camiseta con el apellido para apoyar a sus hijos y aunque era el apellido de su ex-marido no le importó era por apoyar a sus gemelos. El número era la fecha del cumpleaños de sus hijos, el 28 ya que no se podía poner uno de los números que llevaban así que decidió ponerse otro diferente al de sus hijos.
- ¡Mis niños que guapos! -Cogió a Ian por el cuello y le besó la mejilla.
- Mamá por favor... -dijo Ethan avergonzado al ver a un grupo de chicas riéndose de ellos.
- Nunca serás lo suficiente grande para librarte de mí besos -le beso la mejilla a Ethan.
- Mamá nos tenemos que ir, el entrenados nos llama -dijo Ian sonriendo.
- Vale, os quiero y mucha suerte -sonrió dulce mirando a sus gemelos.
Los gemelos fueron con el entrenador y de nuevo a su mente le vinieron más recuerdo de cuando ella estaba en el instituto con Aiden, como cuando ella debía animar al equipo del instituto y Aiden estaba en las gradas mirándola y apoyándola, cuando terminaba se acercaba a él para abrazarlo y que él le dijera "Eres la mejor, te quiero Aerith" para después besarla.
De nuevo sus pensamientos se interrumpieron cuando vio a su pequeña Leah delante de ella.
- Hola mamá -saludo Leah.
- Hola cariño -le sonrió.- ¿Quién te ha traído?
- El abuelo Joe -Sonrió Leah señalando al padre de Aiden.
- Me lo podrías haber avisado, cielo.
- Pero el abuelo quería ver a Ian y a Ethan jugando -dijo riendo.
Leah tuvo que sentarse con su abuelo al cual Aerith saludó por cortesía, porque el hombre no tenía culpa de que su hijo fuera un capullo.
El partido comenzó y al trascurso del partido el equipo de los gemelos, en el descanso se acercaron a su madre para beber un poco de agua para después saludar a su abuelo paterno.
Siguieron el partido y al final ganaron, la mayoría de los puntos habían sido conseguidos por los gemelos. Se ducharon y su madre se los llevó a cenar para celebrarlo, después de cenar se irían con el equipo de fiesta cosa a la que Aerith no se opuso.
Continuará...
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Hilo rojo
DragosteAerith es una chica que desde muy joven se caso con el hombre quien creía que era el amor de su vida. Aunque nada es lo que parece. Lo que parece amor a veces es traición. Y lo que parecía traicion acabó siendo amor.