DÍA 37 |2ª Parte|

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Comimos y después patrullé con Jordan. Le conté todas mis aventuras y él las suyas. Ambos nos escuchábamos con interés. Nos sentamos en un banco del parque Altru (por un descansito no pasaba nada). Le pregunté por Casilda y resulta que llevaba tres días instalada. Jordan me dijo que Casilda era muy simpática y generosa con él. Yo no hablé más del tema porque no tenía ganas de escuchar a Jordan hablar bien de esa, y ¡menos mal que lo hice! Casilda asomó por detrás de nosotros y se sentó también en el banco al lado de Jordan.

"¿No os reñirán si se enteran de que estáis parados en el parque?" Nos dijo.

Yo le dije que no, que era una Ranger Legendaria y que acababa de volver de unas vacaciones así que este día era para tomárselo con calma. La niña me miró asombrada, como diciendo "¡vale, vale!" y Jordan me miró igual. Quizás me pasé un poco, pero, ¿quién se creía que era para seguirnos e interrumpir poniéndose en medio?

Cuando íbamos de vuelta a la Unión, me aseguré de que Casilda no se pusiera al lado de mi amigo, pero una vez en las instalaciones los dejé a su aire. Siguiendo mi corazón (no sé porqué digo esto), busqué a Silvio. Me dijeron que se había ido un momento a tomar aire. Yo quería saber cómo le iba y cómo estaba antes de irme a mi casa, pero bueno. ¡Me lo encontré en el camino!

Estaba en el mismo lugar donde nos encontramos el día de mi partida al campamento. Oshawott se fue corriendo a jugar al agua junto al Togekiss de Silvio.

"-¿Qué tal?- le pregunté.

-La verdad, sorprendido. No me esperaba esas reacciones por parte de la presidenta Edna y del profesor después de todo.

-Aunque tengan pinta de duros, son muy comprensivos- le dije sonriente.- Ah Silvio, todavía no te he dado las gracias por ayudarme durante el episodio de la chica fantasma.

-¿Porqué me las ibas a dar? Está claro que no iba a dejarte como estabas.

-Muchas gracias, de verdad. Que movida, ¿eh?

Silvio y yo estuvimos hablando de la historia de los espíritus etc. ¡Por fin alguien que compartía mi interés!

La conversación no duró demasiado porque tenía que ir a ver a mis padres. Llamé a Oshawott, nos despedimos y después de dar un par de pasos, Silvio me llamó y me dijo guiñándome un ojo:

"Eh, no seas tonta. No tienes porqué preocuparte por Casilda."

Yo apuesto a que me sonrojé. ¿Cómo sabía él que me molestaba? ¿Y si sabe lo que siento? Silvio siempre va un paso por delante mía y eso me irrita, pero a la vez...

Bueno, llegué a mi casa y aquí he pasado toda la tarde. Mañana volveré a la Unión, pero antes visitaré a mis antiguos compañeros Rangers. ¡Hasta mañana!

Diario de una RangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora