𝕭𝖚𝖈𝖐𝖞 𝕭𝖆𝖗𝖓𝖊𝖘 ( 𝖒𝖚𝖑𝖙𝖎𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊 )

43 #Especial: Sebastian Stan

Titulo: Regalo de Cumpleaños.

Advertencia: Smut, lenguaje.

Autora: Yo, nenas ☜

Había ocasiones en que odiabas el trabajo de Sebastian, lo cual no ocurría muy seguido ya que nada era mejor que presumirle al mundo que tu novio es el actor que le daba vida a un personaje de Marvel y eso te encantaba, te parecía muy sexy que él interpretara al Soldado del Invierno. Pero esa ocasión era diferente.

Había faltado a su propia fiesta de cumpleaños por culpa del maldito avión que se retrasó a causa de una tormenta. Eras actriz también, entendías esas cosas pero era insoportable pasar tanto tiempo lejos de él ahora que estaba grabando otra película. Trataste de ser optimista y lo esperaste junto los otros invitados hasta que la media noche llegó y sólo estabas tú con Anthony y Chris en la sala bebiendo una copa de vino.

—Esto es una mierda —gruñiste molesta, revisando por enésima vez la pantalla de tu IPhone.

—Lenguaje nena —te regañó Chris con una sonrisa al ver tu cara de molestia.

—No me digas “nena”, si Seb te escucha se va a poner loco —le recordaste, rodando los ojos.

—Eso es cierto, es peor que una mujer cuando esta celoso —Anthony te apoyó con una ligera risa.

—Bueno, como sea. ¿Qué le regalaras a Sebas? —te preguntó el rubio para cambiar de tema.

—Es un secreto —respondiste con una sonrisa antes de darle un sorbo a tu copa.

Los dos hombres frente a ti sonrieron de la misma manera que tú, esa sonrisa de cómplice que indicaba que sabían tus planes.

—Uhh, eso me suena a sexo de cumpleaños —se burló el moreno con una ceja en alto.

—Callate Mackie, tú me diste la idea.

—Sí pero no creí que enserio lo harías —se defendió él.

—Anthony, es de ______ quien estamos hablando, ella se atreve a todo —Chris opinó.

—Lo sé, fue buena idea que se la presentáramos a Seb, los dos son igual de raros —coincidió Mackie.

—Hey, sigo aquí —te quejaste.

—Lo siento, nena. Nos gusta recordar el día que conociste a Sebastian —Chris sonrío.

—Oh callate, fue muy vergonzoso —musitaste al recordar aquel día en que Sebastian Stan apareció en tu vida.

—Evans, ¿cuantas veces tengo que decirte que no le digas “nena” a MI mujer? —una voz masculina bastante familiar los sobresaltó a los tres y voltearon sus miradas al umbral de living.

Un Sebastian no muy contento estaba de pie ahí con una maleta y un bolso al hombro. Tenía algunas ojeras, el pelo desordenado y una cara que reflejaba lo tedioso que había sido estar encerrado en un avión por horas.

—¡Sebby! —exclamaste antes de levantarte para correr y recibir a tu novio.

Te lanzaste a él rodeando su cintura con tus piernas y tus manos abrazaron su cuello con fuerza para poder llenar su cara de varios besos que dejaron algunas marcas por tu labial rojo. Finalmente llegaste a sus labios como tanto anhelabas y lo besaste con tal pasión que se te olvido el lugar donde estaban y los dos hombres en tu living.

Sebastian te respondió luego de negarse un poco, le era imposible resistirse a tus labios, apretó tu cintura y bajó lentamente pero antes de llegar a tu trasero, un inoportuno carraspeo los detuvo de su pequeño momento caliente.