Diario de una Ranger

DÍA 9

¡Está siendo un día muy especial! ¡Me han elegido para impartir clase libre en la escuela Ranger! ¡Es increíble que ahora sea yo quien enseñe! La clase libre consiste en que un Ranger vaya a la escuela y los escolares le hagan preguntas sobre sus aventuras etc. Yo también estuve antes en una clase libre como escolar, y era Hilario al que teníamos de profesor. ¡Pero ahora he sido yo! ¡YO! Significa mucho porque demuestra que soy un ejemplo como Ranger.

Me han preguntado de todo...¡Hasta si me gusta alguien! NO TENGO NI IDEA DE PORQUÉ, pero he dicho que sí.

Todo iba bien hasta que el equipo Pocalux vino en barco (en el patio hay un pequeño puerto para emergencias). Traían una máquina a la que llamaban miniremo, que también usaban para controlar pokémon.

Los volví a vencer. Vaya, esto parece una costumbre. Increíble. Ni yo misma me lo creo.

Todos los alumnos me aplaudieron y mis antiguos profesores me aclamaron.

Ahora mismo estoy en mi casa escribiendo porque no hay nada que hacer. Barlow se ha marchado a Hervia y esa era la misión que tenía hoy para mí.

¿Porqué el Equipo Pocalux habrá ido a la escuela Ranger?

Ahora mismo estoy en un barco rumbo a Hervia. Algo muy grave ha sucedido.

Primero desaparecieron pokémon, y ahora no se sabe nada de Barlow, así que me he decidido ir a ver que pasa. Los demás Ranger tienen que atender las necesidades de los ciudadanos y no tienen tiempo. Al parecer el día no es tan especial.

Tranquilo Barlow, estoy de camino.

Estados de ánimo: decidia y preocupada.

Hola Diario. Resulta que fui a la cueva Volcán, porque era la actividad más reciente que se sabía de Barlow. Dentro de la cueva si que había pokémon, al contrario que en la ciudad o el campo. Hacía mucha calor, pero el profesor Gobios ya me previno y me junté una crema que me protege de la temperatura y me tomé una pastilla para poder respirar. Con la calor que desprende la lava, parece que te ahogas.

Caminé , pero solo era un camino que no conducía a ningún sitio puesto que al lado había un río de lava que me impedía ir al otro extremo. Pero vi en el techo un gran agujero, justo abajo un géiser y detrás mía un Drifloon; y se me ocurrió una idea. Drifloon me subiría.

Después de liberar al Drifloon, seguí buscando pistas. Encontré una vital: el capturador de Barlow. Entonces sí que estaba infinitamente preocupada.

Me colé por un hueco de la pared y vi a dos tipos del Equipo Pocalux. Me acerqué a ellos y se marcharon asustados. Menuda panda.

Seguí caminando por donde se habían ido, pero parecía como si los otros hubieran avisado, porque al girar una esquina había un miembro Pocalux esperándome con un Khangaskan. Me enfrenté a él, gané (cada vez que gano no me lo creo) y huyó. Gracias a un Torkoal pude cruzar la lava para llegar a una puerta muy rara que encontré, con la esperanza de que Barlow estuviera allí. Cuando llegué, dos tipos Pocalux la bloquearon con una bomba para que no pudiera pasar. ¡Maldición, no paraban de fastidiar!

Encontré un hueco y me colé por ahí, buscando otra entrada. Pero no había. Por otra parte, encontré un Muk, lo capturé y le mandé destruir la roca que obstruía el paso. Por fin vería lo que había allí dentro.

¡Si que era complicado entrar en ese dichoso sitio! Salieron tres miembros Pocalux con tres Numel. Los capturé y a la vez los vencí facilmente. Dijeron que no podían hacer nada más y huyeron. Si tanto protegían ese sitio, era porque había algo que no querían que viera.

Entré y me encontré con la superficie, con la luz del sol...¡Y con Barlow atado! Pronto, cinco miembros enemigos se llevaron a pokémon hipnotizados y a Barlow secuestrado en un barco. En ese momento alguien dijo: "¡dos minutos!", y comprendí que solo tenía ese tiempo para impedir que zarpen. Tenía que permanecer escondida, había guardias vigilando que nadie se acercara al barco.

Casi llego hasta él, nadie me descubrió y de nuevo, ¡otra batalla! Mi capturador estaba un poco dañado por tantas capturas, pero hice un esfuerzo y vencí con facilidad al que bloqueaba el paso del barco.

Subí a bordo. No tenía ni idea de donde estaba Barlow. No podía seguir en la cubierta así que me adentré dentro. Me encontré en un pasillo grande y abrí la primera puerta. Me adentré, y después abrí otra y otra...Era como un laberinto. Por el camino me encontré a varios pokémon hipnotizados, cosa que se les pasó cuando destruí sus gigaremos.

De pronto, me topé con una puerta que no se podía abrir. Así que marché hacía atrás y capturé a un makuhita al que liberé antes de su sufrimiento. Me abrió la puerta y ¡allí estaba Barlow! Lo desaté con ayuda de un raticate, porque las cuerdas eran gruesas, y nos fuimos.

Yo no me acordaba por donde había venido porque todo era igual allí.

Dimos unas cuantas vueltas por el  barco hasta que vimos una puerta morada. Decidimos entrar, aunque yo tenía miedo, estábamos en desventaja por ser solo dos. Pero mi jefe no poseía ese miedo a la hora de enfrentarse con el mal aún estando en tal estado. Es mi ejemplo a seguir.

Entramos. Para nuestra sorpresa, nos recibió el jefe del Equipo Pocalux. Su plan era apoderarse de pokémon legendarios, para así ganarse confianza y respeto y dominar yonosequé. Yo veía estas cosas en películas, pero nunca en la vida real pensé que me toparía con tal aventura.

Después de la charla, tuvimos que enfrentarnos a muchos pokémon que él controlaba. Fue duro, pero Barlow recargó mi capturador antes de entrar y pude resistir gracias a eso. Tengo que confesar que lo esperaba mucho más difícil.

Después de luchar, pasó algo alarmante.

Había una tapa en el barco que impedía que el agua entrara. Esa tapa fue destapada por lo esbirros de Óseo (el jefe) y escaparon todos por ahí en pequeños submarinos.

¡Pero nosotros nos hundíamos! ¡Había que poner el tapón lo antes posible!

Esa tapadera estaba justo en el centro del barco. Nos dirigimos directamente hacia allí. Se me ocurrió la idea de capturar un machoke para que nos ayudara. Mi jefe me dirigió una sonrisa, me elogió por mi idea y él mismo capturó al machoke. Después de eso, corrimos todo lo que pudimos y pusimos la tapa en su sitio. Menos mal, el agua nos llegaba a las rodillas.

No hubo ningún pokémon herido y Barlow logró encallar el barco en el patio de la Escuela Ranger.

Cuando llegamos, estábamos que no podíamos más, y nos socorrieron.

Yo ahora me encuentro en mi cuarto de la Base Ranger, ya recuperada. Así que voy a ir a ver a los demás y a Barlow para saber como está.