DÍA 25

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Esta mañana todo fue muy confuso. Una vez desayunado en mi casa (porque me quedé a dormir allí), salí al pueblo y un señor me dijo que una familia ha comprado la casa, que no debería haber entrado, ¡pero era mi casa! Me giré hacia ella y ponía un cartel de "VENDIDA". El hombre tenía razón, pero algo no encajaba, porque salí de mi casa. ¿Palkia otra vez? Que extraño.

Andé un poco por el pueblo buscando alguna explicación, y vi a la madre de Gasofo, que me dijo que había discutido con su hijo y se había marchado.

Encontré a Gasofo más al norte y estaba hablando con tipo raro.

Di una vuelta por el pueblo, ¡estaba vacío! Era como si el pueblo acabara de construirse.

De repente,se hizo de noche y después de día otra vez. Y vi a Gasofo y a su madre discutir...Era como si el tiempo hubiera retrocedido. Y es que eso era lo que había pasado.

Mi única opción era ir a la Unión Ranger y esperar que allí no hubiera sucedido nada. Estaba atemoriada por si no volvía a la normalidad.

LLegué y creí que era mi perdición. Nadie sabía quién era yo. ¡Pero entonces Estela me llamó por mi nombre! Estaba atrapada igual que yo. Por lo menos había alguien que me reconocía. Me dijo que había investigado, y que había que ir al castillo de Almia, así que fuimos.

Encontramos un Dialga en las profundidades del castillo. ¡Entonces caí en la cuenta! ¡Claro! ¡Dialga, el pokémon temporal!

Lo que hizo fue usar distorsión, eso lo explica todo.

Le vimos unas heridas, las cuales solo pudo haberlas causado Palkia. Volvió a usar distorsión y Estela y yo nos encontrábamos otra vez en la Unión Ranger. Volvimos otra vez, sobrevolamos el Castillo. Se oían los gritos de sufrimiento de Dialga. Volvimos a entrar. Había pkémon que nunca había visto antes y los capturé, para completar mi directorio. De nuevo estábamos frente a Dialga y yo me ofrecí a capturarlo.

Fue un rival muy duro,pero logré calmarlo y Estela le curó la herida que tenía en la pata. Finalmente, volvió a su dimensión y todo volvió a la normalidad. Me encontraba de nuevo recién desayunada en mi casa.

Palkia y Dialga. Debieron luchar y en consecuencias, ambos sufrieron graves heridas.

Increíblemente, para el resto del mundo Estela y yo solo habíamos desaparecido diez segundos.

Diario de una RangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora